Cristóbal Betanzo: de correr un día en el patio del colegio a llegar cuarto en un Nacional

12 de Febrero 2024 | Publicado por: Paulo Inostroza
Fotografía: Carolina Echagüe M.

El estudiante del Colegio Arauco es uno de esos descubrimientos que se dan de tarde en tarde. Tiene 14 años, empezó en la velocidad hace poco y ya tiene varios logros que contar. Sueña con unos Juegos de la Araucanía, viajar y llegar a su meta.

Era el cabro rápido del recreo, de Educación Física. Eso hasta que alguien se dio cuenta que esa habilidad de Cristóbal Betanzo era un diamante que debía dar luz. En menos de un año comenzó a ganar competencias a nivel del Bío Bío hasta instalarse en el Nacional y estar a muy poquito de un lugar en el podio. A sus 14 años practica fuerte para eso. Fuerte, pero divirtiéndose, porque feliz se avanza mejor.

El velocista de 100 metros y 150 comentó que “esto del atletismo fue una casualidad porque en realidad no estaba ligado a ningún deporte, tampoco a competencias, pero llegó un punto en que mis profesores me vieron corriendo y encontraron que tenía algún talento, quizás había que trabajarlo. Me dijeron que fuera a alguna prueba y en vacaciones de invierno me llamaron para competir. Llevo poquito tiempo, me enviaron a mi primer comunal del IND y gané la carrera”.

El alumno del Colegio Arauco fue agarrando vuelo y expresó que “fue gracioso y a la vez estaba con hartos nervios porque era inexperto total, no entendía ni qué era eso de los comunales, provinciales o cómo se clasificaba. Sabía correr no más. Quedé segundo en el Provincial y segundo regional, superando mi mejor mi marca y entré al Nacional.Fui cuarto y Top Uno de la región en el Nacional, en distancia de 150”.

De esa experiencia repasa que “todos los rivales venían corriendo hace años y se notaba, pero tenía confianza en mi talento y en el trabajo que venía haciendo. Sí sé que mi forma de correr no era la más adecuada y ahí fue muy importante el profesor Raúl Arévalo. Quiso estar conmigo, disfruto entrenar con él. Antes nunca practiqué otra cosa, aunque entre mis amigos siempre era inquieto, de jugar mucho, no quedarme tanto en la casa. Mi papá de joven jugaba fútbol y mi bisabuelo por parte paterna fue entrenador de corredores sudamericanos”.

Mirando a futuro, comentó que “si logro ser top 3 de mi categoría significa que tengo que darle de lleno, lo más que pueda. También he pensado que mi velocidad puede servir para adaptarme a otro deporte y podría probar algo. Tengo esa habilidad para acomodarme. Ojalá un día participar de los Juegos de la Araucanía, obtener una beca cuando más grande. Son hartos sueños y todo es trabajo”.

De su día a día relata que “entreno dos veces a la semana. Primero es trote suave para calentar, luego coordinación y finalmente unas ascensiones y cinco veces 50 metros o tres veces seguidas los 80. Lo mío es la distancia corta, los 80 metros son espectaculares porque tengo muy buena salida de taco. En el Nacional fue una de mis fortalezas, ese fue en el Ester Roa Rebolledo. No me ha tocado viajar aún. Tenía que ir a un torneo a Los Ángeles, pero justo me enfermé. Estoy en el Club Cadecu, de Coronel (con Arévalo), y de allá salen muchos corredores”.
Un muchacho sencillo, pero de sueños grandes.