Deportes

Las tensas y nerviosas horas tras el primer fallo

Huachipato y Melipilla quedaron en muy mal pie después de la sentencia de la Primera Sala. ¿Habrá perdonazo para el “Potro” y premio para el acero?

Por: Carlos Campos 29 de Diciembre 2021
Fotografía: ANFP

Los semanas más agitadas de un lobby sólo comparable con los días previos a la desafiliación de Deportes Concepción en 2016. El futuro de cuatro equipos está en juego en el fútbol chileno, y en dos categorías, un hecho que sólo es la guinda de la torta a una temporada protagonizada por los fallos del Tribunal de Disciplina.

Porque siguen los coletazos tras el fallo que condenó a Melipilla a ser expulsado del fútbol profesional, tras graves irregularidades desde el punto de vista administrativo. El “Potro” tendrá cinco días para sus descargos y apelaciones una vez que reciban el fallo completo, que hasta el cierre de esta edición aún no tenían en sus manos. ¿Y los otros tres equipos? Deportes Copiapó y Curicó Unido, clubes que deberían disputar la liguilla de acuerdo a lo que resolvió la Primera Sala, siguen muy tensos y a la espera de lo que determine la segunda, Jugadores de ambos elencos han mostrado gran incertidumbre ante una situación que los perjudica totalmente y sin tener responsabilidad en todo los líos que sacuden el caso Melipilla.

El cuarto equipo es Huachipato, club que entre que se encomienda a la Segunda Sala del Tribunal de Disciplina y se frota las manos ante un fallo que tardará alrededor de dos semanas en ser público y que les podría dar la chance de jugar una llave de promoción pese a haber descendido a Primera B hace 24 días. El rival sería un Copiapó muy mermado, que por estos días vive una tremenda incertidumbre tras haber sido subcampeón y perder el “vuelito” con el que ganó la liguilla tras imponerse a Puerto Montt y Deportes Temuco.

Con peras y manzanas

¿Por qué Huachipato hoy estaría perdiendo la categoría? A diferencia de lo que en el club acerero quieren dar a entender, la sanción que la Primera Sala del Tribunal tomó en contra de Melipilla es la expulsión, no la desafiliación. Las diferencias entre ambas son sustanciales, pese a que la consecuencia pareciera ser prácticamente la misma. Expulsar es una potestad que solamente el Tribunal de Disciplina tiene, en un castigo que derechamente implica que tal equipo no podrá volver a competir en la asociación, ya que por algo fue expulsado.

¿Y la desafiliación? Es exclusiva del Consejo de Presidentes y da la posibilidad de, a futuro, competir en la Anfp. La mejor muestra de ello es Deportes Concepción, equipo que sufrió tal castigo en una votación prácticamente unánime en 2016 y que el año pasado retornó a la Anfp tras lograr dos ascensos.

Por ello es que en Huachipato se encomiendan a que la Segunda Sala modifique el fallo, una situación muy probable y de la cual existen antecedentes muy recientes. En el acero necesitan que Melipilla sea castigado con resta de puntos para que pierda la categoría y así corra la tabla, un hecho que ocurrió en la quincena de junio con Lautaro de Buin y que permitió el ascenso de Fernández Vial a Primera B.

El plantel acerero sigue con sus entrenamientos en el CAP Acero, bajo un hermetismo total, sin ganas de declarar considerando que este escenario tiene muy complicado a varios colegas de profesión. Y en el caso muy probable que el acero deba jugar la llave de promoción, aquellos duelos no serían antes de la primera quincena de enero.

Por mientras, enorme presión para una Segunda Sala que debe tomar una gran decisión que puede dejar muy herido a un bloque con mucha fuerza y poder dentro del Consejo de Presidentes. Horas muy vitales y claves se viven en estos días, considerando que el fallo del pasado lunes perjudicó no sólo al expulsado Melipilla, sino que a un acero que no quiso dejar ningún detalle al azar previo a la sentencia de la Primera Sala, pero que sigue muy nervioso esperando el fallo de la segunda.

Cabe destacar que solamente por perder la categoría de Primera a Primera B, un club deja de percibir por ingresos de la televisión poco más de 1000 millones de pesos. Es el fútbol de hoy, donde tener buenos abogados parece valer mucho más que tener un buen plantel.

Etiquetas