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¿Hasta qué punto se puede sostener una carrera en el más alto nivel?

Cuando un atleta ha cosechado éxitos y gloria, seguramente le cuesta asumir que, por el paso del tiempo, hay destrezas y condiciones que van disminuyendo de forma natural. Sin embargo, en algunos casos no se resignan a “bajar un escalón”, como le está pasando a Cristiano Ronaldo en Europa, que quiere mantenerse en equipos de elite más allá que ninguno requiera de sus servicios, por un tema de edad principalmente (37 años). ¿De qué manera se puede alargar la trayectoria? ¿Hay que adaptarse y, por ejemplo, pasar a tener roles más secundarios que son desconocidos para estrellas siempre protagonistas? ¿Qué papel cumplen los entrenadores y su entorno en ese momento?

Por: Ricardo Cárcamo - Carlos Campos 29 de Agosto 2022
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Cristiano Ronaldo sigue en el Manchester United, más allá de la poca consideración que le da el técnico Erik Ten Hag. De hecho, en el reciente clásico ante el Liverpool ingresó recién al minuto 86. A sus 37 años, el portugués se resiste a dejar la elite, independiente que en el reciente verano europeo tuvo un signo irrefutable: ningún equipo de los que él considera de primer orden quiso contratarlo, entre ellos Bayern Munich, Chelsea y PSG. A nivel local, un caso que genera debate es Arturo Sanhueza, ya que el volante de Fernández Vial es resistido por buena parte la hinchada aurinegra, y a sus más de 43 años hace poco salió del once titular de Patricio Lira.

En otros deportes, un ejemplo contrario es LeBron James. A sus 37 años -cumple 38 en diciembre-, renovó contrato con Los Angeles Lakers en la NBA por dos temporadas, a cambio de 97 millones de dólares. Por ello, de no mediar problemas físicos o de otra índole, se mantendrá en el primer plano hasta los 40 años.

Más allá de los ejemplos expuestos, vale preguntarse hasta qué punto un atleta puede sostener una carrera en el más alto nivel competitivo. Y en ese proceso, cómo asumir que, por más condiciones naturales, talento y trabajo que se realice, hay ciertos aspectos que van disminuyendo por el lógico paso del tiempo. ¿De qué manera se puede seguir en la elite hasta el final? ¿Es posible, o hay que readaptarse, asumir otros roles lejos del protagonismo acostumbrado? ¿Qué papel juega el entrenador y el entorno en esa etapa?

Cotización y prejuicios

Cuando se alcanza cierta edad, es lógico que surjan interrogantes sobre el nivel de un deportista. Así le ocurrió al ex basquetbolista Patricio Briones, que se mantuvo jugando pasados los 40 años.

“Sufrí el prejuicio ‘normal’ de que por mi edad no podría competir. Pero el juego no miente, así que pude defenderme y seguir haciendo esto hasta los 47 años a buen nivel. Incluso con 49 jugué segunda división, viendo como jugadores con 20 o 30 años menos pasaban en el médico lesionados, y los números acompañaban. Obviamente, con la conciencia que ya no estaba para 30 o 40 minutos (ríe). Sentía que ya debía ‘regular’ físicamente, pero más que nada por autocuidado”, indicó.

Al respecto, agregó que “cuando ya se tiene una edad avanzada, obviamente cuando se está dentro de la cancha se trata de potenciar las virtudes y disimular bien las debilidades, pues aún siguen aportando mucho al juego. Además, en sí mismos tipos como Cristiano o LeBron son marcas, son productos. Y este tipo de fenómenos creo que “esconden” muy bien algún aspecto en que puedan ir perdiendo algo. Y hay organizaciones que les aguantan su forma de desarrollarse, por ejemplo con los minutos en cancha, lo que pueden hacer para una institución más allá de lo deportivo.

Sobre los ejemplos que mencionó, Briones añadió que “Cristiano y LeBron son tipos muy dominantes, que manejan casi todas las facetas del juego por sí solos, entonces potencian algunos aspectos y dejan de lado otros en beneficio de mantenerse vigentes y seguir siendo útiles para las pretensiones individuales y colectivas. El valor de ellos generalmente pasa por eso, que son determinantes, brillan por sí mismos y ayudan a que brille el resto. El tema es que a veces justamente ese valor agregado que tienen, impulsado en primer término por su rendimiento deportivo y luego por el mercado, los auspiciadores, sponsors, el marketing que generan por sí solos, por sus nombres”.

Patricio Almendra, ex jugador y actual ayudante de Francisco Bozán en San Luis, indicó que “hablé muchas veces con mi circulo sobre que el día en que no tuviese ganas de levantarme a entrenar, me iba a retirar. Y esto me sucedió en 2012, cuando estaba bien y había vuelto a jugar con Corengia en el Conce. Venía de un año siendo ayudante técnico, pero a mitad de 2012 no me sentía un aporte. Ese 2012, además, nació mi hijo y empecé a vivir cosas que no había vivido antes. Lo mejor era dar un paso al costado. No quería entrar en la lástima de estar jugando. No necesitaba seguir jugando por trabajo, ese 2012 volví sólo porque me había despedido en 2010 jugando la final de Copa Chile que perdimos”.

EN OCTUBRE, Evandro Arteaga cumplirá 40 años. Su actuación en la pasada final ante Leones fue determinante para que la UdeC ganara el bicampeonato de la Liga Nacional.

Roles y visión propia

En ese camino para mantenerse al más alto nivel, también surge la opción de reconvertirse, asumiendo otras funciones, aunque también un atleta puede continuar siendo importante, pero teniendo algunas consideraciones sobre su preparación y tiempo de juego.

Así lo ve Cipriano Núñez, entrenador de Baskte UdeC. “A través de mi tiempo como técnico, vas consensuando muchas cosas y manejando las cargas, seleccionando los trabajos para aquellos de más recorrido, cuyos cuerpos han sufrido más estrés, hay que tener cuidados por las lesiones. Es clave igual ver en qué momento este tipo de jugador asume un rol de importancia. En el plantel actual, con Evandro (Arteaga) y Eduardo Marechal, que son los que tienen más edad, manejamos muy bien eso, vamos viendo los tiempos en los cuales deben soportar una sobrecarga y cómo la van a distribuir. En ese sentido, hay que tener mucho criterio y nos funcionó perfectamente, más allá que a ‘Lalo’ en algún momento le aparece algún problema en la rodilla. Con Evandro lo mismo, hay que saber llevar sus dolencias”.

Al respecto, Patricio Briones dijo que “si lo ponemos desde el punto de vista práctico, si tengo un jugador de esas características y soy entrenador, ten la seguridad que le sacaré el máximo provecho dentro de las capacidades que me presenta. Pero ojo, a veces estas grandes estrellas empiezan solas a ceder un poco su espacio porque entienden, hacen la lectura que vienen otros que quizás podrán cumplir esa función a futuro. Es un proceso natural de ir dejando de hacer ciertas cosas, y no sólo por el hecho que el de arriba ya no puede, sino porque el de abajo viene con fuerza”.

El ex pivot también aseguró que en ese proceso es clave la valoración que el propio deportista haga de sí mismo. “En mi carrera tuve buenos contratos, luego tenía mis años y cobraba un poco menos, de acuerdo a lo que sabía que podía rendir… Hay autocrítica, uno sabe lo que puede hacer. Así debería ser siempre, pero el mercado deportivo es muy volátil. Hay un prejuicio de que los deportistas a cierta edad ya no son rentables, por más que sea una gran figura. Les pasa a todos”.

Jonathan Novoa, ex jugador de fútbol, señaló que “las críticas no demoran en caer cuando andas mal. Hoy con 35 años puede seguir rindiendo de buena forma, porque la formación y preparación es distinta. Yo me retiré a esa edad y tuve compañeros de 32 que dejaron el fútbol. Pero cuando empiezas a sufrir lesiones te condiciona y cambia todo. No puedes rendir a buen nivel y tu rendimiento decae. No todos siempre lo quieran aceptar, pero ya empiezas a sufrir el fútbol, no a disfrutarlo. Siempre fui al choque y un jugador de roce, y el no poder hacer eso, no me dejó tranquilo”.

En esa línea, agregó que “toda la vida habrá jugadores que estiren el chicle hasta el final. El fútbol te da para eso, porque en otros deportes como el tenis, con 30 años ya casi te retiraste. En esta disciplina tú puedes tener la posibilidad de alargar tu carrera. Sin ir más lejos, los vialinos tenemos a Arturo Sanhueza que todavía juega y tiene para dar. Quizás ya no está para jugar los 90 minutos como estaba hace 5 o 6 años, pero su experiencia y calidad le permite jugar en esta división”.

Además, Novoa destacó que “lo único que quise siempre era que el fútbol no me retirara, sino que yo dejarlo. No estaba jugando al 100% como tiene que ser siempre, que es lo que yo pienso. Mi hijo Benjamín ahora tiene 12, pero cuando era más chico me pedía que no me retirara. Fue una contradicción, pero le expliqué que la idea era jugar estando bien y no dependiendo de si estaba lesionado o no o jugando muy pocos minutos. Cuando te contratan tú esperas dar lo mejor, siempre fue así en mi carrera, más allá que en algunos lados me fue mejor que en otros. Pero siempre quise ser aporte y el último semestre no fue así, por lo que preferí dar un paso al costado y retirarme yo”.

Cipriano Núñez comentó también que “en el caso de los deportes colectivos vas cambiando cantidad de tiempo por calidad. A tal punto que se juega en base a su aporte y se le pide que lleven el equipo a cuestas. Me pasó con Lalo en una etapa que tuvimos varios lesionados, y encaró muy bien ese momento, aunque le pasó un poco la cuenta en lo físico. Por ejemplo, en el caso de Evandro si bien no juega 40 minutos puede hacerlo 20, 22 o 18, y comúnmente en la parte ofensiva nos enfocamos mucho en lo que él puede rendir. Cuando son jugadores que han sido importantes, con una gran experiencia acumulada, los minutos que pasan en cancha son de calidad y no de complemento. Tratamos de ‘sacarles el jugo’, que lideren en defensa o ataque”.

En ese sentido, añadió que “ahora, depende de los niveles del equipo, si es de arriba, medianía o parte de abajo. En los que están en las últimas posiciones a lo mejor un veterano va a estar más tiempo y tendrá minutos de calidad y otros malos, en un elenco de media tabla eso cambia y uno de elite se privilegia la calidad. Si eso no ocurre, el jugador debe emigrar, no se puede mantener tanto tiempo pues atrás vendrán otros pidiendo minutos. Ahí uno debe enfocarse bien en cuanto al rendimiento de los jugadores y cuáles son las posibilidades de que pertenezcan a un conjunto que busca el alto rendimiento”.

HACE POCO, Arturo Sanhueza se convirtió en el jugador de campo con mayor edad en el fútbol chileno, con 43 años y 155 días.

No es para todos

Rolando Sepúlveda, psicólogo del deporte que trabaja con el plantel de Huachipato, afirmó que “hay ciertos periodos donde se espera que un deportista alcance un peak, a nivel físico principalmente. En muchas ocasiones, ese aspecto se puede compensar con la experiencia de lo técnico, táctico y estratégico e incluso desde lo psicológico. Ahora, es una realidad que depende de muchos factores, sobre todo porque hoy se cuenta con más evidencia de que las situaciones físicas se pueden ir trabajando o previniendo con mucha más precisión que antes, cuando el parámetro central era la edad del deportista. Sin perjuicio de eso, no deja de ser cierto que mantenerse en el alto nivel por muchos años es algo que no es para todos los deportistas, son casos bien puntuales de quienes se mantienen tantos años, no es la generalidad”.

En relación a su función dentro de un equipo, comentó que “siempre es importante que quienes lideran los procesos, como entrenadores, cuerpos técnicos y staff, sean muy claros del tipo de rol que requieren de cada jugador, y eso trasciende a la edad, creo yo. Si uno es claro, el deportista puede saber del inicio de una etapa qué se espera de él, cómo se puede realizar, y es un punto a tener muy en consideración. Es importante para la creación de un equipo y su posterior consolidación cómo se pueden establecer los roles al inicio de una temporada o de la conformación del conjunto. No creo que haya primarios o secundarios, sino diferentes”.

Sobre asumir que ya no se puede tener el protagonismo de siempre, el psicólogo destacó que “eso muchas veces tiene que ver con la historia del deportista, con los objetivos que persigue y en ocasiones también con cómo ha entendido el funcionamiento a lo largo de su carrera. Y eso tiene un impacto, no es fácil. No por ser testarudo ni nada, es duro emocionalmente saber o percibir que uno físicamente no tiene las mismas características de antes, es complicado irlo aceptando y es normal que alguien crea que puede mantener el mismo rendimiento”.

En esa línea, Sepúlveda agregó que “ahora quienes integran mejor la realidad, entendiendo que parte de una carrera deportiva también tiene que ver con un proceso, una progresión y un final, o una cercanía donde uno está más lejos del final que del inicio, uno debería estar constantemente su cuerpo, viendo evaluaciones, saber la progresión de las lesiones si se tienen o no, monitorear el rendimiento físico. Hoy en día, en los diferentes deportes, existen diferentes mediciones en varios ámbitos que permiten saber cómo uno se comporta, cómo está el cuerpo en general fisiológicamente. Hay gente que es más interesada que otra en eso, pero el deber de un staff técnico es dar a conocer esa información a los jugadores”.

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