La tomecina, que hace algunas semanas se tituló campeona mundial de aguas gélidas, se alista para un nuevo desafío en el Estrecho de Magallanes. Quién diría que hace unos años un accidente pudo cambiar su vida.
El fin de semana que recién pasó, las calles de San Pedro de la Paz y Concepción se vieron revolucionadas por la presencia de la llama panamericana, que recorrió las principales arterias en manos de 23 relevistas. Uno de ellos fue Carmen Ortega, deportista tomecina de larga trayectoria en el atletismo y cuya historia daría para una película de Hollywood, de esas que hablan de imposibles que se hacen realidad.
Antorcha en mano, seguramente Ortega repasó tantos momentos vividos antes de hacer este sueño realidad. Episodios felices, pero otros difíciles, el más duro sin duda aquel que vivió en 2014, cuando participaba de un rescate mientras era salvavidas en Playa Bellavista. En una mala maniobra, un bote de fibra le aplastó su pierna derecha, provocándole una mutilación de la masa muscular y una grave fisura, cuyo diagnóstico era categórico: probablemente perdería su extremidad, era mucho el daño.
“Mi pie se fue hacia atrás, hubo que normalizarlo en 90 grados, igual que mi rodilla. Los boteros decían que es el mismo impacto que si me hubiese aplastado un vehículo, que era muy difícil no perder la pierna. Los médicos más positivos me dijeron que, si no la perdía, jamás iba a recuperar la masa muscular”, recuerda.
Así las cosas, le quedaban dos caminos: resignarse o luchar. Optó por esto último. “Hice un cambio mental, dije ‘ok, escucho todo lo que me quieran decir, pero yo decido mi vida’. Tuve que aprender a caminar de nuevo, me costó mucho volver a pararme, me caí muchas veces. El proceso de recuperación fue muy doloroso, pero siento que nací para que la gente entienda que las cosas se pueden lograr”, sostiene.
Tras su larguísima recuperación, Carmen Ortega apostó a ganador una vez más, y se propuso seguir en el deporte. Los resultados superaron cualquier proyección.
“Decidí hacer lo que me llena, y es el deporte. No podía hacer impacto, pero busqué otra actividad y me incliné por la natación, aprovechando que fui salvavidas durante 13 años. Gracias a Dios y a mi tenacidad y fortaleza, he logrado sobresalir”, comenta.
Claro, entre 2011 y 2013, fue una asidua participante en las travesías desde la Isla Quiriquina y Talcahuano hacia Penco. Competencias extremas, pero nada parecido a lo que es su presente, como una sobresaliente nadadora de aguas gélidas, especialidad en la que acaba de coronarse campeona en la Copa del Mundo de Invierno, en el Glaciar Perito Moreno, en El Calafate, Argentina.
“Fue pura casualidad comenzar en esta disciplina, pero después de mi accidente, lo tomé como una oportunidad. En junio yo estaba lista para ir al Mundial de natación de Japón, pero no logré hacer la acreditación. Una semana después me llegó la invitación para participar en el mundial de aguas gélidas de Argentina, que se haría en septiembre. Me atreví nomas, con harta responsabilidad sabiendo que es una especialidad totalmente diferente, con otra forma de entrenar”, sostiene la exponente perteneciente a Aquateam Concepción.
Y añade, “como vivo en Tomé, me empecé a meter al agua helada en invierno, también en la tina de la casa, todo servía a esa altura, y resultó de gran manera, porque me titulé campeona mundial. Gané todo en la categoría master, los mil, 200, 100, 50 y 25 metros, lo que me permitió acumular 139 puntos y adjudicarme la clasificación general. La nadadora que me siguió en el podio, sumó 83 puntos, fue increíble, un logró que me llena de un profundo orgullo”.
Y aunque reconoce que cada competencia es un sufrimiento, avisa que tiene para rato en la disciplina. “No paro más, me siento fuerte pese a que mi biotipo es más bien delgado para este deporte, pues tolera menos el frío. No hay que olvidar que en cada carrera estás luchando con la hipotermia, con dormirte, con lo que pasa en tu corazón durante y después de la competencia, estás luchando entre la vida y la muerte, pero no me da miedo”, asegura.
Tan cierto es aquello, que este jueves se embarca rumbo a Punta Arenas, para participar en el Desafío del Estrecho de Magallanes, donde disputará los 4K. “Mi objetivo es ganarlo, estoy firme. Si Dios lo permite, en marzo del próximo año viene el mundial de Estonia y allá también quiero estar”, concluye.