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El hijo de Santa Bárbara se despide de los remaches

Samuel Vidal, alumno de quinto año de Química y Farmacia en la Universidad San Sebastián, tuvo una feliz transición del fútbol al handbol, donde de destacar en los Juegos Deportivos Escolares en representación de Los Ángeles, pasó a ser un fijo en la selección de la USS. Hoy, en su año de despedida de los estudios, espera dejar la mejor imagen en cancha.

Por: Samuel Esparza 04 de Marzo 2024
Fotografía: Samuel Vidal

El fútbol era sin duda el deporte que de niño copaba la vida de Samuel Vidal (22). Seleccionado del Liceo Bicentenario de Los Ángeles, donde oficiaba como un cumplidor lateral derecho, cursaba séptimo básico cuando el balonmano se cruzó en su camino, a instancias del reputado entrenador del polo de desarrollo angelino, Raúl Neira.

“Un día estábamos en clases cuando el ‘profe’ pasó con un cartel invitando a unirse al equipo de handbol. Yo sabía algunas pinceladas del deporte así es que me interesé, y resultó que el método de enseñanza era excelente, el ambiente en la selección era de mucha cercanía, así es que todo se dio bien fácil”, recuerda el nacido en Santa Bárbara.

Un año después dio el salto al reconocido club Cubla, que significó su pleno desarrollo jugando la liga regional donde no tardó en destacar . “Me gustó el desarrollo del juego, lo colectivo que es, yfinalmente me quedé, nunca más hice otro deporte”, asegura el entonces veloz extremo izquierdo que derivaría en un pivot experto en colarse en defensas rivales. “Me lo tomé en serio, entrenaba hasta cinco veces a la semana, fui muy constante y por eso entré rápidamente a la selección del liceo, donde también fui capitán”, sostiene.

Remaches universitarios

Con la camiseta del Liceo Bicentenario, Samuel supo brillar en los Juegos Deportivos Escolares, siendo campeón de los comunales y provinciales. Preparación ideal para lo que sería su paso a la USS donde llegó a estudiar Química y Farmacia. Ahí, gracias a su currículo deportivo, entró a la selección.

Eso sí, corría 2020, con la pandemia en pleno, por lo que dos años debió pasarlos fuera de las canchas. “En 2021 pude unirme al equipo de la USS, aunque entrenábamos de manera online. En 2022 volvimos a la presencialidad y estábamos todos fuera de forma, así es que costó. Por eso con los compañeros armamos un equipo, los ‘Vikingos’, y en ese verano jugamos la Liga de Balonmano que creó el profesor Raúl Umaña”, dice.

Así pudieron llegar en forma al torneo Adesup donde, pese a no llegar a instancias finales, se queda con lo positivo. “Siempre da orgullo jugar por tu universidad. Y el torneo es una extensión del deporte, te da disciplina, te hace ser buen compañero, apoyar al que está a tu lado, te enseña el trabajo en equipo y que no siempre se gana; son cosas que sirven para la vida”, destaca.

Este 2024 Samuel cursará el quinto y último año de carrera, y por eso quiere despedirse aportando a su selección, ya sea dentro o fuera de la cancha. “Tengo toda la voluntad de entrenar, de ayudar en lo que se pueda. Pero en mayo entro a mi internado en el hospital de Los Ángeles, y tengo que ver cómo puedo ser de mayor ayuda, capaz que sea dejando mi puesto a algún compañero que venga de atrás. Es posible que el balonmano pase a ser un lindo recuerdo, pero que seguro inculcaré a mis hijos”, cierra.

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