El base y capitán del Basket UdeC repasó su intensa temporada en el Campanil e intentó explicar su ausencia de la selección. “Tenemos hambre de seguir ganando como equipo y ser aún más competitivos”, aseguró.
Una persona común y corriente todo el día, que cuando salta al parquet se convierte en otro ser humano. Diego Silva tomó un protagonismo crucial en las últimas campañas del Basket UdeC, posicionándose como uno de los favoritos de los hinchas que asisten a la Casa del Deporte.
En la cancha lucha, grita, pelea en buena lid, agita los brazos pidiendo apoyo y, por supuesto, se luce como uno de los mejores jugadores del Campanil. Clave en las recientes temporadas y en el bicampeonato auricielo, el base vive un merecido descanso por estos días. “Que se hayan hecho las cosas bien, da una enorme calma. La felicidad sigue, pero ahora con la familia mucho más tranquilo y sin todo el estrés de la temporada”, expresa el oriundo de Antofagasta, ciudad que no está empapada del espíritu cestero que se vive en Concepción y el sur del país.
-Ha sido un 2022 intenso …
-Con Champions, viajes y bastantes partidos seguidos. Pero es lo que a uno le gusta. Los duelos internacionales se vivieron a concho y en vez de tomar las derrotas como algo negativo, se tomó de forma positiva jugar ante los mejores.
-¿Qué ha cambiado en el Diego Silva de temporadas atrás?
-La gran diferencia es que ahora he podido ser campeón. Estoy más maduro, buscando crecer siempre. Antes no se me daban los títulos, pero así es el deporte. Costó, pero el trabajo dio frutos y ahora disfruto mi momento. Mi juego ha variado para bien y a favor del equipo. No es que antes no estuviese haciendo bien las cosas, simplemente creo que al buscar mejorar mis virtudes, evolucioné.
-¿Cómo vive el ser capitán? ¿Es una responsabilidad distinta?
-Para mí es tener una letrita “C” en el brazo solamente. Al final es importante como los compañeros te ven y la relación con ellos en el día a día. No lo veo como un peso ni una responsabilidad mayor, sino que lo tomo con tranquilidad. No agrego cosas extras a lo que hago día a día.
-¿Se siente un referente?
-Sí, obvio. Hace años. Ahora, con los titulos, cambia la perspectiva. Igual lo tomo con humildad, uno debe acordarse siempre del lugar donde viene y como llegó. Claro que es una linda sensación. Vengo desde el norte donde no hay tanto básquet, liga ni referentes.
-Los Leones les dieron una dura lucha en la final …
-Fue una serie linda, muy difícil. Nos hicieron un juego físico, pero supimos hacer bien las cosas pese a los dos primeros partidos como visita. Fue todo muy apretado, pero al final plasmamos en la cancha nuestra experiencia y las enormes ganas de ganar.
-¿Qué tan relevante fueron los hinchas en Casa del Deporte?
-Uf, muchos no le dan una gran importancia a la fase regular, pero en las instancias finales se ve lo decisivo que es terminar primero por la localía. Toda la gente estaba eufórica en los partidos finales. Yo mismo, soy un apasionado y dentro de la cancha me transformo. En serio. En el día soy más piola. Asi me quieren y otros no.
-¿Le sorprendió no ser citado a la selección?
-Obvio que sí, pero ya me había pasado antes. Hay otras cosas, no sé. Es raro que no haya jugadores del campeón, en ninguna parte he visto algo asi. El motivo hay que preguntárselo a una sola persona. Sorprende y molesta porque son las estadísticas las que mandan, pero no me siento menos que nadie de los que fueron convocados. Sé que por rendimiento no es.