Ya es dinastía y quieren seguir haciendo historia

24 de Julio 2023 | Publicado por: Ricardo Cárcamo
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Basket UdeC se metió en el olimpo del baloncesto chileno tras ganar su tercera Liga Nacional consecutiva. Otro logro en un proceso brillante, donde suma siete títulos chilenos en nueve finales jugadas -sólo perdió dos definiciones de Copa Chile- y también alcanzó, por primera vez, los cuartos de final de la Champions League. Una temporada simplemente de ensueño.

Tras ganar su segundo título consecutivo de Liga Nacional en 2022, Basket UdeC se transformó en el primer equipo en conseguir ese logro en el máximo torneo cestero chileno. Y valía preguntarse, en ese momento, si el Campanil estaba en camino de convertirse en una dinastía, en un equipo histórico en el cesto criollo. Ahora, que acaba de conseguir el tricampeonato en la LNB, esas dudas aparecen como algo pasado y respondido: el elenco auricielo está en el olimpo de este deporte.

Sí, porque igualó a Petrox, Liceo Mixto y U. Católica, únicos tricampeones pero en Dimayor, y ahora quedó a un título de empatar a los cruzados, únicos en ganar cuatro coronas seguidas en la desaparecida Dimayor. En el listado de “títulos grandes”, sumando conquistas en Dimayor y LNB, el Campanil llegó a siete y es líder absoluto, pues le sigue la UC con cinco. Además, los auricielo jugaron 14 finales entre ambas competencias, otro registro donde lidera a nivel país.

En este ciclo que partió en 2019 ha festejado siete veces, pues además de la tres LNB ganó dos Supercopa y una Copa Chile (sólo cayó en dos definiciones de Copa Chile, ambas ante Puerto Varas). En un tremendo 2023, también alcanzó por primera vez en su historia los cuartos de final de la Champions League, tras vencer dos veces a Obras Sanitarias de Argentina, en su propia cancha y en Brasil. En la ronda de los ocho mejores, le dio dura batalla a Flamengo.

Mucho por crecer

En este proceso, sin dudas que el retorno de Cipriano Núñez a la banca, concretado cuando asumió Carlos Saavedra como rector de la casa de estudios, ha sido vital. El entrenador ha estado en todos los títulos “grandes” del Campanil (salvo la Dimayor 2012) y logró armar un equipo, junto al resto del cuerpo técnico y la gerencia técnica, que no sólo ha ganado casi todo a nivel nacional y cortó una larga sequía sin celebraciones (el título previo había sido en 2014), sino que recuperó esa vieja mística, que se vio sobre todo en la década de los noventa, donde había una gran química entre los jugadores y la hinchada. Eso se ha recuperado, y quienes siguen a la UdeC ven a un equipo que tiene identidad, con un importante número de nombres que fueron alumnos en el pasado o lo son en la actualidad.

Al revisar el plantel, sin contar los extranjeros que casi siempre cambian de una temporada a otra, salvo Evandro Arteaga, Carlos Milano y Eduardo Marechal, el resto no supera los 30 años, por lo que aún le resta mucho por jugar si siguen sus carreras sin lesiones u otros motivos que les imposibiliten mantenerse activos. Diego Silva cumplió 30 en junio pasado, Sebastián Carrasco tiene 23 al igual que Kevin Rubio y Juan Pablo Alvarado llegará a esa edad en septiembre y Lino Sáez en octubre. Michael Rivera cumple 22 en diciembre, Andrés Domínguez 21 en septiembre y Ricardo Maass tiene 20.

Si bien algunos de los mencionados no han tenido muchos minutos o no son parte continua de la rotación, lo cierto es que por su juventud tiene un margen de crecimiento y además la mayoría cumple con otro de los propósitos de la actual administración: además de jugar, son estudiantes de la UdeC, en un sello que también se ha recuperado en relación a décadas pasadas.

Ahora, viene un proceso que siempre aparece como complejo: definir los objetivos para la temporada siguiente. Apenas levantaron la copa de tricampeón, varios jugadores y el entrenador ya hablaban de ir por el tetracampeonato. Sigue el hambre, la ambición intacta. Habrá que ver si todos los estamentos tienen la misma mentalidad, pues mantener el plantel, desde afuera, asoma como lógico para seguir haciendo historia. Independiente de lo que pase, este equipo ya es imborrable.