El equipo acerero se las arregló para ser el más regular de la temporada y dar alcanzar la corona en la última fecha. Así lo vivió.
Tal como en 1974, igual que el 2012, en este 2023 Huachipato se subió a lo más alto del podio del fútbol profesional chileno, para levantar su tercera corona de Primera División. Y la ventura, que siempre tiene sus planes, quiso que, tal como en esas ocasiones, lo hiciera ante su público, ese que celebró el triunfo ante Aviación en el desaparecido estadio La Higueras en la década del ‘70, el mismo que hace exactamente 11 años, en un CAP todavía con olor a nuevo, festejó tras una emocionante definición a penales frente a Unión Española.
Hoy, el rótulo de campeón del sur, le cae mejor que nunca al club siderúrgico que tuvo la capacidad de ser regular todo el año, pese a ciertos momentos bajos que, sin embargo, nunca mellaron su convicción. La misma que tuvieron en la última fecha, donde pese a no llegar con la primera opción de título, cumplieron su tarea derrotando a Audax Italiano, viéndose beneficiados por la caída de Cobresal y cerrando una temporada que será muy difícil de olvidar para sus fanáticos.
Fue aquella regularidad a la que dio énfasis el técnico, Gustavo Álvarez, para analizar el campeonato acerero que, a su juicio, estuvo marcado por la convicción.
“Un gran orgullo por lo que se hizo y un gran agradecimiento a Huachipato por confiar en nosotros. El primer día hablamos de respeto, trabajo y de estar preparados siempre para ganar el próximo partido. Y eso lo logramos con un funcionamiento colectivo eficaz, a partir de desarrollar una idea de jugo clara, elevando el nivel colectivo e individual. Hablamos del funcionamiento deportivo y de que el jugador debía superar sus propios límites”, manifestó.
“No sé si fuimos el mejor equipo, sí digo que fuimos parejos y jugamos muy bien. Sacamos 29 puntos en la primera rueda y 28 en la segunda (…) Esta copa se ganó por lo que hicimos durante todo un año de trabajo, con un perfeccionamiento continuo, superándonos cada día, que es en lo que yo creo. La entrega de los jugadores representó muy bien lo que es este club modelo. La gente siempre me respaldó, me brindó cariño desde un primer momento, y lo único que puedo hacer es agradecer”, añadió.
En esa misma línea, el argentino expresó que, “las ideas se transforman en convicciones de dos formas: con los buenos resultados, que en nuestro caso se dieron de entrada, y cuando se atraviesan las tormentas, que en nuestro caso se dio a mitad de año, que fue la única vez en que perdimos dos partidos seguidos. Y en las dos instancias, el plantel respondió desde la convicción de lo que se estaba haciendo”.
En cuanto a la recordada derrota con Cobresal en El Salvador, que para muchos fue un punto de inflexión, el estratega señaló que, “no jugamos bien, pero el equipo se repuso a través del carácter, por eso me parece que somos un justo ganador del torneo. En ese momento, mi posible salida solo fueron rumores que siempre desestimé”.
Otro momento complicado de Huachipato, uno de los equipos que menos se reforzó para la temporada, fue la partida al fútbol argentino del volante, Javier Altamirano, en agosto, lo que despotenció ostensiblemente al plantel, privándolo de uno de sus hombres importantes. Sobre aquello, el entrenador sostuvo que, “su salida la tomé como un desafío, de poder mantener el funcionamiento sin sus características. Hablé con los jugadores que podrían cumplir esa función, aunque con otras particularidades, y punto. Se explicó una idea de juego, se entrenó y se desarrolló”.
“Mi gran satisfacción con el cuerpo técnico y el staff, es haber desarrollado un buen trabajo. Me parece que tuvimos un plantel que se entregó, que jugó muy bien y eso nos daba mucho orgullo, independiente de los resultados y de cómo hubiese acabado el torneo, porque hicimos lo que nos propusimos”, complementó.
Sobre su rol, como uno de los principales responsables de la corona, Álvarez puso el énfasis en lo grupal. “Que la mirada esté puesta en este cuerpo técnico se agradece, pero nosotros tenemos los pies sobre la tierra, seguros que lo nuestro es trabajo y nada más. Agradecer a Huachipato que me dio posibilidad de trabajar en Chile, y al pueblo chileno que nos dio su respeto en todas las canchas”, recalcó.
Finalmente, y en cuanto a su permanencia en el club, más aun cuando hay voces que lo vinculan a Universidad de Chile, el técnico fue cauto. “Sobre lo que viene, no es el momento para tomar decisiones. Hay que descansar bien, ver las cosas en perspectiva, y de ahí analizar y tomar buenas determinaciones. Tengo un año más de contrato con Huachipato y depende de muchas cosas”, cerró.
Las celebraciones, una vez consumado el título, dieron para todo en el CAP. Desde lo místico y espiritual de Gabriel Castellón, al confesar que, “con mi pastora declaramos que íbamos a ser campeones (…) Feliz, porque nos costó mucho, en un momento se habló de que no íbamos a pelear el torneo, se habló mucho de Santiago y nosotros calladitos dimos la pelea hasta el último”. El meta no aseguró su permanencia en un 100%. “Hay que ver qué va a pasar, creo que una campaña así me da un respaldo para tener más ambición deportiva, pero vamos a ver recién al último”, dijo.
Por su parte, el capitán Claudio Sepúlveda, apeló a la sinceridad para reconocer que ameritaban el título. “Muy feliz por el esfuerzo de todo el equipo, siento que merecíamos ser campeones, hicimos un buen torneo y no salimos de los primeros puestos en todo el año. Para mí, es una emoción enorme levantar una copa después de años difíciles que hemos tenido. (Este año) hubo especulaciones externas que se dieron por un bajón que tuvimos en lo deportivo, pero no nos afectó más allá y seguimos trabajando con la misma convicción”, expresó, junto con proyectar lo que se viene con la participación del club en Copa Libertadores.
“Son competencias muy desafiantes para todo equipo chileno. Espero que podamos armarnos bien”, estimó.
Figura en el triunfo sobre Audax Italiano, donde aportó con un gol, fue el delantero Cris Martínez, quien también tuvo palabras para la tercera estrella siderúrgica. “Fue un año espectacular para todo el plantel, hicimos un muy buen campeonato que pudimos coronar. Veníamos de dos años peleando el descenso, así es que esto es trabajo en equipo, nos caracterizamos por trabajar duro semana a semana, y este fue un tremendo campeonato de todos”, apuntó el paraguayo.
“El técnico vino con una mentalidad, una filosofía de plasmar su esquema, la interpretamos bien y tuvimos el tiempo para implementarlo en la cancha, con los jugadores necesarios”, finalizó el ariete, que tiene contrato vigente hasta 2025 con los negriazules.
En el cierre, uno que celebró de manera especial fue Felipe Loyola, que hace un año descendía a la Segunda División con Fernández Vial, y ahora se coronaba en la elite. “Esto es fruto del esfuerzo. Mi corta carrera ha sido más de lucharla que de alegrías, y estos momentos son hermosos”, sentenció.