Eliminación de la Roja en primera ronda del último sudamericano de Colombia generó aun más dudas sobre el trabajo que se realiza en torno al fútbol joven. Desde el Biobío AntonioZaracho,Carlos Pedemonte y AlejandroPadilla, desde su experiencia como formadores de futbolistas, realizan un diagnóstico de la realidad de los juveniles nacionales que año a año ven que Brasil, Argentina y ahora nuevas “potencias” crecen a nivel sudamericano y ellos se mantienen estancados. Dar más competencia, mejorar en la formación temprana y tener una visión clara desde la parte técnica asoman como desafíos para mejorar.
Por: Christopher Cortez
Un lamentable cuarto puesto en el Grupo B obtuvo la selección chilena en el Sudamericano sub 20 de Colombia, lo que la dejó sin opciones de clasificar siquiera al hexagonal final del certamen.
Con una victoria apretada frente a Bolivia, un empate y dos derrotas se despidió el equipo de Patricio Ormazábal de un nuevo sueño mundialista, mismo que ya parece pesadilla luego de cuatro campeonatos de la categoría donde no se logra acceder a la cita planetaria.
De hecho, antes del campeonato 2023, fueron tres sudamericanos donde el combinado nacional se despidió en primera ronda. Es decir, no le alcanzó ni para pelear en 2015, 2017 y como local en 2019.La última vez que una Roja sub 20 pudo superar la fase de grupos y entrar al hexagonal final, fue en 2013 con Mario Salas, donde obtuvieron el pase al Mundial de Turquía.
Los nacionales, en aquella oportunidad, lograron llegar hasta cuartos de final, quedando fuera de las semifinales en una dramática definición contra Ghana. A pesar de eso, hoy son pocos los representantes de ese equipo que “triunfan” en nuestro fútbol, algo contradictorio a los talentosos y promisorios nombres que asomaban como el recambio de la “generación dorada”.
En torno a la categoría sub 17, los últimos registros son un poco más alentadores: Chile ha sido parte de las últimas tres copas del mundo; 2015 en nuestro país, 2017 en India y 2019 en Brasil, aunque en todas cayendo en la ronda grupal.
No obstante, considerando que esos mismos noveles deportistas luego pasan a la categoría sub 20, algo sucede que terminan fracasando en su última etapa antes de entrar de lleno al profesionalismo.
El caso de las chicas se puede evaluar de una manera distinta acorde al proceso de desarrollo todavía “en pañales” de nuestro país, con futbolistas que se entregan por sus camisetas sin tener necesariamente las condiciones que acompañen dicho esfuerzo.
Con ese panorama, la Roja obtuvo en 2022 una clasificación para la copa mundial de India sub 17, disputando así el segundo torneo planetario de aquella categoría en la historia del país, tras ser parte de Trinidad y Tobago 2010.
En la cita, fueron eliminadas en primera ronda sumando una victoria en el debut y posteriormente dos caídas.
La sub 20, por su lado, posee dos cuartos de final consecutivos en sudamericanos: 2008, siendo eliminadas en grupos del Mundial jugado en casa ese año, y 2010. Después, no fue parte de otro certamen internacional de ese tipo.
Antonio Zaracho, con pasos como director técnico de divisiones inferiores en Fernández Vial y su país natal, Paraguay, comenta que el problema actual “no es solamente a nivel de selección y es resultado de la poca importancia que se le da al área formativa en general”.
“En Chile siempre se trata de traer gente desde afuera y pocos jóvenes van cumpliendo su meta de ser profesionales porque no hay mucha preocupación y deciden dejar el fútbol, porque no lo ven viable”, agrega.
En ese sentido, el entrenador del histórico Fernández Vial femenino 2022 dice que el balompié nacional tiende a estancarse porque hay “un atraso general por la poca importancia que se da. No hay tiraje. Yo soy de los que piensa que, según la capacidad y el biotipo, se puede estar dos o tres escalones más arriba, no solo es un tema de edad. Acá todavía se les dice juveniles a la gente de 22 años”.
“En el fútbol femenino pasa lo mismo. El año pasado teníamos chicas con 14 o 15 años en el plantel. De hecho, Martina Oses, con 15 años, estaba en la selección sub 17 (mundialista). Ahora que tiene 16 años está en la sub 20. Eso es un progreso”, cierra.
Quien está en la misma sintonía es Carlos Pedemonte, durante años jefe del área formativa de Huachipato, aportando al nacimiento futbolístico de importantes figuras acereras.
“Definitivamente lo que no se ha logrado es sacarle rendimiento competitivo a jóvenes jugadores que ya están en una edad de rendimiento alto”, dice.
Siempre desde un punto de vista más analista que crítico, porque “criticar es más fácil”, el actual directivo de Fútbol UdeC indica que “falta la definición del “qué queremos, quiénes son las personas que pueden liderar y procesos, donde los clubes sean pro selecciones y den las facilidades para trabajar de la mejor manera”.
Así, piensa que las selecciones deben ser dirigidas “por personas con experiencias en conducción, da lo mismo si son del fútbol joven o no”. Del mismo modo, al futbolista nacional, no en lo específico de la Roja de Colombia pero sí en general, le falta ser “completamente humilde y dispuesto a dar lo mejor. A veces nos empañamos con pequeños éxitos y en el fútbol estamos lejos de los éxitos internacionales”.
Y ejemplifica con Alexis Sánchez,Arturo Vidal y compañía. “Soy convencido de que la ‘generación dorada’ no es solo casualidad; hubo trabajo de gente de experiencia como José Sulantay y posteriormente Marcelo Bielsa. Aprovechar el talento y desarrollarlo es lo que no se ha hecho en los últimos procesos”, establece.
Quien también dio su opinión fue el histórico entrenador de Huachipato, Alejandro Padilla, quien se encuentra de acuerdo “con opiniones que he escuchado acerca de que hay que tener un proyecto claro a varios años con un técnico que no cambie, ojalá que posea experiencia en el fútbol joven”.
En esa línea, “se supone que en las selecciones se contrata gente que conoce de dónde provienen los jugadores, qué hacen, tienen un catastro de todos los jugadores, conversan con los entrenadores, y esas son cosas que uno no ve. Tenemos déficit en cuanto a la conformación de las selecciones, desde cuerpo técnico hasta jugadores. Soy crítico de cómo se hacen las cosas”, asegura el actual técnico de la sub 15 de la usina.
Es más, Padilla menciona un factor que se esperaba que marcara un cambio institucional, pero terminó decepcionando.
“Desde hace mucho tiempo que necesitamos una gerencia técnica, como se supone que iba a ser (Francis) Cagigao, pero estuvo muy muy lejos de ser lo que se esperaba de un jefe técnico. Una persona en ese puesto debe conocer los técnicos, los jugadores, quiénes son los entrenadores, qué les falta a los clubes. Debe ser alguien futbolizado y que también tenga injerencia en cómo vamos a jugar y qué vamos a desarrollar. Nos ‘vendieron la pomada’ y esa es responsabilidad de la ANFP y los dirigentes porque ellos eligen”, apunta.
Bajo el punto de vista del trabajo realizado en la escuadra acerera, y reconociendo buenas y malas, indica que “siempre, desde antes que llegara, se trata de desarrollar al chico de forma integral con un conjunto de cosas técnicas, tácticas, psicológicas, etc. Nuestra escuela fue bien mirada porque teníamos jugadores completos”.
Sin embargo, “antes teníamos mejores elementos. Había alimentación, dinero para pasaje, todo para asegurarnos que los chicos no fallaran en llegar a entrenar. En base a eso, fuimos logrando una jerarquía y posicionamiento de nuestro fútbol joven. Algunos clubes adolecen de lo formativo, preocupándose solamente de que los chicos jueguen y ganen”, añade.
Entonces, ¿de qué forma llevar a cabo el desarrollo en deportistas de esas edad?Padilla responde que “hoy se critica que los chicos son inmaduros y, derechamente, creo que significa que faltó algo en la formación. No son niños ni adultos, están en formación”.
“Cuando uno compite puede hacerlo con chicos de 12 o 15 y tienes que estar preparado para un resultado adverso, un cobro arbitral injusto y otras mil variantes. Debe haber una fuerza colectiva y apoyo profesional, además de partidos internacionales, harto roce, chicos que jueguen en Primera División. A lo mejor hemos elegido mal. Es fácil criticar, pero faltan diversas cosas para conformar chicos competitivos. Lo que uno quiere es competir con jugadores de 15 años pero que piensen como uno de 18, o de 18 pero que actúen como uno de 22. O sea, la idea es desarrollar antes”, cierra.