Gerardo Segovia está en todas: desde los aros hasta actuar en serie Prófugos
02 de Noviembre 2020 | Publicado por: Paulo Inostroza
A los 43 años, recién pudo terminar su carrera de Educación Física, en la Ucsc, ¿el motivo? Ha viajado por todo el país encestando y tomó las pegas más increíbles e impensadas. Es el mejor amigo de “Pato” Briones, ha jugado todas las posiciones, compite contra cabros de 20 años y quiere ser concejal. “Este deporte me dio todo”.
Es un personaje. Destacado deportista, simpático como pocos. “Cipriano Núñez me dice ‘El hombre de las mil camisetas’. Me conocen todos. Me ven en la cancha y dicen: otra vez el Segovia”. Gerardo tiene 43 años y este año al fin terminó la carrera de Educación Física. “Siempre me retaban por eso. Es que me muevo mucho. Salía una pega en un lado y yo iba. En el camino saqué tres carreras técnicas y nunca he pagado un peso. Todo me lo dio el básquetbol, hasta a mi señora (Yazna Irribarra). Cómo no voy a amar este deporte”. Y ahora postula a un diplomado, así que habrá competencia universitaria para rato.
Su mamá, Wilma Cortés, fue seleccionada nacional de atletismo. “Ella corría 400 y 200 metros. Somos de Ovalle y a los 15 me metí en el básquetbol, me gustaba Charles Barkley y escuchaba rap. Me gusta ese estilo agresivo, de hablar harto en la cancha, ser choro. Me gusta la amistad que genera el básquetbol, no puedes ganar solo, necesitas un buen grupo. He hecho mil amigos en esto, jugué con Viafora, Sandro Figueroa, Pato Briones, que es mi gran amigo. Con él hemos recorrido de Arica a Punta Arenas trabajando desde 2010 con los niños. Y a mi señora la conocí porque juega básquetbol también, fue cuando estaba en Quirihue. Nos volvimos a encontrar hace dos años y nos casamos. Ahora jugamos juntos”.
De Perú a Punta Arenas
Explicando de qué juega, apunta que “jugué de base, de 2 y 3 como alero y en la Católica era pívot. Mido 1,78 y con todos los compañeros que tuve, aprendí muchas cosas, movimiento de pies. Jugué en la Udla y ahí no era tan mayor, después por Ulare y ahora aperrando contra cabritos de 20 y 21 años. He jugado en muchos equipos, El 2013 fui un año a Perú a reforzar al Arequipa; el 2014 en Punta Arenas; fuimos campeones nacionales de maxibásquetbol en 2016 con la selección de Porvenir, jugué la Libcentro por San Luis de Quillota, fui a La Serena… Estaría toda la tarde contando mis clubes”.
¿El mejor jugador que vio? No lo duda, sonríe y relata que “todos los que te nombré antes, Timothy Jones, los del básquetbol de los ‘90, que siempre lo hablamos largamente, era espectacular. No es como la competencia chilena de ahora, era otro nivel. Un día en un campeonato patagónico jugó un flaco, argentino, sequísimo. Pregunté quién era y me responden qué cómo pregunto, si es el ‘Pichi’ Campana. Estaba en el mismo hotel que nosotros, terminamos carreteando. Simpático”.
De actor a precandidato
Dentro de sus pegas más extrañas, recuerda que “en Copiapó, una constructora estaba armando un equipo y me llamaron. No sabía nada de eso y me pusieron de supervisor. Pagaban bien y yo no sabía nada, el jefe me decía: quédate en casa para que llegues descansado al partido. Estuve todo el 2007 así. También fui a Valparaíso como extra de la serie Prófugos, de HBO. Una amiga es productora de TVN y me metieron en una escena de una balacera y la explosión de un camión. Me mataron a la primera y le dije a mi amiga que qué onda, ya no iba a salir más. Por mi porte, me cambiaron papel y me vistieron de PDI. Estuve 6 meses ahí, me hice amigo de Luis Gnecco y de Pancho Melo. Y ahora iré de precandidato a concejal, por Concepción. He hecho de todo y creo que nunca voy a dejar de jugar básquetbol. Veo que están mis amigos y tengo que ir. El deporte nos une siempre”.