El valor que tiene el deporte en el ámbito educacional

27 de Septiembre 2021 | Publicado por: Ricardo Cárcamo - Carlos Campos
Fotografía: Andrés Oreña P.

La Unicef y la Fundación Barcelona hace años empezaron un trabajo conjunto, donde uno de sus ejes es ver la incidencia que logra la práctica deportiva en una persona, especialmente en los niños. Recientemente, dieron a conocer el estudio “Playing the game”, que establece la relevancia que puede adquirir el deporte en el desarrollo conductual y la educación. Voces de diferentes ámbitos se refirieron al tema, confirmando el positivo impacto que se logra a través del ejercicio.

En 2006, el Fútbol Club Barcelona estableció una alianza con la Unicef. Un vínculo que ha permitido el desarrollo de diversas acciones, que principalmente se enfocan en un objetivo compartido: la visión de un mundo donde el deporte y el juego son parte integral de la salud y el desarrollo general de cada niña o niño, y un catalizador que desbloquea su potencial. En primer término, esto desembocó en proyectos con más de 16 mil colegios de Brasil, Ghana, Sudáfrica y China, permitiendo que cerca de tres millones de niños accedan al deporte, al juego, uniendo esto con la educación e iniciativas de protección infantil.

Como parte de ese plan, la Fundación Barcelona y la Unicef desarrollaron investigaciones para establecer cómo el deporte puede tener un impacto muy relevante en la educación y en el desarrollo de habilidades de los niños y las niñas. Su primera etapa se denominó “Entrar en el juego”, que buscaba ver cómo la práctica deportiva es una gran herramienta para que todos los niños —incluidos los más marginados y vulnerables— participen en actividades grupales desde una temprana edad. Y hace poco se entregaron los resultados del estudio “Playing the game”, que es la segunda fase donde se busca confirmar el diagnóstico inicial y, además, establecer lineamientos para poder llevar a la práctica los aspectos teóricos.

En “Playing the game” se realizaron 50 estudios de casos de profesionales del deporte para el desarrollo, donde se confirma que el deporte es una herramienta eficaz para involucrar a los niños en actividades que beneficien su desarrollo social y personal. Charlotte Petri Gornitzka, directora ejecutiva de Unicef, comentó que “estas evidencias confirman que la práctica deportiva es un medio inclusivo para mejorar la salud y el bienestar de los niños y las niñas, además de ayudar a potenciar sus habilidades, su empoderamiento y, por supuesto, a jugar y divertirse (…) durante los confinamientos motivados por la pandemia, hemos detectado que el deporte ha jugado un papel aún más importante en la salud y el bienestar de los niños y niñas”.

Marta Sagú, directora de la Fundación Barcelona, añadió que “nuestro objetivo es que estos resultados, basados en la evidencia, puedan utilizarse ampliamente para mejorar la ejecución de programas, inspirar a las organizaciones a incluir el deporte como una herramienta de transformación en sus proyectos y promover el desarrollo de políticas, de modo que se pueda llegar a muchos más niños y niñas”.

Como conclusiones, y de cara a aportar en la práctica a la masificación del deporte y su impacto en la formación integral, “Playing the game” menciona varios aspectos a trabajar: la necesidad de invertir en entrenadores capacitados, con una adecuada formación; las organizaciones no necesitan construir desde cero tras hacer un diagnóstico de su entorno y los objetivos específicos a conseguir; y la creación de alianzas intersectoriales, entre organismos públicos y privados, gubernamentales y de otros orígenes, de tal manera de ampliar el espectro de beneficiarios y el impacto.

SE RECOMIENDA que los niños practiquen deporte de forma recreativa, y con el paso del tiempo ver si se pasa a algo más competitivo.

Muchos aportes

Alejandra Jerez, psicóloga y enfermera, y académica de la Facultad de Medicina, se refirió en primer término a cómo el deporte puede ayudar en la formación, mental y físico, de los niños. “La práctica de deporte favorece el logro de importantes hitos, como son el potenciar habilidades motoras y de coordinación que les permitan desenvolverse con mayor confianza y seguridad en el entorno que van descubriendo día a día, con el logro de la necesaria autonomía progresiva que van adquiriendo durante su tierna infancia”.

En ese sentido, agregó que “también podemos identificar como beneficio el valor de socializar con pares, fortalecimiento de la empatía y pertenencia a grupos; el comprender y adaptarse a la incorporación de normas prosociales que son propias de una vida en comunidad, ejercitando frecuente y de manera progresiva la regulación de sus emociones como por ejemplo la rabia, el enojo, así como la tolerancia a la frustración ante los errores, permitiéndoles hacer uso de estas herramientas en su vida cotidiana y a lo largo de toda su vida, es ayudarlos a través del deporte en su presente y futuro”.

Jerez también recomendó iniciar la práctica deportiva a temprana edad. “Es aconsejable y necesaria, cada familia ha de considerar las particularidades de sus hijos, ya que existe una amplia gama de deportes qué dadas sus características particulares, se ajustarán a los gustos personales, requerimientos y potencialidades a desarrollar por parte de los niños y niñas. Por lo que es importante que los padres sean esa guía y ejemplo, de lo que significa la perseverancia, ampliando la mirada de lo que es la vida acompañada de deporte, generando una perspectiva de llevar una vida saludable y más feliz”.

Habilidad y juego

En la infancia, realizar cualquier tipo de deporte trae muchos beneficios. “Lo que indica la evidencia y los textos de educación, es que hay un montón de características y habilidades tan rápidas que aprenden los niños a través del deporte. Una de las cosas más difíciles y que hoy es muy escasa, es aprender la tolerancia a la frustración, respetar al oponente y trabajar en equipo”, afirmóDaniel Vega, profesor de EducaciónFísica.

Al respecto, agregó que “los chicos, con el deporte a temprana edad, aprenden habilidades que no encontrarán en ningún otro lado. La evidencia dice que hombres y mujeres, por un tema de desarrollo físico, deben empezar a los 6 y 7 años, respectivamente. Uno puede meter a los niños a temprana edad al deporte y no es excusa que sean chicos. Somos los adultos quienes les debemos fomentar la práctica deportiva”.

Javiera Lillo, también profesora de EducaciónFísica, comentó que “lo importante de la actividad física en edades tempranas, es desarrollar habilidades a través del juego y prepararse para los desafíos motrices que vendrán más adelante en la vida. Hoy ese es un tema muy complejo, porque a raíz de la pandemia los niños no se están juntando como antes y no ha habido mucho desarrollo. El conversar y organizarse con más niños es clave, teniendo actividades no solamente en educación física. Hay un tema relevante también, ya que muchos no practican deportes por miedo, rechazo, porque no los escogen, lo que genera una cierta fobia al ejercicio, transformándose así en personas sedentarias”.

Jesualdo Cuevas, académico del Departamento de Ciencias del Deporte y Acondicionamiento Físico Ucsc, indicó que “es bueno reconocer que el deporte ha sido parte de nuestra sociedad y existe una evidencia muy amplia de su presencia en la historia del ser humano, a la práctica sistemática de alguna manifestación deportiva se le atribuyen objetivos como mejorar la condición física, psíquica, el desarrollo de la motricidad y la formación en valores entre otros. En la actualidad se esta utilizando como una herramienta que promueve la inclusión e igualdad de oportunidades, lo anterior superando la discriminación que se puede ejercer en ciertos grupos sociales, superado aquello, se puede decir que, con la práctica sistemática del deporte a nivel individual podemos mejorar el estado emocional, la autoestima, el autocontrol, la confianza en sí mismo entre otros”.

Consultado sobre si hay diferencias entre practicar un deporte individual o uno colectivo,Cuevas destacó que “sí, la estructura, condición y factores que interviene antes-durante y posterior a la práctica deportiva están relacionadas con una variedad de factores. En los colectivos se comparte la responsabilidad de las tareas como del resultado, existe una interdependencia en todas las fases del juego, en su preparación y en cómo se afronta el mismo. Es relevante que se comparte el objetivo, pero un factor a considerar es que por lo general existen miembros del equipo que no participarán del juego, es decir, debe haber un proceso de selección de quiénes jugarán y quienes estarán en la banca. En tanto, muchos de los individuales se caracterizan por una competencia en primer lugar consigo mismo la marca a alcanzar o el desafío personal, se asume la responsabilidad del resultado por lo que debe ser fuerte de carácter y por lo general muy competitivos”.

Sube el rendimiento

Alexi Ponce, director de Go Focus, indicó que “en Santiago estuvo hace un tiempo el investigador español Antonio García-Hermoso, que ha publicado muchos estudios sobre actividad física, deporte, calidad de vida, y cómo el deporte ayuda al desarrollo cognitivo. Estuvo cerca de seis años, e hizo investigaciones en Estación Central, Cerro Navia, Lo Prado, donde demostraba que a los niños que se les hacía actividad física al inicio de la jornada, 30 minutos de juego regulado, tenían mejores académicas importantes, aumentaban su rendimiento”.

Por ello, añadió que “en general el deporte tienen beneficios como el desarrollo cognitivo, apertura cerebral, reconstrucción del cerebro, hay componentes físico-fisiológicos que están demostrados en ese sentido. Y por otro lado, los deportes generan hábitos, disciplina, adaptación a normas”.

Ponce también dejó en claro que debe diferenciarse el deporte recreativo del alto rendimiento. “Cuando pasas al ámbito competitivo, al alto rendimiento, la relación costo-beneficio es más compleja, pues los costos son más altos. El deporte de alto rendimiento de alguna manera, te ‘secuestra’ de la vida, porque te exige una dedicación que te quita familia, entorno, porque requieres mucho tiempo para rendir. Y en el caso del recreativo, apunta a elementos más relacionados a la calidad de vida, bienestar y el desarrollo de habilidades”.

En ese sentido, añadió que “un error puede ser que queremos que todos los deportistas lleguen al alto rendimiento, y primero eso no es necesario, segundo no a todos les interesa llegar a ese nivel y tercero hay que prepararlos para eso. Entonces, cuando hablemos de deporte le debemos poner el apellido: el competitivo, donde se dedica buena parte de la vida, de manera profesional y tiene una exigencia mayor, y el recreativo que hacemos todos con nuestra familia, en el colegio, salir tres o cuatro veces a la semana a correr o andar en bicicleta que apunta a otro tipo de variables y ahí los procesos educativos se ven absolutamente favorecidos”.