Josefa se eleva en la red y sueña ganar un Nacional

20 de Noviembre 2023 | Publicado por: Paulo Inostroza
Fotografía: Cedida.

Comenzó a los 12 años en el vóleibol y ya tiene hartas historias y medallas que contar defendiendo a la UdeC. Estudia Ingeniería Civil Química y repasa una vida ligada al deporte y el amor por el juego colectivo.

Por su estatura, estaba pintada para algún deporte. Josefa Cea había practicado muchas disciplinas hasta que se topó de frente con el vóleibol y encontró su mundo. Uno donde solo se puede ganar en equipo y cuando el grupo está unido. Eso le encanta. Desde que entró a la UdeC, a estudiar Ingeniería Civil Química, ha jugado dos Nacionales y siempre subió al podio. Solo siente que le falta el premio mayor y trabaja para eso.

La deportista de 20 años y que cursa el Tercero de su carrera cuenta que “descubrí el vóleibol en Séptimo Básico, tenía 12 años y fue una cosa más bien recreativa. Entré con unas amigas y me llamó la atención, pero después ya me fui sola al CD Alemán, por un entrenador que me llevó. De inmediato me pusieron una serie más arriba por mi porte, pero ahí era banca de la banca. No sabía jugar, pero así se empieza. Todo es práctica”.

Fue cuando estaba en Primero Medio y recuerda que “en la Sub 14 gané mi primer premio y ahí pensé por primera vez que tal vez era buena para esto. Mido 1,81 metros y eso le llamaba la atención a los entrenadores. En el vóleibol es importante la estatura o, si no eres tan alta, necesariamente hay que tener un muy buen salto. El resto es mucha práctica, ser constante en el día a día y, sobre todo, jugar muchos partidos. Ese roce y situaciones de realidad no te la da ningún entrenamiento. Aprender a resolver en momentos difíciles”.

Sobre profesores que la han marcado en su desarrollo no duda en citar a Jorge Facchini y Andrea Donoso, dos apellidos con historia en esta disciplina. Sobre sus propias características en la cancha señala que “juego de central y ahí siempre estamos las más altas, así que lo mío es bloquear y el ataque rápido. Me gusta esto del deporte colectivo, aquí se gana cuando todas estamos igual de comprometidas con el grupo”.

De amarillo y cielo

Su carrera y su malla es durísima, pero asegura que “se puede llevar bien con el deporte, es cosa de organizarse. A estas alturas tengo claro que responder en ambas cosas significa priorizar el descanso sobre salir con amigas y otras posibilidades. Si una hace algo debe ser con compromiso. A veces hay gente que se sorprende de que haga las dos cosas al cien, pero no entendería una vida sin deporte. A veces no entiendo qué hace la gente con su tiempo libre si no es deporte. Nada ayuda más para sentirse bien”.
Le tocó entrar a la UdeC en plena pandemia y repasa que “el primer año del virus fue cero vóleibol, pero me alivió harto porque tenía que dar la prueba para entrar a la U. Me complicaba entrenar, estudiar, ir al Preu… Era demasiado. En la UdeC comencé a entrenar on line, con chicas que nunca nos habíamos visto a la cara y tienes que volver un día recuperando lo que perdiste en lo físico. Lo otro, lo técnico, no se olvida”.

Y empezó a competir a lo grande. “La UdeC es fuerte en el vóleibol regional, pero competir con Santiago es otra cosa. Allá tienen un nivel altísimo en varios equipos y eso les ayuda. Nosotras tenemos que prepararnos jugando con equipos de afuera. El año pasado fuimos segundas en el Nacional, donde perdimos la final con la U de Chile, y en el último fuimos terceras. Hemos competido de igual a igual con todos y hemos estado cerca”.

Tan cerca que cuesta sacarse esos partidos de la cabeza. Josefa confiesa que “mi sueño es ganar un Nacional, creo que hay que cerrar eso que estamos buscando hace rato, y que nos vaya bien en la liga. De chica, mi sueño más grande era jugar algún día por la selección, pero hoy ya no juego para ser profesional. Compito siempre, pero tengo otros objetivos”.