Aunque la pequeña alumna de sexto año básico del Colegio San Ignacio de San Pedro de la Paz, da recién sus primeros pasos en el vistoso deporte, ya tiene grandes objetivos. Por eso, cada vez que Agustina Escobar sube a la viga, su aparato preferido, se imagina defendiendo a Chile en escenarios internacionales. Por lo pronto, su primera meta es participar en alguna competencia, debut que se retrasó por la pandemia, pero que espera sea el comienzo de una hermosa carrera.
Tiene apenas 11 años, pero sus sueños son grandes, tan inmensos que parecen no tener límites en un deporte que desde su tierna niñez, se quedó le quedó encarnado en el corazón.
Agustina Escobar Mellado es alumna de sexto año en el Colegio San Ignacio de San Pedro de la Paz, lugar donde conoció y se enamoró de la gimnasia artística. Ni siquiera el breve paso de un año por la gimnasia rítmica, logró quitarle la pasión que sintió cuando por primera vez se subió a un caballete o cuando hizo su primera pirueta sobre una colchoneta, para ella todo un logro.
“Sinceramente, antes de entrar a gimnasia no sabía hacer nada de nada, ni siquiera la rueda o la posición invertida, no tenía equilibrio. Así es que se me hizo muy difícil al principio, pero eso es lo bueno de mí, que no me rindo y sigo adelante hasta que las cosas me resultan. La verdad es que al comienzo me daba miedo subirme a los aparatos, pero siempre dije que si no lo intentaba y no me subía, nunca sabría si sería capaz o no”, sostiene.
Sobre su incipiente carrera, Agustina cuenta que, “comencé en la gimnasia cuando estaba recién en Kinder, después en tercero tuve que parar un tiempo por la pandemia y lo retomé cuando regresamos a clases presenciales con la profesora Daniela Zúñiga. Es un deporte muy lindo, cuando fueron los Juegos Olímpicos me encantaba ver como las niñas hacían todos esos ejercicios tan difíciles. Estuve un año en gimnasia rítmica y después volví a la artística, porque me atrae más hacer acrobacias, volteretas o invertidas”, complementa.
La emergencia sanitaria también confabuló para evitar que Agustina Escobar se haya estrenado en lo competitivo. Un pendiente que la pequeña desea cumplir lo antes posible.
“He ido a colegios, pero no a torneos. Por la pandemia tuve que practicar en la casa, lo que era mucho más complicado. Me gustaría mucho comenzar a participar en torneos y para eso practico harto, dos horas al día. Eso aunque salgo de clases a las cuatro y también tengo que estudiar. Es esforzado, pero para mí es una obligación, además que considero que me va bien en clases, tengo más de 6 de promedio, así es que cumplo con mis estudios”, señala.
Admiradora de Tomás González, la sampedrina se muestra feliz de los avances que ha logrado en la gimnasia. “Ahora sé hacer la rueda, la invertida, la voltereta, el mortal hacia adelante y muchas cosas más. Como aparato, lo que más me gusta es la viga; no soy la mejor, pero me gusta mucho y siento que cada vez estoy aprendiendo más”, recalca.
Pero Agustina no se queda ahí, porque dice que una vez que comience a competir, el próximo paso es entrar a un club y subir a podios. “Me gustaría unirme al Club Alemán para perfeccionarme y ganar alguna medalla, primero acá en Concepción porque estoy empezando recién. Con participar en algún torneo y ganar alguna medalla, ya estaría cumpliendo una parte de mis sueños”, reconoce.
En la despedida, y tomando como ejemplo su experiencia, la pequeña Agustina extiende la invitación a las niñas que quieran sumarse a su deporte.
“Les diría que se animen porque cuando yo recién partí, no sabía hacer absolutamente nada, y me caía siempre. Le digo que tienen que seguir intentándolo porque solo así van a mejorar”.