Una temporada que apuntaba a ser de las mejores para la deportista regional, fue cortada en seco por la pandemia. Ahora, prefiere mantenerse sana y en su hogar.
Todo indicaba que este iba a ser el año de Anastasia Sanzana. Luego de dejar atrás una seria complicación de salud, la joven marchista regional estaba recuperando su mejor forma y de la mano de su entrenador, Raúl Guarda, tenía estructurado todo el primer semestre con un solo objetivo en mira: ser la primera atleta de la Región en clasificar a unos Juegos Olímpicos en su disciplina.
Pero tal como sucedió con muchos otros deportistas, la pandemia del coronavirus dejó toda su planificación en el aire. En su caso, cortando un proceso que se ve difícil de retomar en la presente temporada dada la cancelación de los máximos torneos en el mundo. A la vista, muchas más dudas que certezas para la joven deportista de Negrete.
Una serie de torneos Challenger abrirían el circuito competitivo de este año, como preámbulo para mayo, que sería el mes estelar de la marcha a nivel internacional. Es así como el 1 y 2 de mayo se llevaría a cabo la 29ª edición de la Copa del Mundo de Marcha en la ciudad de Minsk, Bielorrusia. Mientras que entre el 22 y el 24 del mismo mes tendría lugar en Tenerife, España, la 19 ª versión del Campeonato Iberoamericano de Atletismo. Ambos eventos entregarían importantes puntos de cara al ránking para Tokio 2020, donde Anastasia Sanzana apuntaba alto.
“Este año mi gran ilusión era poder clasificar a los Juegos Olímpicos, me estaba recuperando de un verano donde no tuve marcas tan buenas pese a que igual gané el campeonato nacional. Venía con una fuerza increíble y estaba segura de que podía meterme en la pelea a Tokio por ránking. Necesitaba 1 hora con 36 y mi mejor tiempo es 1:40, con amplio margen para mejorar. De hecho el año pasado el año corrí los 10k bajo 48 minutos 47 segundos, y eso daba para pensar que estaba en 1 hora 38 en los 20 k porque mi mayor característica es que soy muy pareja y el tiempo que hago en 10 lo hago en 20, no subo”, señala.
Tan segura del éxito estaba Anastasia, que ya había hecho gestiones para estar el mes entero en el extranjero. “Presentaríamos un proyecto para viajar a todos los torneos, había pedido permiso en la universidad para a clases. Estaba muy motivada para hacer marcas, también teníamos pronosticado hacer el récord chileno Sub 23 de ruta y así agregarlo al de pista que ya tengo. Pero la contingencia suspendió todo y ya no podrá ser porque este es mi último año en la categoría”, sostiene la atleta.
Ante semejante escenario y en un ejercicio de realismo, la deportista reconoce la imposibilidad de retomar la competencia este 2020. “Doy por perdido este año. No es primera vez que me pierdo hacer una marca importante, afecta harto pero ya lo asumí porque prefiero estar sana y que en mi casa estén todos bien. Es más, así como están las cosas en nuestro país, con la cantidad de contagiados, no me sacan ni con grúa a la calle”, sentencia.