Por Sebastián Ormeño Oporto
El tiempo pasa y los deportistas van creciendo y tomando distintos rumbos. Camilo Aguayo es un claro ejemplo de eso. A los 7 años tuvo sus primeros acercamientos al mundo del voleibol, jugó por el Salesiano y después entró a la selección regional con el apoyo incondicional de su familia y amigos.
Actualmente, a sus 22 años, se encuentra cursando la carrera de Pedagogía en Educación Física en la Universidad Católica de la Santísima Concepción y juega en la selección de voleibol de la casa de estudios, a la que se unió durante la pandemia y ahora busca ser campeón con sus compañeros en el torneo de Adesup.
Pero nunca está solo, cuenta con el apoyo incondicional de su familia que siempre lo llevó por el lado del deporte y menciona que “por un tema de tiempos, el equipo, los amigos que hago en la universidad adquieren una tremenda importancia. Con la gran mayoría, aparte de ser compañero de equipo, hemos creado una amistad”, afirmó. Algo que retrata un poco la personalidad del joven y su espíritu de compañerismo.
Al escuchar la trayectoria de Aguayo es casi imposible no preguntarse cómo maneja los tiempos para entrenar y estudiar, a lo que respondió que “lo que más me cuesta compaginar son los entrenamientos con mi trabajo, más que con mis horarios de estudios. De hecho, ya estoy terminando la carrera y a lo largo de mi estadía en la universidad no he tenido grandes complicaciones con los tiempos de estudio”.
En el ámbito laboral, por supuesto ligado al deporte, Cristian se desempeña haciendo talleres (tenis de mesa y entrenamiento funcional) en el Colegio Almondale, su antigua casa de estudios a nivel escolar, y también es entrenador de voleibol en la academia deportiva de la Ucsc.
De lo anterior se infiere una vida ajetreada y con muchos quehaceres, al respecto, el joven señala que a pesar de su carga laboral y académica, “las ganas de mejorar y de jugar siempre se sobreponen al cansancio mental y físico”.
En cuanto a la competencia, evaluó su rendimiento la temporada pasada. “Personalmente, creo que tuve un buen desempeño, quizá al final decaí un poco, pero es sólo por un tema de trabajo físico y como equipo creo que será clave mejorar la comunicación y superarse día a día”.
En cuanto a las aspiraciones para la temporada que recién acaba de comenzar, el deportista se puso ambiciosas metas.
“El objetivo tanto personal como colectivo, se basa en llegar al máximo logro, lo que significa ser campeón de Adesup. La universidad estos últimos años ha salido segunda, pero este año nuestra ilusión es luchar por el primer puesto. Además, queremos hacer una buena actuación si logramos estar otra vez en el nacional universitario”, aseguró.