Cipriano Núñez, técnico del básquetbol UdeC, valoró esta Copa Chile que le había sido esquiva y analizó los múltiples éxitos del club desde su retorno el 2019.
La final de Copa Chile en Ancud tuvo de todo. Un arranque imponente de la UdeC, luego los problemas con los árbitros y, finalmente, la explosión de sus figuras y un colectivo que cuando entra en ritmo parece incontrarrestable en nuestro medio. Es el sexto título en los últimos cuatro años, en un proceso liderado por Cipriano Núñez que está haciendo historia y le queda mucho camino por recorrer y vueltas por entregar.
Fue 95-89 para la UdeC con puntuación muy distribuida. Las mejores manos del ganador fueron Carrasco con 14 positivos, Evans y Terry con 13, Rubio y Luzcando con 12 y Silva con 11.
El técnico del Campanil comentó que “esta Copa Chile tiene un significado importante como todos los títulos que hemos ganado, pero además es una espinita que teníamos clavada desde que volví. Habíamos jugado dos finales y no habíamos podido ganarla. No es solo lo que se hizo en el Top 4 o contra Puerto Varas. A la larga, hablamos de una campaña invicta y eso lo hace más inolvidable”.
Del juego final desglosó que “hicimos un muy buen primer cuarto, todo muy limpio, pero en el segundo no se estaba cobrando con el mismo espíritu. Nos llenaron de muchos foulcitos, a mí me expulsan por técnicas… En un momento teníamos 8 faltas en nuestra contra y el rival apenas una y estábamos jugando ambos igual de fuertes. Eso fue complejo, pero supimos manejarlo porque lo conversamos antes. Allá en Ancud la gente alienta con todo y eso está perfecto, pero a veces los árbitros no saben cómo llevar esa situación de presión”.
Y en las difíciles aparecen no una ni dos de sus estrellas. Aparecen todas, como una tormenta que no deja a nadie seco.
“Acá hay un plantel largo donde todos están en la misma línea y Santi (Gómez) quedó a cargo del equipo con mi expulsión. Conoce perfectamente lo que queremos y lo hizo muy bien. A ratos los puntos corrieron por cuenta de Carrasco, después fue Diego, Kevin, Arteaga… Al final lo cerró muy bien Milano. Lino y Marechal aportaron en otras cosas, los extranjeros también entienden el sentido de equipo. Esa es la idea. Buscamos un perfil de jugadores que da resultados”.
Al respecto agregó que “acá no paramos de jugar en todo el año, con Champions incluida, pero cada práctica con este grupo es muy entretenida. Los jóvenes respetan a los mayores, entienden que son leyendas del club. Pero los grandes también respetan a estos chicos, los ayudan, los hacen sentir importantes. Esa ha sido la clave”.
El existoso estratega no saca el pie del acelerador y advierte que “acá lo más rico es que veo el grupo y la motivación y hambre de seguir ganando está ahí. Somos el equipo de este lustro, jugamos 7 finales y ganamos 5, disfrutamos cada título como si fuera el primero. Sabemos cómo nos miran todos porque posicionamos bien arriba al club y ahora el que quiera ser campeón tendrá que empezar por bajarnos. Imagino que así se mentaliza cada equipo y lo sabemos. Para eso no queda más que trabajar duro y motivados”.