Lejos del ruido de la Villa Olímpica, en el Embalse de Tominé, una juvenil figura de la vela chilena trabajó en silencio, regata tras regata, para colocar su nombre entre las mejores del Optimist de los Juegos Bolivarianos de Valledupar.
Una medalla de plata aportó finalmente Camila Ernst para el cuarto lugar obtenido por el Team Chile en el evento continental. Nuevo logro para la deportista de Talcahuano que, con solo 15 años, no para de consolidarse como uno de los más grandes proyectos de la disciplina en el país.
Recién llegada de Colombia, la especialista se muestra satisfecha tras su paso por el torneo. “Estoy cansada, pero valió la pena. Fue una tremenda experiencia, me encantó competir afuera con deportistas de tantos países y conocer este grupo de navegantes más grandes, convivir y aprender de ellos”, asevera.
Sobre la competencia, la exponente del Club Optimist Talcahuano enfatiza en las dificultades que encontró en aguas cafeteras. “La cancha era muy difícil, desde los estratégico una de las más complejas de las que he corrido en mi vida. Me costó mucho, pero aprendí un montón. Era muy impredecible en cuanto a la cantidad de viento y por donde este entraba, después se podía ver el patrón pero costaba bastante identificarlo, había que estar demasiado atento y sacar mucho la cabeza del bote. Sumado a eso, el nivel de las rivales era alto, así es que de verdad fue un desafío muy grande”, detalla.
Con varias presencias en competencias internacionales, Camila reconoce que esta actuación es la más importante en lo que va de su carrera. “Formar parte del Team Chile, representar a mi Región y al país, fue muy importante para mí, muy orgullosa de la oportunidad porque es una medalla diferente. Pese a que no estuve en la Villa Olímpica para estar cerca del embalse, me encontré con varios deportistas chilenos en el aeropuerto y eso igual dio sentido de pertenencia; fue bonito”, dice.
Desde el ámbito deportivo, Camila rescata también su crecimiento. “Viajé con metas de rendimiento donde el objetivo era la técnica, el armado de barco, la puesta a punto del bote, el buen análisis de la regata, buenas partidas y pasadas de boyas. Y también con metas de resultado, de quedar entre las dos primeras. En ambas cumplí y eso me dejó tranquila”, manifiesta.
Rendimiento que la tiene lista para su próximo paso. “Estoy muy entusiasmada de traer esta medalla a Chile y participar en estos torneos. Tengo ganas de seguir en otras clases, cerrar mi año de Optimist y saltar al Laser. Tenemos buen nivel en nuestra zona y en el país. Ahí podría estar mi futuro en la vela”, cierra.