Arrancó de la guerra y hoy hace su camino en la arcilla penquista

10 de Febrero 2024 | Publicado por: Samuel Esparza
Fotografía: Isidoro Valenzuela

Tras huir de la guerra civil en Siria junto a su familia, el joven exponente se radicó en Concepción, donde hace poco más de un año comenzó en el deporte blanco. Hoy, sus sueños ya no tienen límites.

Omar Haj Hussain (14) llegó a Chile hace cinco años, proveniente de Damasco, la capital de Siria, país que producto de una cruenta y larga guerra vivil, ha visto partir a miles de sus habitantes en busca de seguridad.

“Nos arrancamos primero a Turquía, donde vivimos tres años, retornamos un tiempo a Siria y luego nos vinimos a Chile, específicamente a Concepción. Mi papá se vino un poco antes, abrió un restaurante (Sultán Al Shawarma, en Barros Arana 244), y al año llegamos el resto, incluyendo mis dos hermanos y yo. De la guerra recuerdo muy poco, porque cuando salimos de Siria tenía solo 4 años”, cuenta Omar, en un muy buen español.

“El idioma fue lo primero de lo que me ocupé cuando llegué a Chile, me dediqué a aprenderlo, trabajé todos los días en eso. Me costó casi un año y cuando lo hice, entré al colegio donde fui muy bien recibido por profesores y compañeros, nunca me sentí diferente”, complementa el alumno de Segundo Medio de la Escuela Brasil.

Fue una vez instalado en la ciudad que Omar se acercó al deporte, primero al fútbol, donde se las arreglaba tanto de arquero como también de respetable delantero goleador. “Cuando llegué a Chile jugué mucho fútbol, para eso entré al club Huachipato. Era muy buen arquero, me felicitaban bastante, y también jugaba de delantero, donde metía hartos goles; de eso me acuerdo harto”, asegura con tímida risa.

Aunque sería en el tenis donde en definitiva apuntaría todas fuerzas, tanto que hoy es una de las cartas emergentes del Club de Tenis de Concepción, donde acaba de disputar el torneo Grado 2 de menores.

Cambio a la arcilla

Omar dice que el cambio al deporte blanco fue propiciado por su padre, quien lo practicó asiduamente mientras vivió en Turquía.

“Me gustaba harto el fútbol, pero mi papá me dijo que el tenis era mejor, porque no había tanta gente que lo jugara como el fútbol. Hace poco más de un año que comencé en esto, sé que partí tarde y por eso me costó bastante aprenderlo. Pero estaba decidido a ser mejor, así es que con apoyo de mi padre subí las horas de entrenamiento y con la ayuda del profesor Cristián Canto, he mejorado mucho, todos los días aprendo cosas nuevas”, detalla.

Si bien el año pasado jugó en su mayoría torneos escolares, también empezó a experimentar en otros más grandes, como los G2 del circuito nacional de menores, donde ha ido de menos a más.

“Jugar tanto torneo escolar me sirvió para saber lo que era la competencia, fue de harto aprendizaje. Ahí avancé de a poco siempre, y pude después jugar mis primeros G2. No fue fácil, siempre perdía en las primeras rondas, porque mis rivales tenían mucha más experiencia que yo. Pero eso fue de mucha ayuda”, reconoce el deportista.

Este año dio un nuevo salto, y tuvo sus primeras incursiones en un G1, competencia de mayor exigencia. “Hace poco más de una semana subí, y fui a jugar dos G1. En el primero perdí en mi primer partido de qualy y, en el segundo, logré ganar un partido de clasificaciones. Para mí, todo es un logro que me ayuda a crecer, siempre voy avanzando”, sostiene.

Sobre su tenis, dice que es de mucha fuerza, aunque ha tenido que bajar las revoluciones por orden de su entrenador. “Intento bajar mi fuerza para que no se me vaya tan lejos la pelota. Cuando comencé le pegaba muy fuerte , pero con el ‘profe’ he ido controlando”, expresa el reconocido fanático de Rafael Nadal, nombre que resuena en sus aspiraciones.

“Me gusta Nadal desde chico, siempre admiré su juego. Uno de mis sueños es poder entrar a su academia. Quiero terminar de mejorar y crecer acá en Chile, para irme a Europa, partiendo en Alemania, donde viven dos tíos y no me sería difícil estar. Allá hay muchos más torneos que acá, es otra realidad, y como quiero dedicarme al tenis, es el ideal”, manifiesta Omar, quien planea convertirse en el segundo tenista profesional de su país. El primero es Hazem Naw, quien pese a comenzar también tarde en el deporte, actualmente es 369° del mundo con 24 años, y es el primer jugador sirio en ganar partidos en Challenger.

“Dentro de todo, me siento agradecido de poder estar acá, son muchos niños de mi país que no tuvieron la misma suerte. Quiero aprovechar esta oportunidad, mi experiencia de vida me dio mucha fuerza para buscar siempre la excelencia, eso está en mí y deseo utilizarlo”, sentencia.