Cómo conseguir un logro deportivo pueda derivar en un proceso exitoso

07 de Agosto 2023 | Publicado por: Ricardo Cárcamo - Carlos Campos
Fotografía: Isidoro Valenzuela.

El mismoCampanil en los noventa y el desaparecido Petrox en Dimayor consiguieron renovarse tras ganar y terminaron repitiendo festejos. En el fútbol, los antecedentes más recientes sonHuachipato 2012, que fue campeón de Primera pero luego no tuvo buenas campañas, y la UdeC de 2018 que terminó segunda, clasificó a Copa Libertadores pero a la temporada siguiente comenzó una caída que terminó con el descenso a Primera B. Por temas económicos y familiares, ¿es más fácil mantener planteles en el baloncesto? ¿Qué otros factores influyen en poder generar equipos que pasen a ser dinastías?

El pasado 15 de julio , Basket UdeC consiguió ganar su tercer título consecutivo de la Liga Nacional. Un logro que se suma a un proceso que partió en 2019 y es uno de los más exitosos en la institución auricielo, con siete conquistas en total: 3 LNB, 2 Supercopa, 1 Copa Chile y 1 LNB Chile Centro. Además, el elenco auricielo consiguió avanzar por primera vez en su historia a los cuartos de final de la Champions League tras vencer en dos ocasiones, en Argentina y Brasil, a Obras Sanitarias.

En el deporte mantenerse en el éxito es casi tan difícil, o incluso más, que ganar un título puntual. Sostener un proceso depende de muchos factores y es complicado, porque cuando hay logros también empiezan a subir las aspiraciones y ambiciones individuales, que a veces terminan desarmando planteles que, de seguir juntos, podrían haber llegado más alto.

A nivel regional, antecedentes como el de esta UdeC existen en el básquetbol con el mismo Campanil, que en la década de los noventa ganó tres Dimayor en cuatro temporadas y disputó seis finales en siete temporadas de ese certamen, y del desaparecido Petrox, que también fue tricampeón pero en Dimayor y ganó cuatro definiciones en cinco campañas.

Sin embargo, en el fútbol, el deporte colectivo más popular, hubo logros importantes que no se mantuvieron en el tiempo. En 2012, por ejemplo, Huachipato consiguió el segundo título profesional de su historia al vencer en penales a Unión Española en la final del Clausura, pero al año siguiente, más allá que hizo una gran Copa Libertadores, a nivel nacional terminó 15° en el campeonato de Transición. Otro caso es la UdeC en 2018, que tuvo una extraordinaria temporada rematando segunda tras la U. Católica, y en 2019, pese a realizar inversiones para tener un plantel superior, terminó en último lugar cuando el torneo se interrumpió por el estallido social. Ese mal campeonato fue determinante para su descenso a Primera B, concretado en el verano de 2021 luego de perder la promoción frente a Colo Colo.

¿Qué variables determinan que un logro pueda llegar a transformarse en un proceso exitoso? ¿De qué manera se puede mantener un plantel que ha tenido éxito, buscando ir por más gloria deportiva?

Las recetas cesteras

Cipriano Núñez ha sido el entrenador de la UdeC en el actual ciclo y también en el que vivió en los noventa. “En lo que yo he trabajado, está el tema de visualizar lo que uno persigue. Como entrenador, siempre me ha gustado trabajar con los pies en la tierra y decir el primer año quiero lograr x objetivo. Elegir el recuso humano adecuado, que los dirigentes sientan que quieren construir algo. Hay que dejar en claro que esto no se hace de la noche a la mañana, que cimentar las bases de un equipo requiere tiempo y en ese camino es normal que haya fracasos, éxitos, pero no se debe perder el perfil de lo que se quiere construir”, comenzó diciendo.

Agregó que “tener una forma de jugar que represente lo que el entrenador quiere, y para eso hay que tener las armas, las piezas adecuadas e insistir en ello, no escuchar otras voces, porque el peso, por lo menos en lo conozco, se lo lleva uno. La gestión del jefe técnico es la que debe primar para conseguir las piezas que piensa se necesitan para una buena base. A veces, los entrenadores reciben mucha influencia dirigencial porque le tratan de poner jugadores, como le pasa a un DT joven que no es capaz de hacer valer su opinión al 100% en esas cosas”.

Núñez destacó también que “el éxito no sólo debe relacionarse con un primer lugar. Si uno tiene un equipo presupuestariamente de media tabla, si llega a un cuarto de final o semi es un éxito. En eso, la parte dirigencial, que evalúa el trabajo de un cuerpo técnico, es la que debe tener más los pies en la tierra y conocimientos profundos de lo que es un club deportivo, que es una empresa igual. Deben contar con una capacidad para valorar lo que se está haciendo y cuando se consigue un éxito o se está en vías de lograrlo. La desesperación llega muy pronto con dirigentes que muchas veces son hinchas y que sólo quieren un primer lugar y rápido, sin tener las capacidades de ver en qué etapa está un proyecto. Creen que por poner recursos o tener un presupuesto alto se tienen que lograr resultados de inmediato”.

Sobre si en el básquetbol es más simple mantener proyectos en relación al fútbol, el técnico aseguró que “en lo personal, una de mis bases para un proceso es eso, mantener un plantel. El primer proceso que realicé acá siempre seguimos captando talentos, y Petrox no estaba, ellos igual realizaban un buen trabajo formativo. Así llegó Evandro, José Luis (Campos), Valencia, Avello de Santiago. Salí a buscar jugadores, talentos, en colegios, Sagrados Corazones, La Asunción, y los seguimos formando. Eran chicos de 14 a 16 años, y le dimos condiciones para continuar su desarrollo. Eso es vital, y hoy día no tenemos eso. En la selección chilena ya casi no hay jugadores de la Región, como ocurría antes. Eso te afecta los procesos. Por eso estoy buscando los medios para retomar los niveles de formación de calidad que había antes”.

¿Se acostumbran positivamente a ganar los jugadores? Núñez señaló que “hemos avanzado mucho pero desde el punto de vista de la calidad del básquetbol que jugamos. Al margen que los jugadores van progresando, creciendo los jóvenes, y se suma a la madurez de los más grandes, hay una mejora en el juego, en la lectura. Creo que este último año y medio, de la mitad de la Champions anterior, defensivamente hemos crecido mucho. En ataque hemos ganado en cosas importantes igual, como saber jugar bien dentro y afuera de la pintura, mezclar el juego y hacerlo fluido y rápido. Si sumamos a eso la mentalidad de partidos duros, acá y afuera, y que en la Liga Nacional todos nos quieren ganar, se avanza mucho. Soportar la presión se consigue sólo jugando al máximo nivel”.

Patricio Briones fue jugador de esa UdeC histórica de los noventa, y destacó que “la manera en que esto se pueda proyectar en el tiempo, transformarse nuevamente en un legado, en una generación dorada de la UdeC, es respetando el proceso. Y en ese sentido, Cipriano conoce perfectamente cómo hacerlo. En la primera generación ganadora, en la cual tuve la bendición de participar, haberse mantenido con los pies sobre la tierra, aprovechar su recurso humano local, que es la base primordial, y adosarle los elementos extranjeros que se adapten al contingente chileno, y no al revés”.

Briones añadió que “en el largo plazo es importante mantener una buena química, una cohesión, que las relaciones interpersonales sean lo más sanas posibles, sin mezclar situaciones extradeportivas o de otro tipo que puedan afectar el desempeño, como puede ser, por ejemplo, recortes presupuestarios en algún momento o la continuidad de un jugador que puede ser importante en la consecución de logros. El grupo humano es fundamental y Cipriano siempre se ha caracterizado por mancomunar elementos afines, que hace que la personalidad deportiva, la personalidad social e incluso la profesional se mezclen bastante bien y les saque el mayor provecho deportivo”.

Daniel Viafora, figura del Petrox tricampeón de Dimayor, dijo que “es importante tener gente que sepa tomar bien las decisiones. Nosotros teníamos a Juan Morales, y pasé de Naval a Petrox, y el profe armó un buen plantel nacional con buenos extranjeros. Tenía claro los objetivos, se consolidó un grupo. En la parte defensiva destacaba mucho Sandro (Figueroa), marcando bien a los extranjeros y tenía buena capacidad de gol, Saúl (Guerra) innovaba con 1.95 de conductor, Iván González, que en paz descanse, aparecía bien en ofensiva. Se conformó un buen plantel, un buen cuerpo técnico apoyado por la empresa. Siempre creímos en nosotros, y eso llevó a superar a rivales como la UdeC y la Universidad de Temuco”.

De la continuidad de un plantel que obtiene un título, Viafora indicó que “todo depende de los objetivos que uno se plantee, y eso depende del técnico, que lo va conversando con la directiva, pues hay factores económicos de por medio. Nosotros teníamos contratos por un año generalmente. Cuando empezamos a ganar acá también pusimos la mira en los sudamericanos de clubes”.

El panameño también se refirió a si es más fácil mantener un grupo en el básquetbol que en el fútbol. “El basket no es 100% profesional y no se mueve el mismo dinero que en el fútbol. Se hacen convenios, becas deportivas. En mi caso, mientras estudiaba no podía jugar por nadie más que Petrox, pues le di prioridad a mi carrera junto al deporte, lo que le pasó seguramente a otros jugadores. Otro tema que se presentaba, y es incómodo por lo general, es ir a negociar los contratos cuando se terminan. La dirigencia tiene un presupuesto y se enfrenta con el jugador que a veces cree que vale más, yo lo viví en carne propia. Ahí se busca llegar a un punto medio para algún acuerdo, pues uno sabía que los recursos no eran muchos, la liga no entregaba dinero”.

La visión desde el fútbol

Escasos títulos registran a nivel profesional los clubes del Biobío. Y más aún en las últimas décadas. Quienes escapan a ese realidad, son los planteles de U. de Concepción en Copa Chile 2008-2009 y 2014-2015, además del Huachipato 2012.

Un pilar de ese campeonato con tintes históricos en Primera, fue el referente Gabriel Sandoval, quien levantó el título en tal temporada, aunque sufrió posteriormente con la lucha por el descenso del equipo a la campaña siguiente. ¿Por qué se da aquello? Sandoval expresó que “a nosotros nos costó mucho. En el jugador de fútbol, especialmente el chileno, existe un conformismo tras lograr objetivos. Es una de las cosas que debemos mejorar como deportistas. No es por sacarlos a colación siempre, pero los argentinos tienen una mentalidad distinta. Ellos logran un objetivo y quieren seguir ganando. La generación distinta fue la de Vidal, Medel y Sánchez. Ojalá todos tuviésemos esa mentalidad, sin duda mejoraría todo”.

¿Falta ambición derechamente? Sandoval sostuvo que “se cumple un objetivo y ya se piensa que con eso estás listo. Es como cuando el jugador joven se conforma con llegar al plantel y piensa que ese fue su techo. En este caso uno logra salir campeón y aunque no lo quieras, hay un relajo que te juega en contra. En nuestro caso, trataron de renovar a la mayor parte de los jugadores, pero te juega en contra lo anterior. No sé si es bueno cambiar a todo el plantel o mantener la base después de conseguir un objetivo. Es una difícil decisión. Muchas veces te resulta, pero se ha demostrado que acá en Chile la mayor parte de las veces fracasas cuando renuevas a todos quienes cumplieron el mismo objetivo. Jugamos la Copa Los planteles en Chile son muy cortos. Son 22 jugadores para competir y, cuando te tocan 2 o 3 torneos a la vez, quedas corto. Eso influye harto”.

En esa línea, ¿cuál es la clave para mantener el éxito en el deporte y en el caso específico del fútbol? “Uso siempre uso la misma palabra … perseverancia. Es algo que debe tener todo jugador. De varios técnicos he aprendido algo que en su momento no supe entender, que es el no encariñarse con ningún jugador. El equipo que mantiene la competencia a full donde no hay un privilegiado y cualquiera puede jugar, siempre esos planteles tienen éxito. El último caso así que tuve fue con don Luis Marcoleta. Él te hace competir mucho y quien está mejor desde lo físico y mental es el que juega. Ahí van todos subiendo el nivel”.