Paula Uarac: aspira a que los remaches la sigan hasta el quirófano

08 de Enero 2024 | Publicado por: Samuel Esparza
Fotografía: Paula Uarac

Dueña de una pasión desbordante por el deporte, la estudiante de cuarto año de Medicina de la Universidad San Sebastián, es un ejemplo de esfuerzo, haciéndose siempre un espacio para practicar la disciplina que tanto disfruta. Y no piensa en parar.

“Lo más bonito”.  Así describe al vóleibol la deportista universitaria, Paula Uarac Rojas, quien a los 11 años se encantó de la malla y el balón. Hoy, en cuarto año de Medicina en la Universidad San Sebastián (USS), dice que planea seguir jugando hasta que su cuerpo se lo permita.

Fue en el Liceo Alemán de Los Ángeles, mientras cursaba quinto año, que esta futura doctora dio sus primeros pasos en la disciplina de los remaches. Dos años después entró al reconocido club “Trekan”, en la misma comuna, paso que le abriría todo un mundo nuevo en el ámbito competitivo, según ella misma reconoce. “Ahí empecé a jugar ligas nacionales, a competir en diferentes ciudades y, más adelante, me vine acá a jugar al Alemán, porque el profesor era entrenador del equipo Biobío. Así es que jugué unos años acá también y representando a la Región”, comenta.

Sobre su interés por la especialidad, Paula reconoce que si bien le viene por un tema familiar, finalmente primó el gusto personal. “Tengo una tía que jugaba voley, y juego con mi hermana que es melliza, mis papás siempre nos metieron el ‘bichito’ de hacer deporte. Mi colegio era como el patio grande y, cuando pasé a quinto, nos sentábamos a observar las actividades que habían, y fue como que igual era ‘entrete’, se veía una buena disciplina. Nos fuimos como en esa idea, de qué genial sería aprender a jugar voley y eso. Nos interesó más por eso, lo encontrábamos bonito, era ‘bacán’ verlo entonces fue como ya, démosle y nos interesó”, cuenta.

Sería el comienzo de un vínculo que no acabaría más, con el vóleibol ganando un lugar en su corazón por sobre otros deportes que practicó de chica como la gimnasia rítmica y el tenis. Y mal no le ha ido, pues acumula logros desde pequeña, cuando era habitual que ganara premios como mejor jugadora. “Participé en los Juegos Binacionales de la Araucanía por la Región, con el equipo con el que entrenaba en el Alemán. Salíamos harto, una vez fuimos a una concentración en Mendoza, después a un cuadrangular en Río Negro, en Argentina. El 2018, con Alemán, salimos segundas en la Liga Nacional y, en   2022, clasificamos al Fenaude como equipo universitario. Ese fue un importante logro, pues hacía que la universidad no conseguía clasificar al nacional de vóleibol”, detalla. “Nunca habíamos vivido esa experiencia, creo que ninguna de mis compañeras. Nos tocó un grupo complejo, pero fue una muy buena experiencia jugar con otros equipos y ver otros tipos de juegos también”, complementa.

Buscando el equilibrio

Con una carrera tan demandante como Medicina, Paula reconoce las dificultades para desarrollar su pasión. “Al final uno hace un deporte porque quiere. Cuando eras chico, tus papás te impulsaban a ir a entrenar, pero ya en esta etapa, estando con el estudio full y todo, decides entrenar y seguir compitiendo. Es como que hay un espíritu deportista, tienes las ganas de hacer el deporte que te gusta, seguir creciendo. Hay una disciplina de ser responsable, cumplir con los entrenamientos, con tu equipo, eso es el deporte para mí”, sostiene.

“Es difícil convalidar ambas cosas. Siempre trato de cumplir y creo que lo hago al 100 por ciento con los entrenamientos de la universidad, ir al gimnasio también pero, al final, es difícil no estar cansado. Es tener claros los objetivos, tratar de organizar bien los tiempos, sacar provecho de cada momento de descanso, entreno y estudio. Va muy de la mano en la organización. No digo que siempre me funciona, hay veces que colapso y necesito un descanso. Pero, de que se puede, se puede”, asegura.

Por eso Paula no pierde las esperanzas de seguir progresando en su deporte y, para eso, apuesta por alcanzar el equilibrio. “Este año quería volver al Alemán, aparte de la universidad, pero igual significa  salir de clases, ir a San Pedro de la Paz y conllevar los horarios. Yo muero por volver a jugar en un club, pero es complicado porque entreno dos veces a la semana, una hora y media cada día, voy al gimnasio dos o tres veces a la semana”, expresa.

Y, para aquello, apuesta a armonizar sus tiempos. “Mi objetivo es el equilibrio. Cumplir, ser responsable, constante y tratar de motivarme, porque hay días buenos y días malos. Me gustaría tratar de ver la posibilidad de volver a algún club, ojalá al Alemán, seguir hasta que mi cuerpo lo permita”.