Camila González lleva sus patadas por el mundo y su cuello se llena de medallas

07 de Agosto 2023 | Publicado por: Paulo Inostroza
Fotografía: Cedida.

Tiene solo 21 años, pero cuenta un recorrido por el karate que la llena de orgullo. La alumna de Kinesiología UDD incluso llegó a Japón y no olvida esa notable experiencia. Ahora se prepara para viajar a Colombia y apuesta por otra presea. Su familia practicaba otros deportes, pero hoy son fanáticos de su hija. La oriunda de Los Álamos habla de la paciencia y constancia para ser un buen deportista.

Viaja todo el tiempo. De Concepción a Los Álamos el fin de semana, luego a Santiago por un Nacional, otro en Temuco. El 18 se va a Colombia, estuvo en Japón. Y entre todo eso Camila González se da tiempo para estudiar Kinesiología, en la UDD. Pero no se queja nunca, lo hace con una sonrisa. Se organiza, está acostumbrada. Es lo que le apasiona , lleva el karate en la sangre desde los 6 años. No quiere parar.

La “Cami” cuenta que “mis papás siempre jugaron básquetbol y fútbol, pero yo descubrí el karate desde muy niña y es lo mío. Mis hermanas también están en esto. Me gusta porque siento que me ayuda a organizarme, me ha enseñado a concentrarme, a estar siempre en lo presente. A veces te sientes cansada para ir a entrenar, pero estás ahí y se te olvida todo, lo disfruto. Parto la mañana motivada”.

¿Y qué hay que tener para ser una buena karateca? “Mucha paciencia, perseverancia, entender que las cosas nunca salen a la primera. Hay que pulirse, no conformarse nunca, ser constante”.

Y recuerda perfectamente cuando comenzó. Sonríe y relata que “tenía 6 años, llegamos a la competencia con unas compañeras y estuvimos todo el rato esperando que nos nombraran, súper nerviosas. Al final nos dijeron que no podíamos competir porque éramos muy chicas. Con los años los nervios fueron pasando, hoy me pasa que cuando estoy compitiendo no siento ni el ruido afuera, nada, me voy a otro mundo. Es especial”.

Cami de selección

Su entrenador es José Miguel Canto. “De toda la vida. Él viene a nuestra casa en Año Nuevo, cumpleaños, es parte de la familia. La confianza es importante”.

No todo ha sido fácil y recuerda que “la pandemia fue algo complicado. Era frustrante pasar de cuatro entrenamientos a la semana a esta modalidad on line, a no competir. Tampoco era fácil al principio manejar los tiempos de estudio y deporte, no todos los profesores entienden su importancia. En la UDD ya me han dado más facilidades, los profes te dan una manito con los tiempos, pero igual es desgastante”.

Y todo ese esfuerzo y trabajo ha dado sus frutos porque rápidamente llegaron las medallas y no son pocas.El 2012 fue bronce en el Sudamericano de Perú, el 2013 repitió en Uruguay y el 2015, ya subiendo categorías, fue cuarta en Brasil.

El 2014 viajó al Mundial de Japón, con las mejores del planeta, y fue octava. Camila recuerda que ”fue inolvidable porque es el país referente del karate, lo viven desde niños, son todos muy buenos. Además, es otro mundo, las calles, la gente muy correcta. También me gusta mucho Colombia, su comida, su gente muy amorosa”.

Y así fue mejorando hasta que el 2018 logró un notable oro y plata en los Panamericanos de Perú. El año pasado, regresando de pandemia, consiguió otro segundo lugar panamericano en Santiago. Tremenda.

No se marea y se nota. Debe ser esa paciencia y mesura ganadas con el karate. Y a sus 21 años sigue proyectándose y expresó que “he cumplido varios sueños que tenía de chiquitita, cuando partí, y me imagino un día con mi escuela, enseñando a los niños. Por ahora, solo quiero representar bien a la zona y al país”.