
Lesiones, falta de plantel, escasez de gol, baja en los rendimientos, fracturas en el camarín... Los lilas no alzan cabeza.
Ganó un partido de los últimos 7, donde solo marcó 2 goles y pasó del segundo al quinto puesto. ¿Qué le pasó a Deportes Concepción? Aquí algunas claves.
Plantel corto. ¿Quién es el “10” si no está Verdugo? ¿Hay buenos laterales de recambio? Sumado a la gran cantidad de ausencias, el “León” siempre suele pararse con los justo y en la banca no se ve gente que pueda cambiar lo que hay. Sabido es cómo por armar el plantel anticipadamente no se llenaron todos lo cupos sin límite de edad y terminada una rueda tampoco se reforzó por el tope económico. La asistencia de público tampoco ayuda a hacer caja porque no ha sido la esperada. ¿Era realmente este un plantel para subir?
Mil lesiones. Nunca han estado todos. Al principio faltaba Salas, después cayeron Manzo y Bolaños, luego Henríquez y ahora Navarro y Verdugo. Algunos, incluso, han jugado con dolores porque no quedaban muchas alternativas. En un plantel que tiene 13 o 14 jugadores de igual nivel, estas prolongadas ausencias se notan más de la cuenta. El Covid tampoco ha ayudado y ahora mismo, contra Iberia, seguramente Rigazzi dejará de ser lateral y cubrirá la zona de centrales. No hay más.
Se fue el gol. En los 6 primeros partidos lograron 11 anotaciones y todo lo bueno que se alababa en ataque se diluyó. En los últimos 7 juegos solo marcaron 2 veces Y una de las razones es que los lilas perdieron su buena generación de fútbol en el mediocampo, llegan menos y peor. Salvo Verdugo, a cuentagotas, no hay quien ponga ese último pase y los punteros abiertos no pasan por su mejor momento. Sus máximos anotadores son Gabriel Vargas y Alexander Bolaños, con 3 anotaciones, y Cristóbal Vargas y Sepúlveda con 2.
Todos y de a uno. En las primeras fechas Verdugo era más protagonista, Toledo no fallaba nunca al medio, Sepúlveda se había ganado su puesto en ataque, Salas debutó en grande y pintaba bien, Ambiado cerraba su sector y Vargas tenía siempre un par de ocasiones de gol por partido. Todo eso hoy no se ve y es la eterna pregunta: ¿lo colectivo afecta los rendimientos individuales o es al revés? Concepción se hizo predecible y tampoco se observan respuestas efectivas desde el banco ni tampoco una actitud distinta en la cancha.
¿Y el ambiente? La salida de “Chino” González, las sanciones por las historias subidas a instagram y el malestar natural cuando el equipo empieza a no ganar. No puede ser coincidencia que justo después de esos incidentes, los morados hicieran dos de sus peores partidos del torneo: el 0-3 en casa de Cauquenes y la derrota en casa a manos de Trasandino (1-2). Ya dejó de ser una derrota aislada o un accidente y es válido preguntarse si es necesario un cambio de aire. Iberia no será un partido más.