No hacían falta serpentinas ni globos. En la Laguna Grande, hacía rato que se había armado una fiesta. Y como no, si sería mentira decir que Chile está acostumbrado a ganar tres medallas de oro panamericanas en el lapso de 30 minutos, una cada 10 minutos; una locura.
La penúltima jornada del remo en Santiago 2023, seguramente pasará a la historia grande del deporte nacional, luego de lo realizado por la selección chilena de la especialidad. Un equipo conformado en un mayor porcentaje por bogadores regionales, que cuando niños dieron sus primeras paladas en las lagunas sampedrinas, y que tuvieron una actuación simplemente consagratoria.
Luego que a primera hora, las valdivianas Antonia Liewald e Isidora Niemeyer, abrieran el martes mágico con el primer oro en el Doble Par Peso Ligero, saltó al agua el sampedrino César Abaroa que, junto a su compañero de siempre, el puertomontino Eber Sanhueza, dieron una de las grandes sorpresas del día. La dupla conquistó la medalla de plata en el Doble Par Peso Ligero masculino en una de las carreras con mayor nivel técnico de la competencia, donde el oro fue del poderoso bote mexicano, ya clasificado a los Juegos Panamericanos.
“Esta es una plata con sabor a oro, entregamos todo y nos sentimos unos ganadores. Sabíamos que debíamos salir muy fuerte, tratar de mantener la punta, pero llega un punto en que se nota la diferencia de nivel, ellos vienen de clasificar a París 2024 y son séptimos del mundo, a nosotros nos queda para eso. Debíamos hacer algo extraordinario, no alcanzó para el oro, pero para nosotros fue suficiente para sentirnos unos campeones”, manifestó Abaroa.
El deportista del CD Inger de San Pedro de la Paz, destacó la proyección de su bote. “Con Eber (Sanhueza) venimos remando desde 2017, nos conocemos muy bien, vivimos juntos, compartimos pieza en todas las concentraciones, somos como hermanos y ahora nos proyectamos a clasificar a París 2024. En marzo tenemos un selectivo continental en Sao Paulo donde estarán todos los países menos México, así es que iremos con toda la ilusión de clasificar”, sentenció.
Luego fue el turno de unas que siempre responden, como las mellizas Antonia y Melita Abraham, que integraron el Cuatro sin Timonel femenino (junto a la valdiviana Magdalena Nanning y la puertomontina, Victoria Hostteter) que logró el segundo oro de la jornada.
La guinda de la torta pasó por cuenta del Cuatro sin Timonel masculino, donde los otros mellizos, Ignacio y Alfredo Abraham, junto al también dueño de casa, Nahuel Reyes y el valdiviano, Marcelo Poo, bajaron la tercera presea dorada del día.
“Íbamos por el oro y lo conseguimos, algo muy bonito porque aprendimos a remar en esta laguna. Este bote ganó el Odesur en 2022, luego se integró Nahuel (Reyes) y mejoró, por eso sabíamos que podíamos lograr algo esta vez. Nos preparamos mucho, llegamos muy fuertes, somos los que más entrenamos y estamos para todo. Somos un equipo muy joven, los más ‘viejos’ somos mi hermano y yo, que tenemos 26 años, así es que nos queda mucho”, sostuvo Alfredo Abraham sobre su embarcación que tiene por delante la repesca olímpica, el próximo año.
Con tres oros y una plata ya asegurados, restaba la última final del día, que tenía como protagonista al Ocho con Timonel femenino, con la presencia regional de las hermanas Antonia y Melita Abraham, además de Antonia Pichot, que más temprano venía de ser cuarta en la semifinal del Single Par de Remos Cortos.
Lejos de sentirse satisfecho, el numeroso público que llegó en familia a apoyar al equipo nacional, quería celebrar por última vez. Y para eso no ahorró en aliento, protagonizando una lucha de barras con la delegación estadounidense, cuyo bote aparecía como máximo candidato al título. Megáfono en mano, el líder lanzaba el “ceacheí” que era coreado por deportistas, sus familiares y gente que llegó desde diferentes lugares. En el momento justo aparecieron delegaciones de escuelas municipales de la provincia, que no demoraron en unirse a los cánticos de apoyo que dieron un colorido marco a la competencia. Chile era local, y debía notarse.
En el agua, las nacionales se nutrían de los gritos y utilizando el resto de fuerzas que a esa altura quedaba, luchaban palada a palada, centímetro a centímetro, por un lugar en el podio. Y lo lograron, finalizando terceras detrás de las campeonas de Canadá y las estadounidenses. Jornada completa, día soñado, orgullo máximo, tal como expresó el presidente de la Asociación Regional de Remo del Biobío, Christian Rondanelli.
“No podemos estar más contentos, logramos que Chile se ubique momentáneamente en el quinto lugar del medallero y nos convertimos en el deporte más ganador de estos Juegos. Eso es motivo de alegría, más aun sabiendo que en casi todas las medallas, hay participación de remeros locales. Estamos demostrando que somos potencia nacional en el remo”, partió diciendo.
El dirigente celebró también las loas que se está llevando la Laguna Grande como sede de los Panamericanos. “ Ha estado espectacular, la laguna se ha visto planchada, una taza de leche ideal para competir. Además de la pista, a los extranjeros les ha encantado el emplazamiento, lo encuentran fantástico porque está cerca de la ciudad. En otros campeonatos internacionales, hay que viajar una hora para llegar a la pista, acá están a 15 minutos y tienen todos los servicios. Por eso les encanta el lugar y eso es positivo para nosotros”, afirmó Rondanelli.
Este miércoles se disputará la última jornada del remo en estos Juegos Panamericanos, nuevamente con especialistas regionales como protagonistas.
Es el caso de las mellizas Abraham, quienes a las 9:00 horas serán parte de la final del Doble Par de Remos Cortos, enfrentando a representantes de Brasil, Cuba, Canadá, Estados Unidos y Argentina.
Luego de las finales del par de remos cortos masculino y femenino, a las 11:10 llegará la última competencia del torneo, con el Ocho Mixto, donde estarán Antonia, Melita, Ignacio y Alfredo Abraham, junto al también sampedrino Francisco Lapostol. Será la prueba final, otra oportunidad para visitar el podio y despedir a lo grande un evento con ribetes de histórico.