Campanil implementa una política de trabajo que va desde sus series formativas hasta el primer equipo, donde se les da apoyo en las diferentes áreas, incluyendo el ámbito psicológico. Además, la idea es generar identidad y ello también se refleja en que cada vez son más las jugadoras del elenco de Primera División que también son alumnas de la casa de estudios.
El fútbol femenino avanza cada día más a nivel mundial y nacional. Una realidad que tampoco es ajena a los clubes locales y en esa línea la UdeC está llevando a cabo un interesante proyecto para potenciar y desarrollar esta rama, con una línea de trabajo que parte en sus series formativas y llega hasta el primer equipo.
La propuesta busca tener una misma filosofía en todas las series, generando identidad con el club y la casa de estudios.Actualmente, seis jugadoras del primer equipo son alumnas de la UdeC, y la idea a corto y mediano plazo es que ese plantel se nutra, principalmente, con valores formados en su cantera.
Para apoyar esa labor, el club entrega las herramientas en los diferentes ámbitos, como infraestructura, implementación, profesionales y apoyo en las diferentes áreas, donde se incluye la psicológica. Daniela Ceballos, una de las jugadoras más importantes del equipo actual, destacó la labor en ese sentido.
“Es un orgullo ver a mis compañeras más jóvenes competir de igual a igual con mundialistas, con jugadoras con pasos internacionales. No es fácil trabajar la confianza, pero por suerte tenemos un equipo de apoyo psicológico que todas las semanas trabajamos en la autoconfianza y en la convicción que se puede competir si te preparas bien. La confianza es un aspecto fundamental que se debe considerar en un plantel joven, pero también está esa hambre que a lo mejor en jugadoras de más experiencia se pierde un poco. En la UdeC se trabaja para competir bien con cualquiera”, dijo.
Además, afirmó que “valoramos los avances que hemos tenido, sabemos que en Chile se va desarrollando rápido el fútbol femenino y entendemos a veces que ciertos clubes o dirigencias no van a la misma velocidad. Pero este año se nos ha escuchado mucho más, se han mejorado harto las condiciones de viajes, espacio y estructura para el entrenamiento. Son cosas que las más antiguas sobre todo valoramos mucho, aunque sabemos que es lo que debe ser. Poder ir mejorando y que la brecha sea más corta”.
Una de las revelaciones de la actual campaña es Isidora Sepúlveda, quien destacó la acogida y apoyo que dan las jugadoras más adultas a las más jóvenes.
“Llegué el 2018 a la UdeC, en ese momento a la Sub 17. Desde el principio me acogieron de buena forma, me di cuenta de la calidad del club y el trabajo en la formación. Me han entregado muchas herramientas en lo físico, en lo técnico. Llegué siendo una jugadora de futsal, corría para todos lados y acá me fueron formando y convirtiendo en la jugadora que soy ahora (…) Las jugadoras más adultas siempre han apoyado a las más jóvenes, hay una excelente relación, incluso antes de que algunas nos integráramos al primer equipo. Nos dan confianza y creen en nuestro trabajo”.
Además, Isidora contó de su experiencia como jugadora y alumna, pues estudia Derecho en la UdeC. “El club siempre me ha apoyado mucho, los profesores entienden que a veces una llegue tarde y otras cosas. Será difícil compatibilizar todo, pero creo que organizándome puedo cumplir. Mi objetivo es seguir entrenándome bien y poder aportar al equipo. Es muy lindo para mí ser parte del club y estudiar en la UdeC, desde niña siempre quería estudiar acá, y hacer las dos cosas es un sueño cumplido. Ahora quiero dar lo mejor y, por qué no, quedar en la historia de la UdeC”.
Paula Andrade, actual entrenadora del primer equipo, es exalumna de la casa de estudios y también trabajó como asistente técnica previamente. Por ello, conoce en profundidad el modelo formativo que se está desarrollando en el club, dándole mucha relevancia a la formación de jugadoras y que el primer equipo se nutra de ellas.
“La verdad es que a mí me acomoda la situación, porque siento que es prioritario darle continuidad y cabida a la formación deportiva en sí que en este caso genera la UdeC. Es un proceso de seis años, las chicas jóvenes que son parte hoy del plantel adulto llevan ese tiempo trabajando, entonces tienes conceptos arraigados ya desde lo táctico y lo técnico, y eso optimiza los tiempos también cuando uno trabaja en cancha con el plantel”.
En esa línea, agregó que “conocía el proyecto, pues había sido jugadora y también ayudante técnica. Me parece óptimo el complemento entre la labor formativa y el trabajo del plantel adulto, y se puede arraigar desde edades más tempranas esta propuesta, y esa es la idea que el club tiene en mente. Es importante lo que se genera con el sentido de pertenencia también, en la UdeC eso queda muy patente cuando eres estudiante, y luego perteneciendo al club eso se fortalece. Es un punto valioso para nosotras como cuerpo técnico, y se ve plasmado en la cancha, en los entrenamientos y en todos los trabajos”.
Mario Lucero, gerente deportivo de la rama de fútbol de la UdeC, comentó que “el fútbol femenino, desde que es rama nuestra del año 2016 en adelante, ha tenido un comportamiento deportivo bueno, manteniéndose en Primera y llegando a finales a nivel Sub 17. Hoy, a pesar de los cambios en el club, se mantiene una estructura, con recursos humanos y apoyo de áreas como la médica y logística, donde hay personas a cargo de los viajes y mi apoyo en lo que pase, de las necesidades de la entrenadora y las jugadoras”.
Sobre la línea formativa, y de nutrirse de su cantera, aseguró que “las que no son formadas acá del primer equipo llevan bastante tiempo, por eso tienen una alta identificación con la UdeC. En lo formativo, la pandemia nos hizo mucho daño y se perdió una línea de continuidad en ese aspecto, pues algunas chicas no siguieron o tomaron otros rumbos. Ahora, con un cuerpo técnico dedicado a las series menores se ha retomado ese camino. Ya tenemos chicas de 16 y 17 años que ya han debutado en Primera, y eso es bueno destacarlo”.
Lucero también se refirió a la ley promulgada recientemente, que obligará a los clubes, en un plazo de tres años desde que entre en vigencia la normativa, de tener a un 100% de sus jugadoras contratadas. “La decisión del club está en línea con la nueva legislación”, afirmó.