Toda derrota en el fútbol duele, pero esta seguro que mucho más. Porque seguramente, la mayoría del hincha lila todavía sigue sin entender la razón de tanto cuidado, de tanto recelo por parte de su entrenador, Felipe Cornejo, para alinear con regularidad un equipo ofensivo, teniendo tanta riqueza en el plantel. Es como dejar en el garaje el Ferrari y no sacarlo ni siquiera los fines de semana.
Deportes Concepción cayó 2-1 en su visita a Provincial Ovalle, y desaprovechó la caída del líder Melipilla, para colocarse a tiro de cañón de la punta de la Segunda División. De paso, perdió el invicto, aunque a esta altura, sea lo que menos importe.
El técnico lila no quiso repetir la oncena que derrotó a Vial en el clásico, y dejó nuevamente a Carlos Escobar en la banca, para dolor de un Ignacio Mesías que debió lidiar casi todo el primer tiempo en solitario, en una cancha mala, y sin la participación activa de Lopes y Valdivia, que nunca pudieron entrar en juego. Y si el motivo de no entrar con Escobar desde un inicio fue que no estaba al 100% en lo físico, para eso estaba Gabriel Vargas, porque gente sobra y finalmente esto pasa a ser una cuestión de convencimiento.
Gracias e eso, el local se sintió cómodo sin tener que lidiar con un referente en el área propia, y tuvo toda la tranquilidad para ir por el arco rival. A los 4″ y a los 12″, Arias pudo abrir la cuenta, pero falló. Y fue Kevin Araya quien sí concretó el 1-0 tras un grueso error del meta Muñoz. Parecía que los nortinos jugaban en una mesa de billar, y no en la pésima cancha del estadio Diaguitas, al punto que pudieron aumentar en los 26″ y los 38″.
Conce demoró 45 minutos para sacudirse del shock y pudo celebrar cuando se iba el primer tiempo, de no mediar la gran tapada del arquero Orellana. Era el empate, que bien podía cambiar la historia.
La desventaja no varió en un ápice el esquema del entrenador lila, que no ensayó cambio alguno en el complemento. Pero el castigo no tardó en llegar, porque se jugaba recién el minuto 47 cuando Mirko Serrano se sacó la marca de un hombre y con un disparo furibundo, de unos 25 metros, la clavó en el ángulo para el 2-0. Los casi 200 apasionados morados que viajaron al norte, miraban a tanto jugador bueno en la suplencia, y no lo podían creer.
Ahí sí, 2-0 abajo, el cuerpo técnico dispuso los cambios. Entró Vargas y Escobar, y posteriormente Tello y, como era de esperar, Concepción fue otro equipo. Los penquistas encerraron en su arco a Ovalle, y de no mediar la gran actuación del meta, Orellana, pudieron marcar. El descuento llegó recién a los 88″ con un golazo de Lautaro Rigazzi, pero ya era tarde, el daño ya estaba hecho. Los morados perdieron otra vez un tiempo completo, pero esta vez no alcanzaron ni siquiera a igualar, como en otras oportunidades en este torneo, en que la calidad de los jugadores, salvaron el amilanamiento de su banca.