Cristóbal Maldonado: un zurdo soñador que saca fuerte y se abre espacio

11 de Abril 2022 | Publicado por: Carlos Campos
Fotografía: Cedida

Es alumno del Almondale San Pedro, entrena con Gonzalo González y destaca con luces propias en el tenis. Con el apoyo inquebrantable de su familia, el deportista de 15 años crece a nivel nacional y tiene objetivos grandes.

“Papá, ¿qué es esto?” Una pregunta tan simple como inocente llevó a Cristóbal Maldonado a interesarse por el tenis cuando tenía sólo 4 años. Hoy, 11 años después, el joven estudiante del Colegio Almondale San Pedro tiene un enorme sueño y para eso trabaja duro.

¿Y qué era eso que le preguntaba a su padre? La madre de Cristóbal, Silvana Pinilla, cuenta que “en la casa siempre hubo una raqueta. Mi marido creía que algún día jugaría tenis y ahí estaba. Le explicó que era una raqueta, le mostraba videos en la tele y todo. Así, al poco tiempo Cristóbal le dijo que tenía ganas de jugar tenis”.

Pero en San Pedro de la Paz no era llegar y practicar aquel deporte. Así, durante todo un verano, la familia lo llevo a entrenar a unas canchas que estaban cerca de la Laguna Grande de la comuna. Y como le gustó tan a Cristóbal, luego siguió jugando en el Stadio Italiano, lugar donde en un principio no querían recibirlo al ser tan pequeño. “Lo probaron, vieron que le pegaba bien a la pelota y le ponía empeño, así que lo dejaron. Tenía recién 6 años. Después jugó por Coronel y en 2015, cuando se hizo la Copa Davis en Talcahuano, Cristóbal participó en un campeonato preparatorio al uso de las canchas”, contó su madre.

En esa misma arcilla, a los pocos días jugaron Nicolás Jarry, Cristian Garín y Hans Podlipnik, estando acompañado por unos ex tenistas llamados Nicolás Massú y Marcelo Ríos, que algo ganaron durante sus carreras …

Puro esfuerzo

Con los años, el sueño de seguir jugando y llegar lejos crece cada vez más en Cristóbal Maldonado. Por lo mismo, desde hace unos años entrena con el experimentado coach, Gonzalo González. “Con él empezó a crecer, ya que tiene la gran rigurosidad de competir en la alta competencia con otros tenistas como Tomás Barrios, por ejemplo”, cuenta su madre.

¿Y Cristóbal? Prácticamente no tiene tiempo libre entre estudios y entrenamiento. Terminando recién de jugar la gran final en dobles de un Nacional de Menores Sub 16 en el Club Manquehue, el estudiante del Almondale San Pedro cuenta que “el colegio me ha ayudado muchísimo, dándome facilidades. Tengo un gran sueño que es llegar lejos en esto. Es difícil, pero estoy tratando de hacerlo. El esfuerzo es grande y no hay que saltarse etapas. Debo ir compitiendo en torneos en Chile y a futuro en el extranjero, subiendo el nivel. Esto es un aprendizaje muy constante”.

El esfuerzo que realiza para lograr cumplir con todo, es importante. “Cuando no puedo ir al colegio por torneos, me consigo la materia y después me pongo al día. Es duro y requiere un gran esfuerzo. Toda mi familia y el Gobierno Regional han sido claves, ayudándome mucho. Es difícil lo sicológico, pero lo he ido mejorando”, expresó el zurdo.

¿Saca ventaja por esa condición natural? Cristóbal aseguró que “se podría decir que si, porque a los diestros les complica jugar con los zurdos. Ese tiro es mi gran golpe preferido, además del sacar abierto con slice”. Sobre sus referentes, no tiene dudas y va a la segura. “Nadal, Djokovic, Federer y ahora Alcaraz que la está rompiendo. Tabilo es otro, al ser chileno”.

Finalmente, tomando en cuenta el desgaste físico y emocional que significa jugar tenis a corta edad, añadió que “me gusta que mi hijo haga deporte, lo aleja de un montón de cosas. No sólo de la droga y las malas juntas, sino que del computador y el teléfono. En el tenis tiene sus mejores amigos, ya que la vida del tenista es distinta a la del resto, un poco encerrada quizás. Cristóbal llega de clases, se va a entrenar, vuelve de noche, se baña, estudia, come y se va a acostar. Así vive de lunes a viernes, porque sábado y domingo entrena. Cuando va a Santiago se levanta a las 5:30 o 6 de la mañana, porque practica desde las 7 am. hasta las 9 am. De repente los amigos lo bromean porque anda en hoteles, pero eso es lo lindo del viaje, ya que el esfuerzo es tremendo. Es chico y está sólo, sin sus padres, dejándolo todo. Nosotros lo soltamos ya, de a poquito, para que tome sus propias decisiones y crezca. Nos costó, pero el tenis es así. En lo académico, le va súper bien, desde la básica tiene promedio de 6,5 para arriba. No le recuerdo algún rojo. Una de las metas que tiene, además de ser tenista profesional, es en una de esas postular a una beca e irse al extranjero. Ojalá sumar algún punto ATP de aquí a los 18 años”.