Puertomontino de nacimiento, pero hace rato penquista por adopción, el alumno de último año de Periodismo en la UDD es una de las caras con mayor crecimiento en la liga universitaria local. Conocido por su empuje y garra, este año quiere despedirse entre los mejores del torneo.
Como buen niño inquieto, Martín Detzel (22) comenzó muy pequeño practicando deportes, aunque en su caso lo llevó un paso más allá y, no contento con uno, hizo cuanto deporte se le apareció en el camino. Así fue como el fútbol, básquetbol y hasta el atletismo fueron engrosando su listado de opciones, aunque ninguno lograba llenar sus expectativas infantiles.
Hasta que un día, viendo televisión, se encontró con un partido entre Chile y Argentina. No era fútbol, tampoco básquetbol, sino una disciplina que nunca había visto. Se presentaba así en gloria y majestad ante sus ojos, el balonmano.
Al día siguiente, lo primero que preguntó a sus profesores del Colegio San Francisco Javier de Puerto Montt, fue dónde podía jugarlo. El problema es que el establecimiento no contaba con talleres ni impartía la especialidad. Un obstáculo que no fue tal para el pequeño que, a las pocas semanas , ya estaba entrenando como uno más en el Liceo de Hombres Manuel Montt.
Fue ahí donde terminaría haciendo toda su etapa formativa , desde la categoría Infantil pasando por Cadete y Juvenil, en un comienzo que reconoce estuvo lejos de ser fácil. “En la tele yo pensaba que era dar un par de pasos y gol, pero me pillé con que era un deporte de alto contacto, donde se debe trabajar harto la mente para idear las jugadas”, señala el jugador que partió y se quedó en el puesto de extremo y lateral, siempre por la izquierda.
En base a esfuerzo, Martín fue ganándose un puesto en el competitivo equipo del liceo de hombres. Sin embargo, a la hora de la competencia, llegaban los problemas ya que al no ser alumno regular, estaba imposibilitado reglamentariamente de jugar torneos oficiales.
Pero, ante la adversidad, salió a relucir su fortaleza mental que sería un sello que lo acompañaría el resto de su carrera. “Al no ser el liceo de hombres mi casa de estudios, no podía jugar torneos comunales o provinciales. Recién podía hacerlo en los regionales, como refuerzo. Entonces al principio era solo entrenar, tuvo que pasar mucho para empezar a competir. El tema era que en ese nivel era llegar directo a los leones, con los pesos pesados de la Región y me costó adaptarme”, dice.
Así llegó su primer torneo regional jugando por el equipo de Los lagos, donde consiguió un muy buen desempeño levantando la copa de campeón. “Pude jugar harto, marcar goles y sentirme un aporte. Fue el comienzo de todo y que me marcó. De esa época destaco mucho el apoyo del ‘profe’ Cristián Escobar, entrenador de las series menores del Liceo de Hombres”, detalla.
Tras salir de la enseñanza media, Martín se tomó un año sin estudiar, tiempo que resultó fundamental para su crecimiento como deportista. “Aproveché para jugar y entrenar bastante con la U. de Los Lagos, con quien pude ir a torneos adultos. Siento que avancé mucho porque me encontré con un nivel totalmente diferente, ya que en adultos el roce, la fuerza y capacidad de juego que se debe tener es superior”, rememora.
En ese nivel arribó a Concepción como flamante alumno de Periodismo la UDD, integrándose de inmediato a una novel selección en las lides competitivas. “Cuando llegué el equipo era relativamente nuevo, tenía dos años y estaba formándose. Hoy todavía está en un proceso de transición porque lamentablemente no contamos con una cancha óptima. De a poco vamos sumando nombres en los entrenamientos”, asevera.
Poco alcanzó a jugar Martín en Adesup, pues el estallido social de 2019 impidió que el torneo terminara. Aun así, cada vez que jugó mostró la calidad de su nivel que lo hizo uno de los líderes de su selección. De ahí que ante el inminente inicio de la temporada 2022, que proyecta jugarse de manera normal, cuente las semanas para el debut.
“Durante la pandemia fue solo trabajo en casa y recién el año pasado pudimos volver a la liga, pero jugamos como dos o tres partidos solamente. Para este año se supone que el calendario será bastante más intenso y con hartos equipos como para hacer un buen torneo”, resalta.
Lo que tiene claro es que en su despedida, quiere ser parte de la historia de su universidad. “Estamos muy motivados y la meta es clasificar a semifinales. El año pasado estuvimos cerca, pero perdimos el partidos definitorio contra la UBB. Este semestre queremos hacerlo, somos un equipo bastante nuevo, con jugadores que se han venido sumando hace poco y donde damos ventaja respecto a otras universidades como UdeC o Unab que tiene seleccionados nacionales”, manifiesta.
“Competir contra ellos será bastante difícil, pero si nos emparejamos bastante a los que esperamos ganar en este semestre y lograr una ansiada clasificación a semifinales que sería histórica para la UDD. Para mí sería espectacular, estaría pagado y podría decir misión cumplida”, sentencia.