Corría el 13 de marzo de 1993, y en el marco del Sky Dome, en Toronto, Canadá, la atleta Alejandra Ramos conseguía hacerse del récord chileno de los 3 mil metros planos femenino adulto. Un crono de 9’:15.22 le bastó para conseguir la última plusmarca de su brillante carrera, la que se mantendría imbatible por casi tres décadas.
Hasta esta semana, para ser más exactos, cuando una atleta del Biobío se puso la capa de heroína para volar sobre la pista del estadio Ester Roa Rebolledo de Concepción y pulverizar una marca que parecía no caer con nada.
Josefa Quezada, del Club Diamantes de Coronel, dio el gran golpe del año en el atletismo nacional anotando un nuevo crono para la distancia: 9’:13.73, números que ahora encabezan el listado de Chile para la distancia.
La pupila del incombustible entrenador, Jorge Grosser, cumplió de esta manera con el primer objetivo que se puso para una temporada que pretende le dé el envión para conseguir un lugar en los Panamericanos de Santiago 2023.
No hay duda que lo de Josefa Quezada rompe todos los esquemas del deporte criollo. Médico especialista de profesión, y radicada por temas laborales en Chiloé, fue capaz de sobrellevar estos elementos que van en contra del alto rendimiento y meterse en la historia.
“Este logro emociona mucho porque estos últimos meses viviendo en Chiloé fueron difíciles pues no tenía las condiciones óptimas para entrenar. Estaba sola, sin mi técnico ni mi red de apoyo. Mi amiga Monserrat Sabag me acompañó estos meses y fue un pilar fundamental junto a mi entrenador. Entonces superar ese sufrimiento y lograr esto, es súper significativo porque demuestra que si uno se esfuerza, es perseverante, resiliente y hace las cosas con pasión, se puede”, expresó.
“El camino para esto fue uno de los procesos más duros que he tenido, entrenando sola, con un clima bastante inhóspito y sin acceso a una pista, por lo que tenía que entrenar en terrenos irregulares. Fue súper difícil porque además trabajo en jornada completa, soy otorrino laringóloga en el hospital de Castro y pese a todo, lo logré. Fue muy complicado, pero lo volvería a hacer mil veces porque el atletismo es mi motor de vida”, complementó.
La deportista se mostró ilusionada en seguir rompiendo marcas en una carrera que asegura puede dar mucho más. “Estoy muy feliz con la marca, me sentía capaz desde el semestre pasado donde ya estaba entrenando a lleno todos los días, con cargas de 100 kilómetros semanales. La idea este año es poder competir más veces y tratar de bajar las marcas”, manifestó la atleta que también se especializa en los 1500 metros planos.
Al respecto, agregó que, “es el comienzo de mi carrera ya que no tengo mucha experiencia. Este año recién empecé en el deporte competitivo, en medio está la pandemia que cortó todo el proceso, pero la idea es retomar este año y consolidar todo lo que nos hemos esforzado con mi entrenador. Creo que es el inicio de algo muy lindo que podemos construir para los Panamericanos de 2023, seguiremos mejorando y estamos confiados en el proceso. Mejoré la base que tenía como atleta, así que de a poco aumentamos cargas y entrenamientos para seguir agarrando confianza”.
Josefa tuvo también palabras de motivación para quienes hacen sus primeras armas en el atletismo. “Me gustaría decir a las próximas generaciones que empiezan en el deporte, que sí se puede hacer una vida normal y dedicarse al deporte, si se hace con amor. Muchas veces me dijeron que no podía ser médico y deportista, ni mucho menos hacer la especialidad siendo atleta, pero me demostré a mí misma que si podía, que cuando uno le pone pasión, todo es posible”, cerró.