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“Disfruté mucho estos títulos y espero ver una cuarta estrella”

Jorge Gómez vio en cancha las tres coronas de Huachipato. Trabajó por años en la compañía y también en el fútbol formativo acerero. Le traspasó la pasión a su hijo, y recordó lo que han sido estas celebraciones. “Siempre hay fe cuando jugamos en Higueras”, dijo.

Por: Ricardo Cárcamo 11 de Diciembre 2023
Fotografía: Cedida.

“ Soy amigo de varios jugadores, al igual que mi hijo Daniel, y sigue trabajando como PF Miguel Ochipinti, otro gran amigo, lo mismo que el Sepu (Claudio Sepúlveda), el capitán. Y lo que me transmitían ellos es que el plantel está demasiado unido, se creía que algo podía pasar este año”. Jorge Gómez es hincha de Huachipato desde que tiene memoria. Le traspasó ese amor a su hijo Daniel, y tal como en 1974 -1975 en rigor- y 2012, estuvo el viernes pasado en cancha para celebrar el tercer título acerero.

“Entré en agosto de 1971 a la empresa. Bueno, ahí me hice socio altiro de Huachipato, pero anteriormente fui cadete. Fue un par de años, y luego ingresé a la empresa y me hice socio. Siempre he sido hincha. Para el título de 1974 tenía 21 años. Bueno, la verdad que ahí lo único que esperaba era ganar el partido. El último fue con Aviación, en Higueras, y todos íbamos confiados al estadio porque Pedro Morales dirigía, era un buen entrenador, y el capitán era José Luis Mendy. Sabíamos que íbamos a ganar, siempre había esa creatividad en el equipo. Era un tremendo equipo, por eso uno confiaba en que podía salir campeón”, dijo.

Del campeonato de 2012, recordó que “yo trabajé en cadetes de Huachipato igual, en el área formativa, como técnico, desde 1984 a 1991. Y por cambios en la empresa luego me quedé solo ahí, pero conocí a hartas personas. Fui amigo de jugar que muchos jugadores que se formaron acá y un gran amigo es Miguel Ochipinti, que es en preparador físico, que igual estaba en 2012. Se veía un buen trabajo, había confianza. Se sufrió cuando se perdió en Santiago y acá había que remontar. Se llegó a los penales y se logró, fue una gran hazaña… Lo más hermoso es que siempre que jugamos en Higueras hay confianza, como fue en 2012 y también este año. No se me olvidará nunca todo esto”.

Un amor de familia

Sobre lo vivido el pasado viernes, Gómez indicó que “no se dependía de sí mismo, había que ganar y esperar una derrota de Cobresal…Comentábamos que estuvimos en dos finales con Unión Española, la que le ganamos acá y ahora necesitábamos su ayuda para ser campeones. Cuando supimos que Cobresal iba perdiendo todo el mundo empezó a gritar, y los jugadores se dieron cuenta. Creo que ahí fue fundamental el ingreso de Palmezano, cambió el equipo”.

Los últimos dos títulos los vio junto a su hijo Daniel. “Un gran alegría de poder compartirlo con él.Cuando trabajaba en la escuela formativa lo llevé a varios partidos y estuvo un tiempo igual, era bien bueno. Fue casi natural traspasarle el amor por Huachipato. Con mi señora vamos a cumplir 49 años de casados, nos casamos el 21 de diciembre de 1973 y el partido del primer título fue poco tiempo después. Fuimos los dos con mis suegros a disfrutar de este primer campeonato. Y a mi hijo lo llevé de chico al estadio, y cuando no podía por turnos iba con mis suegros al estadio”.

Al respecto, agregó que “todos somos de Huachipato. Y ahora Daniel lleva a su hijo de cinco años, Tomás, hay una motivación especial como familia, como acereros, como huachipatinos, mi suegro y mi padre también trabajaron en la empresa. Entonces, esto se lleva en el corazón, desde niño. Ahora Tomás seguirá la tradición”.

En 1974, Guillermo Azócar le regaló su camiseta, la número 5. Y ahora Claudio Sepúlveda, el capitán 2023, también se la obsequió. “Siempre he dirigido en fútbol amateur, selecciones he sido campeón de copa de campeones… Lo siempre le digo a los jugadores, y lo noté este año en el plantel de Huachipato, es que el equipo que no se toma la mano, que no se abraza, nunca va a ser campeón”.

Por ello, de este plantel destacó que “se vio este año que se abrazaban, se ayudaban, compartían mucho. Había una confianza única. Cuando alguien estaba lesionado no veía la hora de recuperarse y lo apoyaban los amigos, los compañeros para que el equipo siempre estuviera completo, unido. Y los que tenían más experiencia apoyando a los jóvenes, eso se vio. Y llegó don Gustavo Álvarez, nunca he conversado con él, pero trabaja muy bien, siempre buscando esa unión, esa confianza, esa humildad en el trabajo. Cuando hay actitud de los jugadores, de todo el plantel y de los que dirigen, cuando están unidos, siempre hay triunfos”.

Más allá de haber estado en las tres estrellas previas, no pierde la ambición. “Disfruté mucho estos títulos, fue hermoso, y espero ver un cuarto campeonato”.

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