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Catalina Zapata: De los juegos de Adicpa hasta las canchas del Campanil

Aprendió a jugar fútbol entre hombres y se transformó en una de las grandes figuras del circuito deportivo escolar, con la camiseta del Colegio Almondale San Pedro. Aquello abrió las puertas de la UdeC, donde este año subió al primer equipo.

Por: Samuel Esparza 05 de Julio 2021
Fotografía: Cedida.

Lo de Catalina Zapata y el fútbol está lejos de ser una casualidad. Desde que tiene memoria viene formando un vínculo con el balón, una unión que parece no tener límite ni fronteras, porque la pasión que disfruta cada vez que entra a la cancha, es un motor que no se apaga.

Con solo 15 años, la alumna de segundo medio del Colegio Almondale San Pedro, es toda una experimentada. Y es que claro, cursaba recién primero básico cuando dio sus primeros chutes a la pelota a expensas de sus amigos, que constantemente la invitaban a las ‘pichangas’ del barrio, porque sabían que con ella no eran necesarias las concesiones.

“Era bien chica y ya me gustaba el fútbol, así es que era mi panorama de todos los días, jugaba harto con mis amigos, ellos me enseñaron. Después entré a primero básico y como no había equipo de niñas, seguí jugando con los hombres, así fui aprendiendo, nunca me trataron con mayor cuidado por ser mujer, y eso fue mejor porque me acostumbré a jugar con fuerza”, cuenta.

Escalera al Campanil

Con el apoyo de sus amigos, y sobre todo de su familia, ‘Cata’ continuó adelante con su primer y único deporte, del que se enamoró desde un inicio, porque como ella misma dice, “en el fútbol se da un compañerismo único”.
Como todos los futbolistas que se precian de tal, ella pasó por todos los puestos. Solo le faltó ponerse los guantes de arquera, antes de afianzarse como lateral derecha donde ha sabido brillar desde que debutó en Adicpa, estando aun en la básica.

“El comienzo no fue fácil porque empecé a competir con equipos de hombres, ya que en esa época casi no había niñas que jugaran. Pero como estaba acostumbrada, me integré bien. Después ya armamos un equipo femenino, y eso fue excelente, aunque era la más chica porque llegaron muchas chicas de cuarto medio y grandes”, relata.

Con todo, y pese a estar recién en quinto básico, fue elegida capitana de la selección de su colegio, honor que ella respondió con responsabilidad y entrega en cada partido.

Sobre sus características en la cancha, ‘Cata’ reconoce que lo suyo no pasa necesariamente por la ductilidad con el balón, sino que por su voluntad a toda prueba. “Soy alegre en la cancha, soy más de entrega que de técnica y no me fijo si le pego de ‘puntete’, no cuido las formas porque cada partido es distinto. Si hay que correr o meter, lo hago”, asevera.

El 2019 fue la última temporada en que el torneo Adicpa pudo desarrollar su campeonato, justamente una de las mejores temporadas para el equipo del Almondale San Pedro, pese a que el plantel estaba en plena renovación.

Y pese a que el ruido en las canchas escolares se mantiene apagado por causa de la pandemia, Catalina ha podido mantener viva su pasión en los pastos del Club de la Universidad de Concepción, donde arribó siendo todavía muy pequeña.

“Pasó que el ‘profe’ Nilson (Concha, entrenador UdeC) me vio jugar en un partido de Adicpa, le gustó lo que hice y me llevó a jugar. Fue súper emocionante porque tenía unos 12 años, era muy chica todavía”, sostiene.

Y añade, “es una realidad bien distinta a la del colegio, mucho más difícil. Pero que también me ha permitido mejor mucho futbolísticamente, además de aprender a relacionarme con más personas, a crecer por ese lado”.

Paulatinamente se fue acoplando a esa nueva realidad, acostumbrándose a entrenar cuatro veces a la semana y a demostrar que estaba para cosas grandes. El premio llegó este año, en que fue ascendida al primer equipo, primero a prueba durante el verano y ya como parte del plantel luego de aprobar con creces. “Estoy súper feliz, aprendiendo cada día de las mejores, dando todo de mí, y si algún día me nominan, estaré siempre disponible para el equipo”, asegura.

Hoy ‘Cata’ dice disfrutar del desarrollo que ha logrado el fútbol femenino, aunque es clara al decir que falta mucho para equiparar la cancha. “Aun hay mucha diferencia con el fútbol masculino, en las condiciones, el apoyo y los sueldos, pero la idea es que se siga masificando, de a poco estamos ganando espacios y mejoramos como país. Por eso le diría a las niñas más chicas que se incentiven, cada vez somos más y vamos creciendo. Que sepan que se puede si uno le mete garra y entrena fuerte”, sentencia.

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