Estar más conectados con la gente, poder mostrar fotos, videos y otro tipo de material a sus seguidores. Y en muchos casos, obtener beneficios económicos también se cuentan entre los aspectos positivos. Al otro lado de la moneda, acoso, críticas mal intencionadas y hostigamiento por alguna mala actuación o un error en su disciplina, o incluso por aspectos, acciones u opiniones que van más allá del deporte mismo, igual son comunes en este mundo. ¿Cómo se debe manejar el tema? ¿A qué edad es conveniente empezar a utilizarlas? ¿Es mejor evitar su uso? Voces de varias disciplinas, ámbitos y épocas dieron su visión.
“De las redes sociales sigue sorprendiendo el odio que tiene la gente. Los mensajes que uno recibe, sobre todo cuando pierde, no son muy agradables (…) No es grato para nada, la gente no te conoce y se siente con el derecho de insultar. Tienen una opinión de ti que no es válida. Es difícil. Es imposible evadirlo”. Eso dijo hace poco Cristian Garin en una entrevista a La Tercera respecto a estas plataformas. Sin dudas, en el último tiempo el tenista ha sido blanco de críticas por su irregular rendimiento, en una “relación tóxica” que puede tener su punto de partida cuando comunicó, a través de su Instagram, que no iría a los Juegos Olímpicos de Tokio. Desde allí, tuvo un bajísimo rendimiento por un largo periodo, momentos en que era común leer ofensivos comentarios en sus cuentas.
Lo ocurrido con Garin plantea una situación que puede parecer extrema, pero para nada es ajena al mundo virtual de los deportistas. La mayoría, tanto a nivel amateur como profesional, maneja cuentas en las principales plataformas, y a mayor popularidad aumenta la exposición mediática. Son pocos los que “filtran” a quienes pueden seguirlos, y eso abre la puerta a un escenario desconocido, donde pueden mezclarse aspectos tan positivos como negativos.
Lógicamente, las nuevas generaciones de deportistas nacieron en un mundo digitalizado, donde estar pendiente del teléfono y de las redes sociales es habitual, normal. Y es común que la mayoría suba -con frecuencia y varias veces al día en algunos casos- contenidos con fotos, videos y audios que, en ocasiones, los exponen más allá de su disciplina. Ser un personaje público y reconocido tiene sus ventajas, pero también sus responsabilidades, sobre todo en una actualidad donde cualquier acción que se realice puede estar siendo observada o registrada.
Por ello, en la dinámica relación atletas- redes sociales surgen varias preguntas: ¿Cómo deben manejarse estas plataformas? ¿Es bueno tenerlas siempre y a disposición, abiertas para todos, sin ningún tipo de filtro? ¿Hay una edad o condición de madurez para saber llevarlas de la mejor manera, sin que afecten los comentarios negativos?
La atleta Margarita Masías tiene casi 11 mil seguidores en Instagram y comentó que “las redes sociales obviamente dependen mucho de ti mismo, de cómo las ocupes y de lo que quieras mostrar. Uno decide qué tanta información entrega a las personas, pues todo tipo de gente tiene acceso a ellas y se debe tener cuidado con lo que muestras. En mi caso, trato de no poner cosas personales, sino que netamente las inclino hacia el lado deportivo”.
Además, indicó que “para mí, las redes sociales son plataformas para visualizar los resultados que uno tiene y cómo hace el camino deportivo, porque eso también influye bastante. Hoy en día, se está valorando al deportista íntegramente, no sólo que corra rápido, y eso me parece muy bien y se puede reflejar en estas redes”.
Por ello, la atleta además destacó que “si uno las sabe utilizar y es cuidadoso, inteligente con la información que entrega, sí es una buena herramienta. Pero debes tener muy claro el camino que estás haciendo y los objetivos que quieres lograr para que no te afecte ningún tipo de comentario. En mi caso, me sirven mucho pues no me tomo nada personal y sé lo que estoy haciendo, lo que pretendo, hacia dónde voy, por qué hago deporte y por qué no. Y me sirven positivamente, no recuerdo alguna mala experiencia. Tengo contacto con la gente, recibo mucho cariño de las personas”.
Alexi Ponce, psicólogo deportivo y director de Go Focus, indicó que “hoy en día, hay que educar a los deportistas en general al manejo prudente o adecuado de sus redes sociales, y eso deben hacerlo especialistas en redes, comunicación, internet. Creo que, efectivamente, están plataformas los exponen…Estas redes aparentemente te dan amigos, cercanía con algo que no existe, que no es una persona real en muchas ocasiones. Y ahí hay que manejarlo, porque justamente revisar lo que los demás creen u opinan es complejo. Para muchos, las redes sociales son una especie de arma con la que pueden atacar indiscriminadamente, en muchos casos escondiendo identidad. Entonces hay que enseñarles a manejar esto”.
En esa línea, añadió que “esto ha crecido de una manera exponencial. Hace 30, 40 años, un deportista salía en una foto en un diario, en una revista especializada. Hoy en día, la tecnología permite que en la mano tengamos un ‘arma’ para atacar, ayudar, apoyar, perjudicar o beneficiar a alguien. Entonces, evidentemente es parte de las cosas que se le deben enseñar a los deportistas hoy en día”.
El ex basquetbolista Patricio Briones igual entregó su visión y afirmó que “cada generación se va desenvolviendo de una forma mucho más rápida que la anterior, y eso obedece a la tecnología. Con la redes sociales la comunicación es instantánea, se tiene a las personas más cerca 24/7, algo que antes no existía. El vínculo que se generaba entre el deportista y el espectador era en el momento de la competencia y eventualmente si se cruzaban en la calle. Ahora no, el alcance es proporcional a toda la información y canales disponibles, que están al momento”.
Además, señaló que “la relación entre los deportistas y las redes sociales en ciertos aspectos es bastante positiva. Ayuda mucho a promover la actividad, a generar quizás perfeccionamiento en los deportistas, pues se preocupan de compartir material correctamente para que sea bien valorado. Lo malo es que puede generar anticuerpos en la búsqueda forzada de aceptación…Igual los chicos y chicas de ahora son distintos a nosotros, que debíamos estar 100% metidos en la pega y no había tiempo de hacer otras cosas, sino que entrenar y estar dispuestos al trabajo. Las nuevas generaciones están tan vinculadas con estas formas de comunicarse que da la impresión que no se desconcentran tanto de sus actividades si están disponibles y conectados siempre en sus redes sociales”.
Estas plataformas también permiten generar buenos nexos comerciales. Es habitual que las grandes estrellas del deporte promocionen muchos productos a través de sus redes, en una práctica que también se está haciendo frecuente en Chile y no sólo con aquellos consagrados, sino también con figuras promisorias que “pintan bien” y, sobre todo, ya cuentan con un número importante de seguidores. De hecho, esto último a veces pesa más que los éxitos deportivos.
La atleta Margarita Masías indicó que “en el tema de los apoyos que tengo en mi carrera, los principales los he tenido fuera de las redes y han llegado por mi desempeño deportivo y por la entrega de tantos años al atletismo. Sí me ha servido para otro tipo de ayudas anexas que también sirven mucho para mi preparación deportiva (…)Me lo tomo más como apoyo en todo sentido, y para devolver la mano en canjes de quienes me apoyan, como centros kinesiológicos, masoterapias, suplementos deportivos”.
El psicólogo Alexi Ponce destacó que “a cualquier deportista que logre un grado de figuración le aumentan inmediatamente sus seguidores en las redes que tenga. Se crea como artificialmente una especie de fans club que puede complicar a un deportista que no maneja bien el tema, que igual es un negocio. Las marcas buscan a gente que tenga hartos seguidores, entre otros criterios. Todo eso es parte de la educación digital que hay que darle a los deportistas, porque sino tendrán los beneficios pero no sabrán manejar adecuadamente las dificultades de las redes sociales”.
El anonimato que muchos prefieren en estas redes permite realizar críticas y comentarios que muchas veces traspasan límites. Gabriel Vargas, delantero de Deportes Concepción, aseguró que no les da mayor relevancia.
“Nunca me han afectado las críticas por redes sociales. Cuando jugaba en la U. de Conce me empapelaban por mensajes privados, pero en vez de debilitarme mentalmente, me fortalecía. Soy de la escuela antigua del trabajo, el querer, esforzarse y que tarde o temprano los resultados van a salir. No me baso en los comentarios ni en lo que digan las redes sociales. Es normal achacarse igual, antes de llegar a Deportes Concepción ya me empapelaban varias personas, pero yo tengo claro cuál es mi trabajo y el esfuerzo que debo hacer día a día. Se sufre, pero tampoco vas a calentarte la cabeza. Lo mejor que tiene este deporte es que cuando pierde o las cosas están mal, es que tienes varios días para entrenar, sacarte la pica y concentrarte en lo que viene. Pero muchos jóvenes se quedan estancados en el comentario y en lo que se dice, dándose mil vueltas”.
Además, indicó que “a muchos les sirven las redes sociales a veces porque si andan bien, suben sus goles y se hacen más conocidos. Pero está lo otro, que es la mente frágil y débil de muchos, donde te critican y te achacas. Lo que hace fuerte a un deportista tiene que ser su trabajo, no los comentarios buenos o malos que te llegan. Hay que ser aterrizado en todo sentido, apoyándote en tus pilares que son la familia y no llevar los comentarios a otro extremo. Hoy, por ejemplo, un juvenil de un equipo grande no tiene 1000 seguidores, sino que 80 mil. Te llenan de mensajes y todo, muchos se desenfocan”.
Para Patricio Briones, la existencia de ese tipo de comentarios malintencionados “son parte de las reglas del juego. Recuerdo que en mi época no había aplicaciones pero sí existían los foros donde te hacían tira (sic). Pero así como existen los campeones de los teclados y también están y estuvimos los campeones en la cancha. Todo lo que pudiera pasar en un foro o los comentarios mal intencionados no les prestabas mayor relevancia y uno se quedaba -y así debería ser ahora también- con la crítica constructiva, con el comentario y refuerzo positivo. El hecho que las redes no tengan un filtro hace que no se puede evitar el bullying cibernético de mucha gente mal intencionada, y cómo se tome eso dependerá de la madurez del deportista”.
El actual formador de nuevos basquetbolistas agregó que “todos estamos expuestos a la crítica, a que digan algo inapropiado de ti…Lo que pasa es que antiguamente cuando eso pasaba uno sabía buscar a ese alguien y lo solucionaba (ríe). Ahora, con las redes sociales existe mucho avatar, mucho seudónimo, cuentas falsas. Y por ahí también debería pasar la tranquilidad de quien recibe comentarios mal intencionados, pues es gente que quiere generar ruido donde no lo hay”.
Renato Ramos, ex jugador, tuvo su primera experiencia como entrenador adulto en la banca de Deportes Concepción. “Trabajé en el fútbol formativo de Palestino y ahí no había problemas, pero cuando dirigí Deportes Concepción, tuve de dulce y agraz. Hubo muchas loas cuando hicimos una buena Copa Chile, pero cuando no nos fue bien en el campeonato, hubo hartos insultos. Claramente a algunos les afecta más que a otros. Muchos viven pendientes de las redes y otros no tanto, pero las personas se sienten con la autoridad de decirte lo que sea por estos medios de comunicación. Va en la capacidad mental de cada persona si lo absorbe o le resbala”.
Lo que sí destacó el ”Tiburón” es que eso puede afectarle a los entornos cercanos. “Todas las personas somos distintas, a mí lo que me afectaba realmente es que mis hijos vieran críticas. Ellos no entendían porque decían que su papá era malo. Mi hija sabe leer y me decía ‘pero si mi papito no es malo’. Ellos no entienden mucho esto y les toca vivir una realidad que es bastante cruel, porque detrás de una red social se esconden personas que muchas veces no dan la cara. Me afectaba por mis hijos, no por mí, yo sé donde estoy y llevo harto tiempo en el mundo del fútbol”.
Para Alexi Ponce, “hay que definir primero para qué quiero la red social. Si es para mostrar mi trabajo, mis logros y no voy a contestarle a nadie, independiente de lo que diga, o sea va a transformar en un ‘campo de batalla’ donde voy a tener que justificar mi trabajo deportivo. Creo que eso no es bueno hacerlo, pues la gente que comenta negativa o peyorativamente no conoce el deporte y ponerse a tratar de explicarle, por redes sociales, de qué se trata, es casi una misión imposible. Pienso que también tiene que ver con qué objetivo tengo en la red social, qué quiero hacer, qué quiero mostrar para que los demás conozcan, asumiendo que hay un riesgo y que muchas personas van a opinar y entregar distintas miradas o visiones de lo que estoy haciendo”.