Deportes

Carlos Milano, el más valioso que nunca tiene una camiseta segura

Más allá de sus innegables cualidades basquetbolísticas, el venezolano de 37 años siempre la ha “remado de atrás”. Esta temporada retornó al Campanil y lo hizo a lo grande, siendo pieza importante en todos los logros conseguidos a nivel nacional y también mostrando un buen nivel rendimiento en Champions League. En las finales, sumó su segundo trofeo como el jugador más valioso. ¿Ahora sí será inamovible en el plantel auricielo?

Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Parecía que en 2021, tras ser nombrado el jugador más valioso de la final ante Valdivia, Carlos Milano por fin se había ganado en cancha algo que mostró por años: un lugar como indiscutido en la UdeC, gracias a constancia, determinación y una voluntad a toda prueba. Más allá de sus innegables cualidades basquetbolísticas, el venezolano de 37 años siempre la ha “remado de atrás”. Por años, aparecía en la plantilla cuando había lesiones u otros problemas, y volvía a salir cuando llegaban otros nombres, independiente que cumpliera. Literalmente, era un “bombero” que tenía lugar cuando se debía apagar algún incendio.

Sin embargo, tras ese título y consagración como MVP no estuvo en el equipo bicampeón. Jugó otra vez en su país en 2021 y 2022, en Trotamundos, y cuando retornó a Chile incluso disputó torneos de categorías menores. Esta temporada retornó al Campanil y lo hizo a lo grande, siendo pieza importante en todos los logros conseguidos a nivel nacional y también mostrando un buen nivel rendimiento en Champions League. En las finales, sumó su segundo trofeo como el jugador más valioso. ¿Ahora sí será inamovible en el plantel auricielo?

Siempre remando

“Me he tenido que mascar las verdes muchas veces, pero el trabajo y paciencia me tienen aquí. Por eso este título me emociona tanto (…) Este campeonato es la consolidación de un grupo más que de compañeros, de hermanos. Disfruté mucho este año. Hasta cuando estuve un mes lesionado fui siempre a verlos, a apoyarlos y a comunicarles lo que veía desde fuera. Tratar de ayudar”, dijo Milano.

Eso de hermanos lo dice de corazón, y cuando analizó al grupo destacó que “están Evandro (Arteaga) y Lalo (Marechal) con una experiencia y nivel tremendo. Grandes personas. Diego (Silva), Luzcando y los extranjeros, que son excepcionales, y por otro lado jóvenes como Carrasco y Rubio que han tenido un desarrollo impresionante. Pocos jugadores tienen ese roce y madurez a su edad”.

Pese a todo lo conseguido, no olvida esos momentos donde era el “llamado de emergencia” cuando el equipo tenía alguna necesidad, y valora esas etapas que le dieron una fortaleza única para estar siempre listo y aprovechar cada minuto. “Estando en la universidad a veces me llamaban para jugar dos o tres partidos y después ya no más. Llegaba otro y yo esperaba mi momento, pero con la cabeza clara. Fui repartidor y hasta levantaba los toldos en el fútbol de la UdeC para vender las camisetas. Hice de todo y estoy orgulloso. La constancia y perseverancia me enseñó mucho”, recordó el venezolano.

Sobre lo que pasó en las recientes finales, donde pasó de entrar desde la banca los dos primeros partidos a titular indiscutido y jugador más valioso, afirmó que “ni yo mismo me lo creo, pero siempre pasa que termino con muchos minutos y me toca hacer cosas en momentos importantes. Esto es trabajo, no es suerte. Es enfocarte en lo tuyo, dar todo cuando te toca”.

Etiquetas