Los acereros vencieron 2-0 a Audax Italiano y gracias a la derrota de Cobresal, alzaron el título de Primera División. Historia pura en Talcahuano en una jornada llena de emociones.
La copa llegó temprano al CAP y estaba en un lugar secreto, cerca del ingreso al sector pacífico. ¡Y cómo iban a dejar pasar la oportunidad de levantarla! Huachipato se coronó campeón de Primera en una jornada tan emotiva como inolvidable. Los goles de Cris y Rodríguez hicieron explotar a un estadio que durante más de 90 minutos pasó por todos los estados de ánimo. El acero hizo su tarea, aprovechó la derrota de Cobresal y por tercera vez en su historia dio una vuelta olímpica. Tal como 1974 y 2012, en su casa.
Tensión, nervios y ansiedad. No podían ser de otra forma los 45’ iniciales en el CAP. Huachipato tomó la pelota, fue protagonista y arrinconó a Audax Italiano en su área, aunque grandes ocasiones de peligro no hubo. Fueron más los murmullos de los hinchas cuando el acero encaraba en tres cuartos de cancha, que las reales chances. La primera ocasión, de hecho, fue para la visita mediante juego aéreo al 11’ y una salida en falso de Castellón, respondiendo Huachipato al 17’ con un tiro rasante que atrapó Ahumada.
Si ya había entusiasmo, el CAP se ilusionó cuando al 25’ el árbitro Véjar fue al VAR y expulsó a Nicolás Fernández por un “planchazo” a Cris. Desde allí el dominio acerero fue total, aunque se tradujo en posesión de balón más que en ocasiones de riesgo. Cris buscó con un forzado cabezazo al 40’ y Ríos remató rasante y cruzado al 45’, yéndose al descanso sin goles.
Audax Italiano no se jugaba nada más que el profesionalismo y amor propio en el CAP. Sin opciones de meterse en Sudamericana, los de Arrué pusieron un candado en el fondo y tuvieron una clara chance al inicio del segundo tiempo con un tiro de Riep. La tónica del primer tiempo se mantenía: Huachipato tenía el balón, pero no hacía daño … hasta que el estadio estalló al 13’, con el 1-0 de Unión Española a Cobresal. Locura total.
Fue un segundo tiempo no apto para cardiacos. Pocas veces al CAP se vio así. Una emoción solamente comparada con los penales ante los hispanos en la final del 2012. El plantel acerero se enteró de inmediato, y lógico, si los hinchas festejaron el gol de Unión con el alma. La primera mitad de la tarea estaba avanzada … faltaba la otra.
Huachipato sabía que un gol le daba el título, pero la pelota no quería entrar. Hasta el 69’, cuando una zambullida de Cris Martínez en plena área chica hizo estallar al CAP. Gol acerero. Hubo llanto, euforia, en uno de los goles más gritados en la historia del club. Al mismo momento, por radio, los hinchas se enteraban que el 1-1 de Cobresal, marcado hace sólo segundos, fue anulado.
No alcanzaron a pasar ni 5 minutos, cuando otro cabezazo infló la red. Esta vez fue Maximiliano Rodríguez, quien tras un tiro de esquina marcó el 2-0 para Huachipato. El gol de la tranquilidad, cuando Cobresal no encontraba respuestas. A esa altura, la cabeza del hincha acerero estaba en Santa Laura. Un gol nortino cambiaba todo y estiraba la definición a una final.
El reloj avanzó lento, muy lento, hasta que al 90+6’ sonó el pitazo final. ¿Celebración? Nada. Angustia hasta el final. Desde la banca acerera los gestos eran de calma, que aún faltaba el pitazo final en Independencia. Y quedará para la anécdota, pero en la cancha empezaron a festejar y la tarima ingresó a la cancha cuando Cobresal y Unión Española todavía jugaban. Hasta que en Santa Laura la historia culminó y desde el cielo cayó la tercera estrella en Higueras. De locos. Una tarde inolvidable e histórica.