El atleta chiguayantino deslumbró en los Juegos Binacionales de la Araucanía durante noviembre. “Superó mis expectativas”, dice con modestia. Pero el talento está y en su entorno lo saben. No por nada se mide metro a metro contra deportistas más experimentados.
Por Christopher Cortez Alarcón
Fue una experiencia muy bonita. Siempre esperé que fuera buena, pero superó mis expectativas”, inicia contando Pablo Sepúlveda, atleta chiguayantino que destacó en los Juegos Deportivos Binacionales de la Araucanía.
La cita retornó en Puerto Montt entre el 14 y el 20 de noviembre tras su última realización en 2019, y reunió a Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Lagos, Los Ríos, Aysén y Magallanes, además de las provincias argentinas de Río Negro, Neuquén, Santa Cruz, Chubut, Tierra del Fuego y la Pampa.
Representó a la región en la selección sub 20 con apenas 15 años, tanto de manera grupal como individual, y en ambas pruebas alcanzó grandes resultados. En posta 4×400, donde era el encargado de recorrer los primeros 100 metros, se quedaron con la medalla de bronce. Eso sí, lo más destacado fue su quinto puesto en la final de los 200 metros.
“Tenía la idea de dar siempre lo mejor de mí, pero nunca me imaginé clasificar a la final. Pasar y quedar quinto es, literalmente, un sueño”, asegura Pablo. Sin embargo, no deja de lado la gran experiencia que significó compartir con tantos deportistas.
“Esta es mi experiencia más grande hasta el momento en el deporte por poder viajar con toda la región. Mis compañeros eran muy buena onda y todo fue muy bonito. Me ponen contento tanto los resultados míos como en general los que obtuvimos con mis compañeros que viajamos”, dice.
El comienzo de su historia deportiva tiene factores comunes a las de muchos otros atletas: deportistas a su alrededor y casualidades que cambian vidas. Siempre se ha movido; partió en convencionales corridas callejeras y, un día cualquiera mientras trotaba junto a su madre en su comuna, escuchó de un club que el lunes siguiente recibiría chicos para que comenzaran a entrenar. A las 9 de la mañana era la cita. “Desde ahí no he parado; me gustó y se me dio bien”, indica.
“Después, profesionalmente empecé a correr 100 y 200 metros, que siempre han sido lo mío. Este año, eso sí, me decidí por el 200 porque tengo muy buenas marcas, estoy actualmente primero de Chile sub 16 en esa prueba. Corriendo 400 tampoco me va mal, así que debo decidir qué hacer, pero aun soy joven”, analiza.
Pablo actualmente se mide zancada a zancada con velocistas de su edad pero también más grandes y, aun así, obtiene resultados. Él mismo explica que “todo esto se consigue gracias a mi esfuerzo diario. Trato de llevar una vida muy relacionada al deporte y tengo el apoyo de mi profesor y mi club”.
No es fácil. A sus 15 años podría estar también preocupado de otras cosas, pero a su alrededor todos saben de su pasión. “Mis amigos tienen claro que soy deportista y que entreno todos los días. Tienen claro que algunos fines de semana no puedo salir porque debo competir, entrenar o viajar. De todos modos, en el colegio estamos juntos y, cuando puedo, nos vemos fuera de los estudios”, señala.
El lugar de entrenamientos es el Club Atlético Olimpo de Chiguayante, aunque también corre con la camiseta del Colegio Concepción San Pedro. Sobre su cotidianidad escolar, el joven cuenta que siempre “me dan las facilidades para hacer trabajos después o dejar pruebas pendientes. Me dan tiempo para estar tranquilo y no preocuparme cuando estoy haciendo actividades deportivas”.
Con humildad y consciencia, tiene claras las personas que son claves en su desarrollo personal y deportivo. “Primero, mis papás. Han sido un apoyo fundamental porque sin ellos no podría ir a casi nada. Los viajes, la comida, los suplementos y la ropa la financian ellos y eso lo encuentro algo muy sacrificado de su parte. Obviamente una parte muy importante es mi profesor, Juan Carlos Villalón, porque él está siempre muy pendiente a mí y me apaña a todas, dentro y fuera del club. Es muy buena persona y, sin él, tampoco estaría acá. Dentro de mi club igualmente somos todos súper unidos en el estadio y fuera de él”, reflexiona.
A futuro, planea estudiar una carrera universitaria –de momento, derecho- pero sin dejar su actividad. “Me gustaría seguir haciendo lo que hago, entrenar con las mismas ganas y seguir consiguiendo las metas que quiero. Siempre quiero estar relacionado con el deporte; mi idea de vida es que el atletismo me ayude a entrar a la universidad y luego hacer atletismo para la universidad. Después de salir, llevar una vida normal.
No obstante, hay algo que “no lo deja dormir”: “Algún día me gustaría representar a Chile, es mi sueño vestir la polera de Chile en alguna carrera. Todavía no he tenido la oportunidad de ser seleccionado nacional, lo veo como una meta. Tengo que seguir haciendo lo que hago y algún día se va a dar”, decreta.