Para Carlos Lauler, el deporte y en especial el básquetbol venía en su ADN. Y es que su padre homónimo fue jugador profesional. “Crecí viéndolo jugar, involucrado en las prácticas, en los partidos. No tenía mucha elección, siempre la entretención principal era una pelota de basket y un aro”, señaló. Además, hizo un repaso por su carrera y la actualidad de esta disciplina en el país.

Sobre cuándo se dio cuenta que lo de jugar iba en serio, aseguró que “creo que nunca lo pensé, se fueron dando las cosas. A los 13, 14 años empiezo a decirle a mi familia, cuando dejé Punta Arenas, que veía esto como algo más y la posibilidad de estudiar en la universidad con beca, llegar a una selección. Siempre estuvieron esas metas, pero nunca lo estructuré tanto, se fue dando”.

Hace cinco años está en la UdeC, donde juega y estudia. Del significado de pertenecer al Campanil, indicó que “me ha dado muchas oportunidades para crecer en todo ámbito, en lo deportivo y como persona. He conocido mucha gente, amistades fuera del básquetbol. Espero seguir, me gusta mucho el club, pues te da seguridad y una estabilidad en todo sentido, que no se ve mucho en el país y es reconocida por todo el medio. Tengo 24 años, y creo que es momento de entregarle un título importante a la UdeC”.

En ese sentido, agregó que “el año pasado ya ganamos una Libcentro, y fue importante pues hace años que no se obtenía un título. En la Liga Nacional, habíamos encontrado esa química justo para los playoffs, la parte más importante, pero todo cambió de un día para otro”.

Desde el año pasado, también es capitán de Basket UdeC. De esa designación, afirmó que “la tomé con mucho orgullo, son cinco años, he compartido con varios líderes y trato de sacar lo mejor de cada uno, y llevarlo a cómo soy yo. Quizás no soy de los que más habla, de los más expresivos, pero dentro de mi manera de ser ayudar a los demás a ser mejores y que el equipo vaya bien”.

Letras rojas

A lo largo de su carrera, Lauler ha estado en varios procesos de selección, y últimamente es nominado de forma permanente al combinado adulto. “Gracias al básquetbol he conocido mucho, he sido un afortunado en ese sentido. Por mis medios a lo mejor no habría sido así. Además, he ganado experiencia enfrentando a rivales mejores, para ver cómo progresar en lo personal. Ahora viene una camada muy interesante, y espero seguir en los procesos futuros y sumando más minutos”.

Sobre lo que más le gusta hacer en la cancha, aseguró que “entro con la mentalidad de defender al mejor del otro equipo, me gusta esa pega, lo tomo como un desafío personal. Casi siempre son extranjeros, y busco que bajen su promedio de puntos o que lancen más para llegar a su media, que sus compañeros se enojen. Causar esa incomodidad me gusta bastante. Y en ataque, que todo se involucren y viendo siempre el bien del equipo”.

Su hermano Gonzalo es futbolista profesional, y actualmente defiende a Melipilla. Sobre su relación, comentó que “es interesante, son mundos totalmente distintos. En el fútbol compartes con más personas en un camarín. Nos aconsejamos bastante, a él le ha tocado duro y se ha ganado espacios con mucho esfuerzo. Soy un afortunado de tener un hermano que juegue fútbol profesional”.

Además, Lauler se refirió al regreso del básquetbol. “Varios clubes venían con problemas, y esto complicó aún más. Conozco muchos jugadores que les deben dinero de la Liga pasada. Para muchos, su única fuente de ingreso es el basket, entonces es complejo. A futuro, los clubes deben ser más responsables, no prometer más de lo que se puede…De la vuelta, creo que primero habrá una Copa Chile, algo corto, y luego la Liga Nacional. Contar con tres extranjeros será difícil, hay varios temas a discutir”.