Qué sería de su vida sin el vóleibol. “Partí jugando como a los 9 años, estando en cuarto básico. Siempre en el colegio estaba compitiendo y cuando entré a la universidad de inmediato lo busqué. Me encanta el volley”, cuenta Valeria Reyes, destacada en Adesup.
Hoy, repasa con cierta nostalgia, aunque con la misma ambición de siempre, sus años deportivos en una etapa académica que está cerca de acabar. Esperando que el reloj no avance, Valeria recuerda que “al principio en el colegio entré porque muchas amigas se metieron, pero con el paso del tiempo fuimos quedando pocas. Pasé por otros deportes como básquetbol o gimnasia artística, pero ninguno me gustó tanto como el voley. Sentí que además tenía más habilidades. Me gusta lo grupal, más cercano, el trabajo en equipo para sacar adelante un partido. Eso me motivó a seguir con este deporte, que siempre tuvo prioridad sobre otros”.
Eso era en el Colegio Sagrados Corazones, desde donde saltó a la Universidad del Desarrollo. “Siempre tuve en cuenta entrar y jugar. Así lo planifiqué. Cuando tenía que tomar ramos, me preocupaba que no me chocara con los entrenamientos para poder ir siempre a jugar. Cada año ha sido distinto, porque se van integrando personas nuevas y ahí el equipo varía. Hay gente que a veces tiene más experiencia y de eso depende el año. Los partidos son siempre diferente, además, entendiendo que la competencia es alta”, asume Valeria.
En esa línea, y viendo el vóleibol mucho más allá del resultado, agrega que “estamos compitiendo contra seis universidades y no nos ha ido tan bien la verdad, pero los equipos cada vez se fortalecen más. Ahora se ha integrado gente nueva y estamos tratando de sacar provecho de eso, intentando conocernos como equipo. Ya tuvimos un partido contra la Ucsc y perdimos 0-3, aunque los sets estuvieron peleados. Este es mi último año e intento participar lo más que puedo. Llevo 5 años y hay niñas que me preguntan cosas. A veces me siento un poco vieja, pero intento ayudar a las chicas que más puedo”, cuenta.
Finalmente, sobre su equipo, expresa que “estamos partiendo y veo potencial en este año. Llegaron varias chicas nuevas que han jugado desde siempre y eso lo podemos aprovechar. Trato de aprovechar el tiempo que me queda. Compatibilizar deporte y estudios es un poco más complicado pero uno siempre se puede organizar para entrenar e ir a los partidos. Soy una persona muy de noche, entreno y después estudio.
Siempre me he planificado para cumplir en esos dos ámbitos. El deporte me saca del estrés de clases y certámenes. Me despeja. Muchas veces iba a entrenar y en ese rato libre me liberaba para estudiar con mejor ánimo. Miguel Dávila es nuestro entrenador actual. Él nos ha entrenado durante cerca de dos años y nos ha ido bien. Se ha integrado bien al equipo y hemos compatibilizado. Las niñas se han acoplado bien al equipo, porque más que ser un profe, la relación es de tu a tu sin dejar de ser exigente”.
Su etapa universitaria está por acabar, pero no así el deporte. Valeria cierra y avisa que “planifico entrar a algún club. Me servirá despejarme para cuando deba trabajar y sacarme el estrés. Será un tiempo para mí”.