Todavía retumba en el ambiente la victoria de la Universidad de Concepción sobre el gigante sudamericano Sao Paulo, en la segunda ventana de la Champions League Americas disputada en la Casa del Deporte. Triunfo tan meritorio como inesperado, que no solo mantuvo con vida al Campanil en el Grupo B del torneo, sino que también se inscribió dentro de los mayores logros de su historia cestera.
Uno que vivió en primera línea el hito fue el técnico universitario, Cipriano Núñez, quien profundizó en este notable desempeño internacional. “Estamos contentos partiendo porque no tuvimos los mejores espacios de tiempo para tomar decisiones como la elección de extranjeros, lo que en este año aterrizó nuestro objetivo a adquirir experiencia. Partimos bien la primera burbuja en Buenos Aires, pero en el segundo partido el físico no nos dio debido a los viajes y a haber juntado a los extranjeros a última hora. Ahora nos pudimos preparar un poco mejor, tuvimos seis prácticas con los extranjeros y pudimos plantear un juego interesante que nos deja satisfechos”, señaló.
En cuanto al camino que desembocó en la victoria sobre los brasileños, el DT destacó la mentalidad a toda prueba de equipo. “Desde el punto de vista técnico-táctico tanto Quimsa como Sao Paulo son poderosos, pero con una estructura de basquetbolistas y juego diferente. Tras el partido en Buenos Aires con Quimsa sabíamos que podíamos utilizar cosas para competirles, pero contra los brasileños es completamente distinto porque son de una envergadura enorme, teniendo siempre en cancha a tres jugadores de 2,6 metros hacia arriba, todos polifuncionales que complican en distintas formas”, comentó.
Y añadió, “a esa dificultad agregamos que al partido llegamos con la carga de la caída con Quimsa, que caló muy hondo. Tuvimos que conversar mucho, reformularnos, y eso duró hasta la misma mañana del encuentro con Sao Paulo. Pero lo trabajamos muy bien, a tal punto que a la hora del partido con los brasileños el ánimo era muy positivo. Junto a aquello, tácticamente lo preparamos muy bien, apostando a una alta conversión porque ante ellos no dañas en el juego interior o en rebotes ofensivos. Y lo logramos, los jugadores crecieron, creyeron el cuento, y ya en el tercer cuarto visualizamos que podíamos ganar”.
Cipriano Núñez reconoce que un triunfo a este nivel no estaba en los planes de nadie. “Cuando nosotros nos ponemos a jugar básquet vemos cosas muy buenas y la idea era plasmarlo en un juego de alto nivel, que fue este caso. Pudimos ganar ambos partidos, es un sentimiento que todavía da vuelta porque nos hubiese dejado muy cerca de clasificar, con un triunfo más lo hacíamos. Y eso ya son palabras mayores, algo impensado teniendo esta magnitud de rivales, porque si jugábamos otra burbuja con equipos de un nivel más bajo, nos hacíamos expectativas, pero nos tocó durísimo”, aseguró.
De ahí que, para el entrenador, esta conquista se sume a su lista de oro con el club auricielo. “Tengo dos triunfos muy lindos en mi carrera con la UdeC. Uno fue haberle ganado a un equipo histórico de la liga ACBde España, el Joventut Badalona, en el torneo Encestando una Sonrisa 1998. Y el otro fue cuando debutamos en el Sudamericano de Río de Janeiro 2000 con un triunfo sobre un equipo imbatible de la época, el Cordon de Uruguay, y que fue una guerra tremenda que casi terminó a los golpes. Y ahora se suma esto, que es lindo porque significa que podemos hacer las cosas bien en las próximas champions, con mayor planificación y un presupuesto interesante al nivel de lo que es la competencia. Es algo que sin duda nos ilusiona”, sentenció.