Llegó casi como un desconocido juvenil, pero Bravo ya suma 8 partidos como titular en el equipo de Orellana y su talento no pasa inadvertido. El formado en Huachipato apunta alto.
En el primer semestre daba la idea que faltaba un “10”, pero todos sabemos lo que cuesta encontrarlo. Y pagarlo. Así que el técnico Jonathan Orellana se dio cuenta que tenía un chico de 20 años al que había que darle la responsabilidad y la pelota. Hablamos del coronelino Diego Bravo, que ya suma 8 juegos como titular y se ha ganado su lugar en Fernández Vial.
El volante cuenta que “a los 13 años llegué a Huachipato. El profe (Luis) Castro me dejó ahí, marcó una etapa en mi carrera y siempre le seré un agradecido. Tengo que volver, pero veremos si puedo renovar en Vial o alguna otra opción”.
Bravo apunta que “llegué a Vial con la expectativa de jugar y aportar el equipo. A llegar lo más arriba posible en la tabla. No fue fácil ganarme un lugar, pero empecé a trabajar más fuerte, darle más duro por las tardes, estar mucho con el preparador físico y en algún momento sabía que sería tomado más en cuenta. Era lo que más quería”.
Advierte que “hay que tener harta paciencia, pero también hay que trabajar el doble y apoyar a los que están. Cuando me tocó sabía que tenía que aprovecharlo al máximo, son cosas que no se dan dos veces. Siento que en Copa Chile, mi primer partido de titular con la UdeC, empecé a mostrarme más, agarrar ritmo y confianza”.
Tienen la valla menos batida del torneo y señaló que “este equipo se caracteriza por lo defensivo y por el esfuerzo, pero no es algo que me cuesta. Aquí los talentosos tienen que meter igual, llegar a pelear abajo y sacar la tarea adelante. Somos un equipo que tal vez no genera tantas situaciones de gol, pero esas tienen que ser claras, para que lleguemos bien a convertir. Ahí me acomoda lo que estamos haciendo, jugar directo. Paso harto tiempo con el balón y creo que soy importante para generar arriba”.
Dos fechas atrás marcó un golazo y repasó que “ese partido con Lautaro me sirvió mucho. Fue mi primer gol como profesional, un triunfo en cancha de un equipo difícil y siento que el equipo me pasa la pelota, confían en mí. Ahora los rivales tal vez me conocen un poco más, contra el Conce me tocó una marca personal y logré igual hacer mi trabajo. Ganar ese clásico fue algo muy lindo”.
De Orellana, indicó que “el profe es muy exigente, le gusta que los jugadores corran, se sacrifiquen y si no no juegas. Todos lo sabemos. Somos un plantel muy joven, con ganas de llegar arriba”.
Y fuera de la cancha, se le ve contento. No pudo caer en mejor sitio. “El hincha de Vial me manda muchos mensajes, ha enganchado harto con mi juego y sé que aquí al que anda bien siempre lo van a apoyar, depende también de uno. Estoy feliz de eso, no me había pasado nunca, que me pidan firmas, fotos, sentir tanto cariño”.