El estudiante egresó del Colegio Concepción San Pedro tras intensas temporadas dedicadas a una disciplina que heredó por tradición familiar. “Valoro este deporte por lo colectivo. Si no haces bien tu pega, vas a perjudicar al otro”, afirma.
Con el vóleibol como estilo de vida. Martín ya salió de cuarto medio y puso fin no solamente a intensos años académicos, sino que también a nivel deportivo.
Estudió, desde kinder, en el Colegio Concepción San Pedro de la Paz, siendo uno de los destacados de la temporada 2024. Es un apasionado por los deportes, pero que vive de manera especial el vóley. “Es que, para mí, es familia. Es pasión y una forma de desahogarme”, cuenta el estudiante al ser consultado sobre qué valor tiene tal deporte para él.
Martín Rojas tiene un vínculo familiar que lo arrastró al vóleibol. “Mi papá jugaba en la “U” y siempre dijo que era muy entretenido. Yo partí como en quinto, por ahí. El fútbol y el básquetbol nunca fueron entretenidos para mí, porque había mucha competitividad en el mismo equipo. Pero, en el vóleibol, uno siempre tiene que estar ayudando al otro. Es un trabajo más colectivo, ya que si uno no hace su pega, perjudica al otro. En el fútbol puedes agarrar la pelota, te los pasas a todos si quieres y haces el gol. Es individualista todo”, expresó.
Sobre su comienzo, agregó que “mi papá me dijo que probara y viera si me gustaba. Fui y era el más chico, pero los cabros más grandes me apañaron. El entrenador era mi profe jefe y más motivado aún. He visto muy bien mi crecimiento, rodeado de mis compañeros siempre, viendo partidos de la Liga A1 de la UdeC y aprendiendo cosas nuevas”.
¿Problemas para llevar al mismo tiempo los estudios y el deporte? “En el colegio siempre nos facilitaron las cosas. En el último año entrenamos de 18:30 a 20 horas, entonces tenía la tarde libre y podía hacer mi preuniversitario tranquilo”.
Martín hace un especial hincapié y recalca en el valor del trabajo en equipo. “Me gusta trabajar más en equipo que individualmente. Acá uno hace su función, pero uno no la hace solo, sino que debe apoyarse necesariamente en el resto. Las jugadas se arman entre todos y los puntos se celebran en conjunto. Lo que mas me gusta es remachar, que suene rico”, asegura.
En ese sentido, una de los ítems que más valora es “crecer con mis compañeros de equipo y formar buenas amistades. Según yo, las amistades más brutales no son las de compañeros de puesto del colegio necesariamente, sino que se dan en los clubes y equipos. Por lo mismo, saludo al Reinaldo y la Caro”, dice.
Martín disfrutó a concho los Panamericanos, en una disciplina que también con el paso del tiempo lo ha “maltratado” en cierta forma. “Es que fueron hermosos. Mucha gente se motivó con practicar este deporte. Me gustó harto que la tele no mostrara sólo fútbol”, afirma, sentenciando que “me ha pasado de todo, pero no voy mucho al doctor. Tengo varios dedos, tobillos y rodillas bastante lesionadas. Mucho moretón, pero hielito nomás… Son las cosas del vóley”.