España será ahora la nación que dará inicio a una competencia tenística cuando este viernes se de inicio a la Liga Mapfre. Una gira con tres paradas masculinas y tres femeninas que serán el experimento hispano después del polémico Adria Tour de Novak Djokovic, que acabó con cuatro positivos de tenistas, entre ellos el del propio número uno de la ATP.

Así, los ojos del deporte blanco estarán ahora sobre las pistas donde se celebraron los Juegos de Barcelona 1992. “El Adria Tour no cumplió en nada los protocolos, y eso ha hecho daño, porque ahora mismo nos miran con lupa”, admitió Miguel Díaz, presidente de la Federación Española de Tenis, organizadora de la Liga. “Queremos que el tenis sea un ejemplo para todos los deportes de cómo organizar una gran competición”, añadió.

Para el evento, los ocho jugadores y sus entrenadores se sometieron a test PCR. Entre partidos, se desinfectarán las barandillas, sillas de árbitros y banquillos. Y tras la jornada, se hará lo mismo con toda la instalación de forma profunda.

En cuanto al público, el aforo se redujo de 3.000 a 1.000 personas con entradas nominativas para seguir la trazabilidad. Se marcaron recorridos de accesos y salida diferenciados. La toma de temperatura es obligatoria, así como el uso de mascarillas. Siempre habrá un asiento de separación en la grada, aunque se trate de familias y se dispone de geles desinfectantes por todo el recinto.

La participación sufrió la baja a última hora de Roberto Bautista (12º), que prefirió seguir en la exhibición de Dominic Thiem en Austria, donde está en semifinales. Alejandro Davidovich también se cayó por lesión. Así, Pablo Carreño (25º) eligió a los miembros de su equipo (rojo): Roberto Carballés, Pedro Martínez Portero y Mario Vilella. En el blanco estarán Albert Ramos (41º), Pablo Andújar, Jaume Munar y Carlos Taberner.

Todos los días se jugarán tres individuales y un dobles. El primer día la victoria vale un punto, dos el sábado y tres el domingo.