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El árbitro: Una figura siempre en la polémica y en el centro del debate deportivo

En el fútbol nacional, más allá del apoyo del VAR, es común que sigan habiendo cobros discutibles y se dejen pasar situaciones que debían penalizarse y quedan sin sanción. Hace poco también, en el básquetbol, el duelo entre Sportiva Italiana y la UdeC finalizó, en su tiempo regular, con una acción muy discutible y que generó variados comentarios en espacios deportivos y redes sociales. En otras disciplinas, los jueces igual tienen un rol clave, pues hay aspectos donde la subjetividad es un factor de análisis que incide en las decisiones. Más allá de eso, ¿Cómo se trabaja en la formación de los árbitros en el país? ¿De qué manera se asume ese rol de “personaje ingrato” en muchas ocasiones? Voces ligadas a distintos deportes dieron su visión y coinciden en un dato muy relevante: muchas veces las polémicas o cuestionamientos viene de la falta de conocimiento del reglamento de los mismos protagonistas de la actividad.

Por: Ricardo Cárcamo - Samuel Esparza 21 de Agosto 2023
Fotografía: Lukas Jara.

Quedaban 0.8 décimas para el cierre del partido entre Sportiva Italiana y la UdeC, en la segunda fecha del Top 4 femenino de la Liga Nacional Femenina. El Campanil ganaba por tres puntos, dando un verdadero batacazo en el cuadrangular disputado en el Fortín Prat de Valparaíso. En la última jugada, la jueza Mariajesús González le cobró falta a Jovanka Ljubetic sobre Paula Carrasco, dándole tres lanzamientos libres. La jugadora local convirtió primero, y tras fallar el segundo, la misma González le marcó una falta técnica a Cipriano Núñez. Carrasco marcó los dos tiros restantes, y el duelo se fue alargue. Finalmente, Sportiva ganó el encuentro en triple tiempo suplementario.

Días después, en su cuenta de Instagram, la jueza hizo sus descargos respecto a esa polémica, que inundó de comentarios las redes sociales y también espacios deportivos ligados al básquetbol. “La decisión de ese momento aún la considero correcta. Pero, independiente de si es correcta o no (porque los/as árbitros/as también nos equivocamos), me pregunto: ¿Cuántas personas de las que han hablado y escrito, se atreverían a tomar un silbato, pararse dentro de la cancha y tomar decisiones cruciales en una fracción de segundo?”, fue parte de su escrito.

Un testimonio que refleja, en gran medida, lo que es árbitro en un deporte competitivo: estar bajo presión siempre, tener que decidir en décimas de segundo y ser, casi siempre, blanco de críticas y análisis de sus determinaciones de los demás actores de su respectiva disciplina. En el fútbol nacional también es común que en cada jornada de Primera, pese a la implementación del VAR, existan errores o decisiones cuestionables, que muchas veces terminan en sanciones para los jueces involucrados en situaciones polémicas.

Hay otros deportes, como la gimnasia y el atletismo, donde la labor de los réferis, en ciertos aspectos, tiene quizás más ingredientes de subjetividad, lo que hace más complicado su trabajo. Pero independiente de eso, sin dudas que el arbitraje tiene un papel importante en el mundo deportivo que muchas veces no es valorado como corresponde.

A nivel nacional, ¿Cómo se trabaja en la formación? ¿De qué manera se garantiza la preparación de los jueces? ¿Cómo se van actualizando los réferis y los demás protagonistas de un deporte cuando hay modificaciones en las normas? Voces ligadas a distintas disciplinas dieron su visión y coinciden en un dato muy relevante: muchas veces las polémicas o cuestionamientos viene de la falta de conocimiento del reglamento de los mismos protagonistas de la actividad.

En el fútbol

Patricio Polic, ex árbitro Fifa, dijo sobre el proceso formativo que “antiguamente, sólo se hacía un curso que duraba cinco, seis meses, que se realizaban en los comités que hay en Santiago, Antofagasta y Concepción, siendo siempre el de Santiago el principal. Con el tiempo, se creó que el Inaf, con sede en Santiago y que abrió una sede en Concepción, en la USM, donde los árbitros tienen que hacer un curso de dos años y salen con el título de árbitro profesional. Luego, deben hacer distintas etapas, pasar por las distintas divisiones para ir desarrollándose. Parten en el fútbol joven, en los clubes profesionales de cada lugar o región donde estén”.

Al respecto, agregó que “los que tienen mejor rendimiento van subiendo: claro, generalmente se parte en Sub 15, luego Sub 16, Sub 17, Sub 19. Es un proceso de años, cada categoría es una temporada, a veces pasan de más rápido de una a otra, dependiendo de las capacidades y de las evaluaciones que hace a veces el comité nacional que tiene en sede en Santiago y es actualmente presidido por Roberto Tobar, y la comisión de arbitraje nacional. En un momento también se debe elegir si se quiere ser árbitro o árbitro asistente…No es que se elija, sino que en algún momento los encargados regionales o nacionales, por ejemplo, vienen a Concepción, conversan con un grupo de árbitros jóvenes y dicen quiénes le parece que tienen un perfil para juez central o bien árbitro asistente. Ahí se empieza la carrera para ver la opción de llegar a futuro al profesionalismo”.

De esa evolución, Polic destacó que “los árbitros que van en esa dirección primero pasan por Segunda, luego van a Primera B y Primera A. Llegando a la máxima categoría, deben estar por lo menos dos años para subir a la categoría Fifa. Eso también depende de que haya cupos, que los árbitros que estén dirigiendo afuera haya alguno que no esté siendo considerado o que no esté actuando bien, que no es el caso afortunadamente, pues Chile está con bastantes jueces a nivel internacional”.

Respecto al VAR, afirmó que “en Inaf en Santiago tienen un módulo donde hacen entrenamiento de VAR. No sé si acá está en la sede de Concepción y si eso se ha mantenido, pues estoy algo alejado del tema formativo. Igual hay una certificación que la da Fifa, se hace un curso en cada país o en el país que lo requiere a través del área de desarrollo de la Fifa. En ese curso que se solicita es para cumplir las funciones de VAR y Avar. El Avar es el que funciona al lado del VAR, que es principal, y el Avar puede ser un árbitro o un asistente, pero el VAR sólo puede ser un árbitro”.

Sobre la consideración que se tiene muchas veces de los árbitros, como personajes polémicos o bien que aparecen como “villanos”, Polic señaló que “Los problemas generalmente pasan por el poco conocimiento de las reglas. Me acuerdo que hace un tiempo en un partido internacional se amonestó a un jugador, y desde la banca reclamaban pero ni siquiera sabían por qué recibió la tarjeta, pero estaba bien la decisión. Por ejemplo, cuando el otro día se anuló el penal convertido por Pablo Solari, en la definición de River Plate con Internacional por la Copa Libertadores, porque tocó la pelota con los dos pies mucha gente no sabía esa regla, y yo estuve ahí como asesor de VAR”.

En ese sentido, agregó que “el desconocimiento es clave, falta más orientación. Antiguamente, cuando Enrique Osses dirigía la comisión arbitral, me recuerdo que se dictaban charlas en los clubes donde se explicaban modificaciones al reglamento, y los más interesados en aprender eran los técnicos, los jugadores estaban medios obligados, no hacían preguntas. Se hacía ese proceso, pues las reglas van cambiando año a año. Hace un tiempo cambió de nuevo la regla del fuera de juego, y el otro día un técnico me preguntó, le expliqué y entendió por qué se había sancionado en una jugada donde tenía dudas, pues no tenía conocimiento de la última modificación”.

En el básquetbol

Felipe Valenzuela es director nacional de la Escuela Nacional de Árbitros de Básquetbol y Oficiales de Mesa de Control (Enabo), y del proceso formativo detalló que “cuando un árbitro quiere comenzar a dirigir lo primero que tiene que hacer es un curso de iniciación. Ese curso lo imparte la Federación de Básquetbol de Chile a través de su Escuela Nacional de Árbitros, Enabo (Escuela Nacional de Árbitros de Básquetbol y Oficiales de Mesa de Control). Se hace ese curso y queda como aspirante a árbitro, y esa condición dura un año. Una vez que pase ese tiempo, debe realizar una certificación de la Federación, a través de Enabo, y luego de eso obtiene una categorización, que puede ser árbitro nacional A, árbitro nacional B y árbitro nacional C. Si no le va bien en las pruebas -se toma un test físico y otro teórico-, queda categorizado como categoría local”.

Al respecto, añadió que “para llegar a la Liga Nacional, primero el árbitro debe tener una categoría nacional, uno local no tendría que llegar, aunque puede subir de categoría aprobando las pruebas física y teórica. Además, debe tener experiencia, y esa experiencia va dictaminada según lo que quiera el coordinador de árbitros o en este caso la Liga Nacional. No hay requisito de que un árbitro tenga que tener un año, cinco o diez, pueden pasar diez años y un árbitro no llegue a Liga Nacional, o puede conseguirlo en tres. Enabo es la que imparte el curso de iniciación y entrega una categorización. Esa categorización tiene que hacerla los árbitros cada dos años. Por ejemplo, si voy a certificarme en 2023, luego me toca en 2025, el 2027. Eso está dictaminado por Fiba, los procesos para los árbitros son cada dos años, las licencias. Emulamos eso, seguimos los parámetros de Fiba, y cada dos años los jueces en Chile tienen que certificarse. Pueden ascender o descender de categoría, pasar de A a B, de B a A, de C a B, de local a C, etcétera”.

Valenzuela comentó también que “el proceso evolutivo lo entrega cada una de las ligas, que puede ser la Liga Nacional Masculina, la Liga Nacional Femenina, la Liga Saesa, la Liga Femisur, la Liga Femicentro, etcétera. No es que la Federación tome a los árbitros y los mueva por decirlo de cierta forma, solamente le entrega la categoría. Pero como el árbitro se va desempeñando es función de cada una de las ligas donde trabaja. Por ejemplo, un periodista va a la universidad, saca su título, pero después todos los diplomados, post títulos, magíster va a depender de donde trabaje y principalmente de la misma persona. Acá es exactamente lo mismo: la Federación entrega el curso de iniciación, la certificación, pero el proceso posterior depende de cada liga y cada persona…Si un árbitro entra a la Liga Nacional y en 10 años no progresa nada, es porque la Liga Nacional no trabajó con él, y puede ser al revés: si en diez años progresa mucho y llegase a Fiba, es porque la Liga le hizo un seguimiento para que llegue ahí. Para estar en Fiba, se debe postular a través de la Federación”.

En el proceso Fiba, detalló que “para postular debe tener por lo menos dos años arbitrando en la primera categoría del país, que en nuestro caso es la Liga Nacional Masculina, tener entre 25 y 35 años para postular, no puede con más o menos edad. Pero una vez que esté adentro, se puede mantener hasta los 55 años como árbitro Fiba. En mi caso, postulé con 30, me dieron la licencia Fiba, la voy renovando cada dos años y puedo mantenerla hasta los 55, ahí obligatoriamente tengo que salir”.

Así como pasa en el fútbol, en el básquetbol también hay apoyo tecnológico. “El sistema que sería un símil del VAR se llama IRS (Instant replay system), y cada una de las ligas es la encargada de poner o no a disposición de los árbitros esta herramienta. En el caso de la Liga Nacional Masculina, es obligatorio en primera y segunda división. Cuando trabajé en la LNB, solicité de manera obligatoria que hubiese IRS. En la LNF, por bases no es obligatorio, y en otras tampoco”.

En esa línea, agregó que “para poder usar bien el IRS, el árbitro sólo debe manejar bien las reglas. Cuando vas a este sistema, no se pueden revisar todas las jugadas, hay ciertas acciones y momentos del partido donde se puede revisar, siempre y cuando esté disponible el monitor. La primera decisión debe ser tomada en la cancha, y si consulta la imagen y le entrega una segunda visión que es totalmente contradictoria a la que se tomó en la cancha revierten la determinación. Pero si van al monitor y aunque no encuentren nada o tienen dudas, se mantiene la primera decisión. Son 15 casos en el básquetbol donde se puede consultar en el IRS. No es todo. Si pito un foul, no puedo ir a ver si fue falta o no, pero sí para determinar si fue normal, antideportivo o descalificador, pero no puedo ‘borrar’ el foul. En el caso de Sportiva vs la UdeC, se podía revisar si la falta fue dentro o fuera del tiempo, por ejemplo, pero no borrar la decisión de foul. Eso está escrito en las reglas”.

Valenzuela igual destacó que en el básquetbol “el reglamento cambia mucho. El último cambio fue el 1 de julio y ahora viene el Mundial (comienza este viernes, en Filipinas, Japón e Indonesia), y tras este torneo, en noviembre aproximadamente, vuelven a modificar las reglas. Así de rápido se va actualizando. Y todo el personal que está en el deporte, árbitros, jugadores, entrenadores y dirigentes, deben estar muy atentos pues una vez que las reglas están publicadas comienzan a aplicarse inmediatamente en la fecha que se estipula. Es responsabilidad de cada entidad, ya sea árbitros, jugadores, técnicos, dirigentes o clubes, de actualizarse con las reglas, porque son públicas”.

Sobre este punto, añadió que “lo que pasó en el partido entre Sportiva y la UdeC es un buen ejemplo. Después salen programas, gente comentando en redes sociales, donde se habla mucho y desde la ignorancia de las reglas. Se dice que los árbitros no tienen que decir un partido, que cobran mal, que no era falta…Uno escucha eso, se pone del lado del reglamento y son comentarios muy ignorantes. Los árbitros son muy profesionales en Chile, estudian mucho, revisan sus videos, suben cosas, asisten a charlas, se juntan, hacen reuniones. El tema es que su contraparte no hace lo que debe hacer”.

Al respecto, aseguró también que “en base a lo mismo que pasó en el partido de Sportiva con la UdeC, te pongo un ejemplo: el foul está bien cobrado, y la reacción de la gente está mal, no puede tener ese comportamiento. La gente que está en la cancha debe ser profesional y preparada para este tipo de situaciones, y no lo vemos, no pasa eso. Nosotros como árbitros, y te lo digo porque soy árbitro internacional de 3×3, estamos preparados y nos encontramos con cosas así porque gente actúa desde la ignorancia de las reglas. Sería mucho más fácil si las personas conocieran el reglamento. Es nuestro trabajo darlo a conocer y lo hacemos, pero hay mucha gente que ignora muchas cosas, y ahí se producen estos conflictos”.

En la regla y el criterio

Raúl Arévalo es uno de la casi docena de árbitros Iaaf (hoy World Athletics) Nivel 1 que hay actualmente en la Región del Biobío, a la vez que es el coordinador del sistema técnico de la asociación regional de atletismo. Desde su expertiz, el personero explica que, “normalmente empezamos con un curso que impartimos a nivel regional, para que la persona arbitre los torneos federados en la Región, ayudan a completar el cuerpo de jueces que mínimo son 15 en un evento de este tipo. Después vienen los niveles, donde uno de los más importantes es el Nivel 1 que permite al juez arbitrar un torneo nacional y los campeonatos internacionales que se hagan dentro de su propio país, como por ejemplo un Grand Prix. Para mantenerse hay que ratificarlo y actualizarlo cada dos años”.

Ya dentro de la competencia misma, para Arévalo no hay mayor lugar para los errores arbitrales, dado lo clara que son las reglas de la especialidad. “En el atletismo está todo más normado. Si un corredor cruza primero la meta, es el ganador, pero si sale antes del disparo, es falta y descalificación; si durante una carrera un atleta golpea a otro, también se descalifica, o si en el salto largo el deportista toca el indicador o salta por delante de la plancha de despegue, su salto es nulo. Como ve está todo reglamentado y cada persona dentro de un torneo conoce esas reglas, desde el competidor, pasando por sus técnicos y obviamente los jueces encargados, que son expertos”, sostuvo. “Y en el caso de que exista alguna duda, existe una Comisión de Apelación, donde pueden acudir los deportistas que no quedan conformes con la resolución que les da el juez. Esa comisión la pueden integrar entrenadores más el juez general, aunque normalmente prevalece loa decisión del árbitro general”, complementó.

En ese sentido, el juez destacó también el aporte que entrega la tecnología al momento de la toma de decisiones. “A todo lo anterior se suma la ayuda del Fotofinish, que en términos simples es una máquina, operada por un especialista, que saca una fotografía para aclarar quién es el ganador de una carrera, en competiciones tan apretadas que hace imposible que el ojo humano sea capaz de distinguir quién cruza la meta primero. Debe estar presente en todo torneo oficial entonces, si hubiera alguna duda sobre la llegada, si se da un posible empate, el Fotofinish es claro y no miente. Entonces es un tremendo apoyo que entrega garantía de justicia y evita cualquier error que pueda producirse”, manifestó.

Y cerró, “esta certeza de no cometer errores, permite que el juez utilice el criterio solo en ocasiones especiales. En mi caso, lo hago en ciertos eventos, cuando son torneros federados en pruebas de promoción, es decir con niños o escolares, donde por ejemplo en vez de descalificar a un corredor porque salió antes del disparo, le entrego una segunda oportunidad. Y eso es ideal, porque son situaciones extremadamente especiales. Pero en ningún caso una instancia decisiva en un mega evento, quedará nunca al arbitrio de una persona, sino que del reglamento propiamente tal”.

Situación diametralmente opuesta sucede en la gimnasia artística, donde pese a existir un código de puntuación, el criterio de los jueces es finalmente el que entrega o quita una medalla, incluso en los campeonatos más importantes, según opina el juez internacional, Eric Saavedra. “Hay que acordarse simplemente de lo que le ocurrió a Tomás González en Londres 2012, cuando le quitaron la medalla en el salto. Pasa que la gimnasia tiene un código de puntuación súper objetivo, pero el tema es que su aplicación es a través del ojo humano, por lo que se vuelve súper subjetivo. Por eso se establecen rangos, por ejemplo de repente un paso para un juez puede ser chico, y otro desde otra perspectiva lo opuede ver mediano, y esa es una diferencia de 0,1 a 0,3. Y eso es mucho, porque por 0,1 se definió la final de Río 2016, por dar un ejemplo. A ese nivel, la línea es muy delgada”, detalló.

Sobre la formación de los jueces, el también entrenador explicó que, “la federación chilena de gimnasia forma jueces nacionales, donde se enseña cómo se compone una serie y cómo evaluarla de acuerdo al código de puntuación de la federación internacional. Una vez aprobados, estamos calificados como jueces nacionales de gimnasia. Posterior a ello, se puede optar a ser juez internacional para tener la posibilidad de estar en un Sudamericano, Panamericano, unos Juegos Panamericanos o Juegos Olímpicos. Para eso hay un curso tras el cual se rinde un examen, que comprende prueba teórica y práctica comprendiendo dificultad y ejecución. Dependiendo de la nota, años de experiencia y campeonatos evaluados, se obtiene un grado”.

En ese aspecto, agregó que, “en gimnasia hay jueces internacionales categoría 4, que son los nuevos o que han estado retirados un tiempo y después la categoría 3. Sobre esos, está el juez grado 2, que evalúan Juegos Olímpicos, Panamericanos o mundiales, son los que más evalúan. Y ya en la cima están los jueces categoría 1, que son los mejores y trabajan con la federación internacional”.

Finalmente, en relación a la tecnología, Saavedra, quien estará en Santiago 2023, enfatizó en que también aporta en resolver situaciones. “En los eventos oficiales, Juegos Olímpicos, mundiales o copas del mundo, detrás del juez hay una cámara que graba. Entonces, ante cualquier duda, el juez superior revisa la cámara para saber la calidad del ejercicio, darle o no la dificultad, y verificar si el gimnasta hizo o no el ejercicio. En todo caso, el código dice que, ante la duda, siempre hay que ir en beneficio del gimnasta”, concluyó.

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