El estudiante de tercer año de Odontología de la U. de Concepción, respira el balonmano, valorada herencia de su madre. Goleador del equipo que este año consiguió el título nacional universitario, espera volver a encabezar a su selección rumbo al bicampeonato.
No había otro camino, imposible escapar a su destino. Con padres profesores de Educación Física, el deporte era una cuestión ineludible para José Miguel Cayul que, a sus cortos 23 años, acumula historias en torno a las competencias. Estudiante de tercer año de Odontología de la Universidad de Concepción, su aporte resultó fundamental en uno de los últimos grandes hitos deportivos de su casa de estudios, con la conquista del campeonato nacional universitario de balonmano Fenaude 2023. Un título que la UdeC no lograba hacía más de dos décadas y que un grupo de jóvenes talentos al mando del entrenador, Alexie Aeloiza, fue capaz de traer de vuelta al Campanil.
En ese grupo destacó el aporte de este imperialino de nacimiento y penquista por adopción, que se matriculó con 39 anotaciones en la gran final nacional disputada en Santiago, erigiéndose como exclusivo goleador del certamen. Felicidad para él, orgullo para su madre, quien fuera una destacada seleccionada nacional y figura universitaria en la Ufro de Temuco. Fue ella quien lo inició en la especialidad, que abrazó con pasión luego de haber practicado fútbol y básquetbol. Por fin había hallado la intensidad que buscaba en el deporte, esa “electricidad”, como él llama. “Lo que más me gustó del handbol fue que es un deporte de ida y vuelta, en el que no tienes mucho descanso ya que debes atacar y defender. Por ejemplo, cuando jugaba fútbol, yo era defensa y una vez que la pelota estaba de mediocampo para arriba, quedaba parado. En cambio, en el handbol, tienes la pelota todo el rato, más en mi posición de primera línea donde hago de lateral o central por izquierda o derecha. Soy como ‘eléctrico’ para jugar, por eso me gustó, aparte del tema de saltar y mantenerte en el aire antes de lanzar”, recuerda sobre su acercamiento a la especialidad.
De pequeño que la competencia se hizo una rutina para José Miguel. En la educación primaria jugó dos nacionales escolares de balonmano, uno con su colegio San Francisco de Asís, de Angol, en 2013. Y al año siguiente, como refuerzo de la comuna de Freire, con quien obtuvo el subcampeonato. Estando en la enseñanza media tuvo sus primeros acercamientos con la Universidad de Concepción, con cuya selección tuvo la oportunidad de entrenar.
“El ‘profe’ Alexie ya conocía a mi mamá, y a nosotros con mi hermano desde chicos. Para el clasificatorio a unos juegos deportivos vine a entrenar acompañando a un amigo, y ahí él nos dijo que cuidáramos las notas porque la universidad tenía ingresos especiales y becas. Así es que desde segundo medio que me estaban sondeando”, asegura. De ahí que su integración al equipo, cuando ingresó a la universidad, no fuera nada traumático, pese a que llegaba a un equipo estelar, con varios años consecutivos invicto en el torneo Adesup. “Siempre es difícil entrar a un equipo nuevo, pero no se me hizo tan complejo porque la mayoría de los jugadores eran amigos, ellos me dieron toda la confianza”, dice.
Corría el 2019 y la UdeC venía de ser cuarto en el nacional Fenaude, por lo que el gran objetivo era el título. A eso se abocaron durante la pandemia, entrenando duro, y el premio lo tuvieron este año cuando por fin levantaron la copa. “Fue el mejor día de mi vida, algo que empezamos a preparar a los dos días de haber perdido en semifinales del año pasado. Por eso, cuando lo concretamos, fue increíble, imposible describirlo con palabras. Siento que cumplí en ese nacional, según la planificación del ‘profe’ hicimos lo que teníamos qué hacer cada uno, una planificación perfecta por lo que la mitad del título es suyo”, comenta.
Hoy, junto con ser parte del proyecto Team UdeC en una labor con la Unidad de Deportes que busca la difusión de las selecciones universitarias, ya trabaja junto al resto del equipo de balonmano en pos de una nueva meta: el ‘bi’. “La meta es ir por el bicampeonato, tuvimos un mes des descanso y el lunes ya volvemos con todo a entrenar, tratando de buscar difusión para reclutar nuevos deportistas para el otro año y así fortalecer al equipo. Iremos con todo a defender el título. Trataremos de hacer una buena planificación, motivando a los más chicos que son parte de este proceso. Junto a los 16 que fuimos al nacional, hay otros 25 alumnos que estuvieron todo el año aportando al equipo, el título también es suyo y queremos que sigan comprometidos”, sentencia.