El ex Naval y Vial fue figura del ascenso nortino a Primera tras el impresionante 5-0 en Calama. Lleva 6 años allá y sueña con jugar en la división de oro.
“Cuando llegué al club el 2017 la gente a veces ni sabía cuándo jugábamos. Hace unos años ya es otra cosa. Subir es impresionante, un sueño, histórico”. Las palabras son de José Tiznado, de 28 años, formado en el Unión Miramar de San Pedro de la Paz. Jugó en Naval y Fernández Vial y un día decidió partir de Boca Sur al norte de Chile. No se equivocó, es uno de los referentes del club y sueña con jugar en Primera División.
El “Pepe” contó que “ese 2017 tuve otra oferta, de La Pintana, que era uno de los fuertes de Segunda. Hablé con el profe Erwin Durán y me dijo que fuera a una división más alta, que estaba capacitado. Copiapó se veía lejos y no eran tantas lucas, pero imaginaba algo como lo de ahora. Costó años”.
Y costó una liguilla donde se desataron. “Fuimos un equipo atractivo para la gente, que nunca se echó atrás, que sabemos los jugadores desequilibrantes que tenemos arriba. Jugar con Luna es tan fácil, es un crack. Se la pasas y te arregla todo. Y se juntó un grupo de buenos jugadores, unidos. Unos más serios, otros más talleros. Acá no llegan los jugadores que están en su mejor momento, van a otros lados. Pero esta vez se logró un equipazo, han pasado buenos técnicos y siempre nos han cumplido en los sueldos sin ser tan altos”.
La hazaña fue completa, ganando 5-0 en el mismísimo Calama. Tiznado relató que “ellos ganaron muchas veces en el año con balones detenidos, cuidando bien el resultado. En cuanto a fútbol, sabíamos que éramos mejores. Nos molestó cómo nos jugaron en Copiapó, cortando el juego todo el partido, pero de locales tenían que dejar espacios y eso lo supimos aprovechar. Fue un partido perfecto”.
De inmediato recordó lo pasado el año anterior. “Estuvimos tres veces jugando liguillas, pero acá se hizo justicia por lo del último campeonato.Fue un robo tremendo y todos lo saben. Fuimos capaces de dar vuelta la página, enfocarnos e ir de nuevo por el objetivo”.
También pasó momentos amargos y se le vienen inmediatamente a la mente. El lateral que se reinventó como central señaló que “el 2020 sufrí una fractura de tibia, cuando quedaban 3 fechas para terminar el torneo. No me operé y estuve cinco meses recuperándome. El 2021 me costó retomar mi nivel y me gané el puesto en el segundo semestre, pero ahora sí siento que estaba al cien. Me perdí solo 3 partidos”.
Termina contrato y quiere quedarse. Tiznado apuntó que “me siento preparado para jugar en Primera y uno ya se identifica con este club. La gente también te reconoce el esfuerzo. Me vine joven al norte con mi pareja (Camila Betanzo) y acá nació mi hijo Agustín, de 4 años. Siempre he sentido el cariño de la gente. Me llaman mucho de Naval, me felicitaron del Miramar. En Vial estuve menos tiempo, pero también me mandan mensajes y el cariño es mutuo. He pasado de todo y quiero seguir tomando desafíos grandes. Veremos qué pasa con este grupo y ojalá la empresa de la ciudad se siga sumando y apoye”.