Marlene Ahrens: El adiós de una figura que deja un legado imborrable

19 de Junio 2020 | Publicado por: Ricardo Cárcamo
Fotografía: La Tercera

Deportista penquista partió a los 86 años, producto de una insuficiencia cardiaca. En el recuerdo quedará no sólo la medalla de plata que ganó en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956.

La vida de Marlene Ahrens siempre estuvo ligada al deporte. Desde muy pequeña, la atleta nacida en Concepción incursionó en varias disciplinas, entre ellas el tenis y el hockey, pero encontró en el atletismo, específicamente en el lanzamiento de la jabalina, sus mayores éxitos. Un ámbito al que llegó casi por casualidad:para sus vacaciones, siempre se iba a la playa, donde tiraba piedras al mar. Su futuro marido, Jorge Ebensperger, notó que las lanzaba mucho más lejos que los hombres, y la instó a empezar en esta disciplina.

La noche del miércoles, producto de una insuficiencia cardiaca y a los 86 años, la considerada por muchos como la mejor atleta en la historia del deporte chileno dijo adiós. Y lo hizo dejando una historia llena de triunfos, con uno que destaca por sobre todos: la medalla de plata que ganó en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956. Con 50 metros y 38 centímetros, solo fue superada por la soviética Inese Jaunzeme, quien alcanzó los 53,86 metros.

Más meritorio resulta este tremendo resultado considerando que, en marzo de 1955, fue madre por primera vez. Una presea que se sumó a un currículum brillante: fue oro en los Panamericanos de Chicago 1959 y Sao Paulo 1963; campeona sudamericana en Santiago 1956, Montevideo 1958, Lima 1961 y Cali 1963.Además, también ganó la presea dorada en Madrid 1962.

Con un talento natural extraordinario -no tenía entrenador, practicaba por lo general un par de semanas antes de cada competencia y no seguía estrictas dietas ni pautas alimenticias-, su ascendente carrera tuvo un episodio extradeportivo que la llevó al retiro. Previo a los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, cuando ella misma confesó que estaba en “mi mejor momento”, Alberto Labra, presidente del Comité Olímpico en ese minuto, la dejó fuera de la delegación nacional debido a que ella lo había denunciado años antes por acoso. Lo sucedido le provocó tal desilusión que prefirió irse del atletismo, pero no se fue del mundo del deporte.

Nuevo comienzo

Una vez alejada del atletismo, Marlene Ahrens primero incursionó en el tenis, donde alcanzó excelentes resultados en el escalafón nacional. En 1967, ganó el torneo chileno de dobles mixtos, haciendo dupla con Omar Pabst.

En 1969 pasó a la equitación, donde primero se desarrolló en el salto ecuestre y luego en el adiestramiento, donde consiguió el título de campeona nacional. Incluso, integró la delegación chilena en los Panamericanos Mar del Plata 1995.

El año 2014, en su aniversario 80, el Comité Olímpico la homenajeó junto a otros medallistas olímpicos. “Su figura será muy difícil de igualar. Fue una deportista que dominó en su disciplina a nivel continental muchos años y que confirmó su talento con una medalla olímpica. Estoy seguro de que es y será una gran fuente de inspiración para todas las deportistas chilenas”, expresó Miguel Ángel Mujica, presidente del Coch.