Deportista compite en Cañete y destaca en la halterofilia, disciplina que conoció llegando a Chile hace un par de años. Junto al apoyo de una simpática y alegre familia, la estudiante colombiana se adaptó a un país que la recibió con los brazos abiertos.
Un entusiasmo que contagia. Tiene 12 años, pero un eterno amor por el deporte desde pequeña. Sara Gordillo llegó a Chile desde Medellín junto a su familia, buscando un rincón en el sur para ser felices. Allí, en Cañete, más allá del estudio, la joven se alza como uno de los grandes talentos deportivos de su colegio René Andrades y del Biobío. “Nos vinimos al sur para encontrar ese calorcito familiar que tiene Colombia. Apesar que el clima es frío, el calor de la gente es distinto. Acá nos hemos sentido muy bien”, dice su padre Juan Pablo Gordillo.
Sobre su pasión por el deporte ella explica que “no me gusta estar quieta. El deporte me encanta. He estado en varios talleres deportivos desde la escuela. Acá mi profesor de educación física conocía a mi actual entrenador, me invitaron a una prueba de halterofilia, quedé y me gustó. También juego fútbol, pero he competido más en la halterofilia y me ha ido mejor ahí. Levanto 53 kilos y los viernes de cada semana hacemos controles, donde busco subir y superar metas”.Tanto a ella como su padre, se les escucha alegres, con ese tradicional espíritu que tiene el colombiano. Juan Pablo, padre de Sara, revela que “siempre me levanto muy temprano y lo primero que hago es poner música de una emisora colombiana por Internet, generalmente música parrandera y tropical para comenzar el día alegre. Esa música prende el alma”.
Y sobre su hija, la más pequeña de cuatro hermanos, cuenta que “Sara en Colombia siempre practicó deporte, fuese fútbol, ciclismo o básquetbol. Al ser multifacética, acá en Cañete le ofrecieron entrenar halterofilia. Eso fue hace unos 3 años más o menos y le fue tomando mucho cariño. Al inicio nos preocupaba porque no queríamos que tuviese un cuerpo muy masculino ni musculoso, pero con el tiempo nos enteramos que una cosa era el fisicoculturismo y otra la halterofilia, donde el manejo del deporte sería más atlético que corporal y físico. Así nos dimos cuenta que no se iba a convertir en el próximo Schwarzenegger femenino, sino que solamente sería una buena deportista”.
Ella misma recalcó que “no conocía la halterofilia hasta que llegué a Chile, pero me gusta. Hace poco hubo un regional donde salimos primeros por equipos y fui escogida la mejor deportista. Esa fue una linda motivación”. Sobre su vida académica y las enseñanzas que diariamente le dan a todos sus hijos, Juan Pablo añade que “en el colegio ha sido una niña organizada, ha tenido un gran compromiso con nosotros para que le vaya bien. Yo no obligo a mis hijos a estudiar, soy de los que considera que cada uno es lo que quiere ser. Nosotros somos barberos, comerciantes, y para llegar a esto no he estudiado a nivel universitario, sino que me capacité en áreas de belleza.
Hay varias formas de ser alguien en la vida al margen de los estudios. Aún así, ellos deben terminarlos y desde ahí en adelante verán donde dirigirán su vida, sea en la universidad o trabajando. No me gusta presionarlos. Lo mismo en el deporte, deben ser responsables organizándose y llevando bien sus temas”. Al respecto, agregó que “uno como padre debe apoyar a los hijos para que no se vuelvan indecisos. Mi postura es que si comienzas algo, debes terminar ese ciclo, en vez de empezar algo y dejarlo hasta la mitad. Ese es nuestro lema en la familia, avanzar sin titubear, y nos ha dado muy buenos resultados para no ser personas inseguras. Mis hijos tienen claro lo que quieren en su vida y cuando tienen alguna duda, me preguntan y trato de orientarlos, y si no tengo el conocimiento buscamos quien lo tenga para llevar a cabo lo que hay que hacer”.
En Cañete están contentos y se proyectan a futuro. “Nosotros venimos de Medellín, lugar donde sin conocernos, todos somos amistosos, pero acá la gente en Chile a veces se siente un poco invadida. Acostumbrarse a otra cultura no es fácil, por lo mismo el deporte ayuda a estar ocupado y mantenerte lejos de los vicios. Ya son 5 años acá y si Dios quiere en 2022 se solicitará la nacionalidad para que los niños puedan representar a Chile a nivel internacional”, cerró Juan Pablo, casi un chileno más.