Con 19 años, Diego Campos, estudiante de kinesiología de la U. San Sebastián disfruta sus primeros años a nivel Adesup tras una larga trayectoria entre la UdeC y Alemán. “Proyecto mi vida universitaria ligada al deporte”, asegura.
De familia con tradición basquetbolística. Diego Campos encesta sonrisas con la USS en su segundo año como estudiante. Pero su historia va mucho más allá de tal casa de estudios, ya que él mismo cuenta que “partí como a los 10 u 11 años en el básquetbol. Empecé con una escuela en la UdeC del profe Bernardo Aguayo. Era formativo, nada competitivo. Comencé ahí porque no sabía jugar. Ahí me terminé por enamorar del básquetbol, que ya me gustaba porque mi tío José Luis Campos jugaba a nivel profesional. Siempre estuve rodeado del básquet en mi entorno y me interesaba, pero recién como a los 10 años me decidí a jugar. Partí por contactos de mi abuela, ella me llamó para empezar a entrenar”.
Posteriormente, Diego dio un salto para seguir creciendo. “Estuve como dos años en UdeC en esa escuela formativa y luego me fui al Club Deportivo Alemán de San Pedro. Ahí competí más, empecé a ir a campeonatos y representar al club. Mis compañeros eran buenos, fui a varios torneos como la Copa Pancho, Campeonato Manquehue, entre otros, siendo seleccionado regional por Biobío después”. Allí conoció lo hermoso y cruel a la vez que es el deporte. “Perdimos hartos campeonatos, pero se logró ganar algunos. En el Alemán estuve con los profes Jaime Urrutia, Jaime Cáceres y Fernando Campos, aunque hasta el 2021, ya que después entré a la USS. No me dieron los tiempos y decidí quedarme entrenando por la universidad”.
El año pasado, Diego comenzó a estudiar la carrera de kinesiología en la Universidad San Sebastián con un objetivo claro más allá de lo académico. “Entré a la U con la idea de quedar en la selección, representarla y que me dieran alguna beca deportiva”, cuenta. Y lo logró, saltando de inmediato a la cancha, aunque no exento de dificultades “El comienzo fue raro porque no tenía tanta química con el equipo y comparado con las otras universidades, igual tenía que luchar harto. Pero me adapté bien, pude ser titular y complementarme bien con los cabros. Este año ya he tenido competencia, pero me lesioné hace como dos meses, tuve una fisura en la rodilla jugando contra la Udla. Ya volví, la semana pasada empecé a entrenar”.
La exigencia a nivel deportivo y académico es grande, pero Diego ha salido airoso. “La química del equipo ha empezado a mejorar porque han llegado chicos nuevos. Ahora estamos mejor que el año pasado, progresando. Tengo la expectativa que el próximo año sea mejor y así sucesivamente. Al principio fue complicado compatibilizar deporte y estudios. En el primer semestre del año pasado, por ejemplo, no venía con una base tan fuerte desde el colegio, pero me pude complementar y gracias a eso voy al día con todos los ramos”, revela.
Con su tío José Luis Campos como referente nacional y Stephen Curry más Kobe Bryant como espejos a nivel internacional, Diego cuenta finalmente que “proyecto mi vida universitaria ligado al deporte, sabiendo que lo más importante son los estudios. El deporte me ha ayudado mucho para llevar el tema universitario y organizar mis tiempos. Gracias a eso he complementado estudios y deporte. Todavía me quedan tres años y ojalá se den bien para poder pelear arriba con el equipo”.