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El adiós de Camargo, el último símbolo del Campanil

Un capitán y líder se despidió de UdeC tras más de 170 partidos. Marcó 5 goles, jugó 4 copas internacionales y sumó varias amarillas, dejando una huella imborrable.

Por: Carlos Campos 11 de Marzo 2021
Fotografía: Carolina Echagüe

Sin duda le habría gustado irse de otra manera y no con un descenso, pero nada borrará la huella que dejó Alejandro Camargo en Universidad de Concepción. Con 31 años y tras 177 partidos con la camiseta del Campanil, el volante dejó el club tras finalizar contrato. Llegó como una apuesta desde Primera B, pero se va como referente e ídolo para muchos.

Primeros pasos

El 8 de julio de 2015 fue el debut de Camargo con la camiseta de UdeC. Los auricielos visitaron el Germán Becker y le ganaron 2-1 a Temuco. El volante fue titular en la mitad de la cancha junto a Lepe y Manríquez en el estreno de Copa Chile, en un equipo que tenía en la banca a Ronald Fuentes y festejó gracias a los goles de Huentelaf y Churín.

Un mes después, Camargo jugó por primera vez una competencia internacional: ingresó al 71’ por Lepe en el 1-1 parcial ante Nacional de Paraguay en el Defensores del Chaco en Copa Sudamericana, que finalmente fue triunfo para el local por un 2-1 agónico e injusto por el trámite del partido.

¿Y en el torneo local? El debut de Camargo allí fue un lunes a las 13:30 horas ante el Palestino de Guede, al que el Campanil superó 1-0 con gol de penal de Manríquez.

Consolidado

En los partidos anteriores, el “6” de UdeC era un jugador secundario, que llegó como una apuesta desde Primera B. Sin embargo, el ex Lota y Curicó no demoró mucho en ser titular, luego capitán y con el paso del tiempo una gran figura. En su primera temporada, Camargo jugó 28 partidos, siendo titular en 27. El único encuentro donde saltó desde la banca fue el del 23 de noviembre de 2015, una dolorosa tarde para el hincha auricielo en Yumbel, donde cayeron 1-2 ante Unión La Calera y dejaron ir una clarísima opción para ser campeones. UdeC terminó en el tercer lugar, a sólo 5 puntos de Colo Colo, el flamante monarca.

Un símbolo

Con la clasificación abrochada a la Copa Sudamericana 2016, sólo faltaba un pequeño ingrediente para que el camino de Camargo con la camiseta del Campanil fuese aún más redondo. El 27 de febrero de aquel año en el 3-1 sobre la Unión Española en el CAP de Talcahuano, el volante anotó su primer gol. fue el tercero del partido y uno de los más especiales de su carrera, ya que lo celebró con la pelota por debajo de la camiseta en honor a su hija que venía en camino. Y si de goles se trata, Camargo anotó 5 en total. El segundo fue a S. Wanderers , el tercero a Antofagasta y, el cuarto, sin dudas merece un párrafo aparte.

La vuelta al mundo

El 4 de diciembre de 2016, ya con Bozán como DT, UdeC iba colista en la tabla y jugó ante O’Higgins en el Ester Roa. En ventaja 2-1 y a más de 60 metros, Camargo remató con una potente volea el mejor gol de su vida. Tanto así, que fue nominado al Premio Puskas. Su conquista dio la vuelta al mundo. “Mi señora se puso a llorar”, dijo sorprendido Camargo en su momento, tras la nominación de la Fifa. Y no sería el último gol, ya que el 2 de noviembre de 2018, ante el mismo rival y en plena lucha por el título, el capitán marcó en un duro 2-4 en Rancagua.

Referente total

Reconocido por su pierna fuerte en mitad de cancha, Camargo fue uno de los mejores volantes en las temporadas 2017 y 2018, sonando en la UC en su momento. Fueron 51 las tarjetas amarillas que recibió un jugador que fuera de la cancha era totalmente distinto al rudo que mostraba ser dentro de ella. Si en Mendoza trabajaba en un video club para poder llegar tranquilo económicamente a fin de mes y allí mismo, por sus propios medios, armó un compacto con sus mejores jugadas antes de llegar a Chile. Sin grandes luces ni mucho menos, fichó en Lota, saltó a Curicó y luego al Campanil. Y así también se va, con bajo perfil, aunque despedido como ídolo y uno de los mejores jugadores de los últimos años del Campanil. Llevó la jineta de capitán en 124 ocasiones y le faltó el título para que sus años en Concepción fuesen perfectos. Jugó una Sudamericana y tres Libertadores. Los hinchas guardarán como último recuerdo su arenga antes del viaje a Talca, en una bella película de casi 6 años que no tuvo final feliz.

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