Números preocupantes: la población sigue lejos del deporte

18 de Abril 2022 | Publicado por: Ricardo Cárcamo - Samuel Esparza
Fotografía: Archivo

La Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deporte 2021 contó con la participación de más de seis mil personas, de diferentes regiones del país y edades, y las tendencias continúan negativas: la mayor parte de la ciudadanía es inactiva físicamente (80%), algo que ha aumentado en pandemia (50% disminuyó el ejercicio). ¿Cómo se puede cambiar esta realidad y generar un hábito, sobre todo en los más chicos? Voces de diferentes áreas hicieron su diagnóstico y entregaron opciones para empezar a revertir las cifras.

Desde hace mucho tiempo que los indicadores de cuánto deporte hace la gente en Chile son malos y muy preocupantes. Otra muestra de ello son los resultados de la Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deporte 2021, desarrollada por el Mindep, que dan cuenta que la mayor parte de la ciudadanía no tiene rutinas de ejercicio de forma permanente e incluso ocasional.

Un 18,7% de los encuestados -participaron más de seis personas de todo el país y de diferentes edades- realiza actividad de acuerdo a la recomendación de la OMS(150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos intensos a la semana), por lo que cerca del 80% de la población puede considerarse como inactiva. Ello repercute directamente en niños y adolescentes, pues se estableció que la principal motivación de este grupo para hacer actividad física es contar con un familiar que sea referente o lo acompañe cuando hace ejercicio. Además, al consultarle a la población de 18 años o más si su actividad física disminuyó durante la pandemia, un 50,2% dijo que sí, mientras que un 9,9% señaló que aumentó.

Otro dato relevante dice relación con que un 33,7% de la población de 18 años o más no le interesa la actividad física y la practica por obligación, mientras que un 16,7% dice que le importa, pero no hace ningún tipo de ejercicio.

¿Cómo se puede cambiar esta realidad y, sobre todo, propiciar que los niños crezcan con un hábito de actividad física bien formado? Felipe Poblete, Jefe de Carrera de Pedagogía en Educación Física y académico del Departamento de Ciencias del Deporte y Acondicionamiento Físico de la Ucsc, comentó que “se debe tener un plan de ejercicio o actividad física bien planificado, comenzar de lo más simple a lo más complejo, considerar principios de entrenamiento, y objetivos alcanzables y medibles con actividades de tipo lúdicas y motivantes”.

Sobre si sería positivo aumentar las horas de educación física en los colegios, Poblete aseguró que “sí, es necesario el aumento de la cantidad de horas, pero debe ir acompañado de la calidad en su desarrollo. No es solo aumentar por aumentar, sino que se deben reorientar las prácticas de la cultura corporal, y ejecutarlas de manera integral, considerando actividades lúdicas situadas en el contexto que se realiza y desenvuelve el estudiante. Además, tener presente nuevas manifestaciones de la cultura corporal emergentes es primordial para realizar estas nuevas clases e impactar en el estudiantado”.

Modelos, frustración y rutinas

Un tema que quedo claro en la encuesta es que para los niños es importante alguien que los acompañe y los motive. Alexi Ponce, director de Go Focus, señaló que “contar con un modelo o alguien que esté con el menor en su actividad es algo que la literatura de la psicología recogió hace tiempo.Cuando uno estudia las motivaciones, lo primero que los niños quieren es hacer cosas que les resulten divertidas, atractivas, que lo pasen bien. De ahí viene muchas veces que los papás elijan las actividades, y es lo que se llama motivación de aprobación social”.

En ese sentido, añadió que “los niños van a hacer judo, fútbol, básquetbol, taekwondo, irán a pescar a andar en bicicleta porque en su entorno valoran que eso es importante. Y muchas veces lo que los mueve es que el papá o la mamá los felicite, los reconozca, los lleve a la cancha, la pista o el gimnasio, al cerro a hacer algo. Es fundamental en el desarrollo de cualquier actividad la aprobación social, primero de los más cercanos y después viene la relacionada a los medios, conocer los deportes. Hoy en día hay muchos canales deportivos, mucha información a diferencia de lo que pasaba antes, entonces los niños y niñas tienen acceso a un amplio espectro”.

Ponce recalcó también que “en esta primera etapa, alrededor de los 7, 8 años, que es donde se empiezan a instaurar los hábitos deportivos, es fundamental que exista esta aprobación social:yo lo hago porque en mi entorno le dan valor. Si en mi familia nadie realza el deporte, y le dan importancia, por ejemplo, a la música, a tocar guitarra o bailar, seguramente se dedicará a eso también y no porque sea malo para el deporte o no me interese, sino porque no me lo muestran. Por eso es tan importante esa fase inicial”.

Tras ese proceso, el director de Go Focus detalló que “se pasa a una etapa donde los niños quieren mejorar: quiero correr más rápido, saltar mejor, tener más habilidades, y ya un poco más mayores empieza la idea de la competencia, aunque desde los adultos muchas veces se ve al revés, se quiere que compita pronto. Y el niño muchas veces sólo quiere jugar, pegarle a la pelota, celebrar hasta los autogoles porque disfrutan la actividad, hacer algo divertido y tener aprobación social de la familia. Voy a empezar a encontrar el gusto y también ahí entra el trabajo del entrenador, que hagan que eso sea divertido.

La aprobación social también tiene que ver mucho con lo que hace gran parte de los clubes, que te regalan medallas, diplomas no sólo por ganar, sino por la participación.

Como se maneja cuando hay frustración, o una mala experiencia en un deporte:

En primer lugar, no tenemos que tenerle miedo a la frustración. En cualquier aprendizaje de cualquier habilidad las cosas no resultan a la primera, podemos equivocarnos y fallar. La vivencia de frustración es algo muy común en el ser humano, y si pasa hay que decirle al niño que siga, que es normal que le pueda costar un poco. Ahí hay que tener una buena estrategia de enseñanza, de disciplina. Es clave transmitirle que compita consigo mismo, que con esfuerzo, perseverancia puede avanzar y subir su nivel”.

En esa fase, Ponce destacó un elemento que da “pelea” al progreso deportivo. “Lo que sí está pasando hoy día, con jóvenes y adolescentes, es que la velocidad de aprendizaje está media distorsionada por la tecnología. Los niños quieren que todo sea una aplicación, rápido, y en el deporte se requiere de tiempo, entrenamiento, disciplina. A veces, los niños se cuestionan tanto rato haciendo lo mismo, cuando en un computador se hace todo a otro ritmo, y lo compran. Hay una ‘competencia desleal’ en ese sentido con la tecnología, porque trabajan a velocidades mentales distintas y hay que mostrarles que la frustración, el no lograr algo a la primera vez es posible, y que perseverar y el tiempo, junto con la preparación, permiten ir avanzando en los objetivos”.

Rolando Sepúlveda, psicólogo del deporte que trabaja con el plantel de Huachipato, comentó sobre los modelos que “en etapas tempranas del desarrollo adquirimos ciertas formas de aprender. Y esas maneras están ligadas a distintos factores alrededor nuestro, como la familia. Se van generando hábitos que cuando surgen de una dinámica familiar, que a veces se mantienen por largos periodos de tiempo.Cuando eso sucede, si figuras cercanas como los padres realizan actividad física, deporte o ejercicio de forma regular, el niño o niña estará más dispuesto aquello. Si es parte de la rutina que veo, es muy probable que lo adopte como algo que debo hacer. Por eso es importante que estos modelos se establezcan a edades tempranas”.

Además, dijo como a su juicio una persona adulta puede crear una rutina estable de ejercicio. “El interés está relacionado con la búsqueda de motivos, que se vinculan a objetivos.Cuando tengo la intención de alcanzar una meta, se puede estar más cercano a desarrollar actividad física, ya sea por un fin de rendimiento, estético o de bienestar, también de incremento de la salud en lo físico y psicológico. Ese tipo de objetivos pueden llevar a la práctica deportiva, y si se da por un mínimo de ocho semanas con cierta frecuencia ya se puede generar un hábito”, mencionó.

Movimiento y procesos

Scarlet Negrete, nutricionista y docente de la Udla, aseguró que para incorporar el hábito deportivo y otros de corte saludable “es ideal que existan políticas públicas que protejan los espacios de actividad física, aumentando por ejemplo el número de horas en las escuelas. Y quizás no ejercicio propiamente tal, sino espacios de activación, que a nivel escolar entre cada bloque hayan pausas activas, cosa que se asegure un cierto nivel de movimiento en los niños. No que sea como una clase, sino que fomentar el movimiento. Muchas veces los niños en los recreos siguen sentados, conversando y comiendo. Este tipo de iniciativas pueden propiciar el juego, que no sea algo tan estructurado, y ahí los profesores son claves para incentivar esto en diferentes instancias”.

En esa línea, destacó además que “también está el apoyo de los familias, y debe existir un cambio de mentalidad en las distintas instituciones donde los adultos trabajan, que se le den pausas activas y se fomente el movimiento. Así, pueden motivar a sus niños, pues no se saca nada con aumentar, por ejemplo, una hora la educación física en la semana si después los niños llegan a la casa a un ambiente obesogénico, donde los papás tienen exceso de peso, son sedentarios y no se le da relevancia al ejercicio físico. Es muy importante no ver al movimiento como ejercicio o deporte, sino que se entienda en un contexto lúdico o de juego”.

Negrete igual reforzó la idea de que los menores tengan positivos modelos a seguir. “Los niños aprenden por repetición. Si tienen como referentes a personas cercanas como los padres, hermanos o primos, y si sus hermanos mayores están todo el día jugando playstation, claramente seguirán un patrón de comportamiento. Y por el contrario, si los papás fomentan la vida sana, y prefieren salir a caminar en vez de ir al mall, es mucho más probable que tiendan a moverse más. Los ejemplos que vean lo van a repetir en el deporte, la alimentación y en todo en general”.

La nutricionista ha trabajado en diversos programas del IND relacionados a la vida saludable, y por ello destacó que “se debe tratar de dar más recursos a actividades que ayuden a la prevención de enfermedades y motiven hábitos saludables. Hay programas que tienen una duración limitada, como Crecer en Movimiento, cuyos talleres van a comenzar en mayo y duran hasta noviembre, y después queda un vacío de varios meses donde muchas veces se pierde lo ganado. Pues cuando se enganchan con el programa, les gustó el ejercicio, hacen amigos, se acaba la actividad. Hay una falencia en ese sentido, con periodos sin nada para niños que por lo general son de poblaciones vulnerables, quedan un poco a la deriva en lo que respecta a los buenos hábitos”.

Voces de deportistas

Quienes trabajan directamente en algunas disciplinas tienen una visión similar: en pandemia el deporte tuvo una consideración a la tradicional, que tampoco es prioritaria, y que es urgente modificar los programas educativos para que los niños realicen más actividad física.

Jaime Iturra, entrenador del Club Manquimávida, comentó que “entiendo que la encuesta no fue halagüeña, principalmente en niños, lo que es preocupante. A mi parecer siempre se deja de lado al deporte, nunca es considerado como un gran beneficio para la salud. El Ministerio de Educación tiene el deporte como algo optativo, y tampoco está ligado al Ministerio de Salud. Según mi opinión, se debe hacer más gestión en coordinar ambos ministerios para tratar ahora esta pandemia que afecta a los niños y adultos, y que es el sedentarismo. Esto, considerando que la realización de actividad física y deporte tienen un gran beneficio para la salud. Eso está comprobado”.

Además, añadió que “en Estados Unidos, por ejemplo, se realiza muy seriamente la actividad física y deporte. Tanto así, que los chicos en los colegios tienen que tomar dos deportes por semestre, aparte de la asignatura de educación física, so quiere decir por lo tanto, que están alrededor de 16 horas semanales haciendo deporte. No hemos entendido que más deporte es menos gente en los hospitales por enfermedades respiratorias y cardiovasculares. En mi experiencia y de acuerdo a lo que he visto, las clases de educación física están bastante deficientes. Recién hace poco han incorporado ejercicios más funcionales a los chicos para mejorar su coordinación para los deportes. La excepción por lo general son los hijos de ex deportistas, quienes vienen con desarrollo de muchas habilidades debido a que nosotros les enseñamos desde pequeños”.

Alejandro Gyllen, entrenador del club de Básquetbol Infinito, dijo que “los resultados de la encuesta son notorios. A mi juicio, claramente el aumento de clases de Educación Física en los establecimientos educaciones es la clave fundamental para mejorar esas cifras tan magras. Además para mí hay otro tema central y este tiene que ver con la necesidad de aumentar de una buena vez la jornada escolar completa, que lo único que hace es limitar la oportunidad para que, después de clases, los niños tengan la oportunidad de entrenar en clubes. O simplemente disfrutar de algo tan sencillo como es una multicancha, ya que es muy tarde o deben ir a estudiar más en sus casas. Justamente lo que hace la jornada escolar completa es obstaculizar la posibilidad de los niños para seguir desarrollándose en otros ámbitos, como el deportivo. De esta manera se ven obligados a tener que estar casi 9 horas diarias en temas académicos. Eso sin considerar la carga académica que además se llevan a sus casas”.

Nibaldo Yáñez, entrenador de remo, indicó que “es evidente la baja en la actividad física de los menores. Y eso nosotros mismo lo podemos ver en el club, donde antes de la pandemia los mismos grupos de gente deportista que ya tenía hábitos saludables de actividad física y deportes, bajaron sus niveles de actividad física producto de las restricciones que hubo en su momento y otros múltiples factores. En este caso, mucha gente dejó de remar, pasó el deporte a un segundo plano y eso es evidente ahora en el ámbito deportivo”.

En esa línea, agregó que “yo lo veo y es muy manifiesto, ya que tenemos un vacío en ciertas categorías donde no contamos con la misma cantidad de deportistas que antes de la pandemia. Creo que además, las mismas políticas públicas que se adoptaron en los inicios de la pandemia y que fueron tan restrictivas en el tema de la actividad física, ahora están cobrando sus primeras víctimas. Esperemos que a medida que pase el tiempo, podamos rectificarlo. Me parece que el plan para poder atacar esto, es claramente yendo a la base de los menores, comenzar desde muy pequeños a inculcarles el estilo de vida saludable. Generar buenos hábitos tanto de alimentación como de actividad física, para que proyectado más a futuro el Estado genere esto como una necesidad que será de mucha ayuda. En mi caso sigo haciendo deporte, pasé a ser un deportista amateur. Y no podría estar mucho tiempo sin hacerlo porque me empiezo a sentir mal, sí o sí la actividad física es una forma de poder desarrollarme tanto física como psicológicamente. El deporte es de una importancia grande y ante los datos que entrega la encuesta, el camino a seguir es bastante claro”.