“Ese equipo lo armaron entre Eduardo Apablaza y Bernardo Ulloa, buscando gente por todos lados. Todos jóvenes de la zona y de Concepción, por eso teníamos esa identificación”, cuenta Luis Monroy, delantero de aquel Lota Schwager que logró el ascenso 2001 a la B. Un año muy especial, luego de 5 años sin la “Lamparita”, después que bajara la cortina el ‘95 por problemas financieros. Lota resurgió y lo hizo a lo grande.
El “Negro” cuenta que “Ulloa me llamó cuando yo estaba listo en Iberia. Me dijo que estaban resucitando a Lota y yo soy de la zona, fui de inmediato. Nos pagaban 200 lucas, eran tiempos en que no se ganaba mucho. Bernardo tenía su empresa de guardias y esos eran los sueldos que siempre manejó. Nosotros solo queríamos jugar”.
En la primera ronda fueron terceros de la Zona Sur y en la siguiente clasificaron como líderes. En ambas oportunidades fueron el equipo más goleador. “Jugábamos a lo Lota, pura garra. Estaban Hidalgo y Vergara al medio, yo arriba con Garcías, el ‘Flaco’ Sepúlveda, Loncón, Ramos, Núñez, Contreras, Lagos. Puros artistas. Hasta el día de hoy tenemos un grupo de WhatsApp y nos juntamos a algún partido. Muy buen camarín ese”, repasó.
Luego vinieron las semifinales con Iberia. Monroy relata que “ellos siempre eran candidatos. Estaba Salcedo, el ‘profe’ Nova. Empatamos allá (2-2) y ganamos 1-0 en Schwager con un tiro libre de Ramos. Se rajó… ‘Deja pegarle yo’, nos gritó, y le salió de bien lejos. De ahí nos tocaba la final en Copiapó, viajando en bus. Durísimo”.
La ida fue 2-1 en Coronel con doblete de Garcías y luego 1-3 en el norte. “Ese día nos expulsaron al ‘Patato’ Garcés, que andaba muy bien el arco, y a Núñez. Igual hubo retos en el camarín porque habíamos conversado que no pasara eso. Los arbitrajes eran raros”. Tanto que Apablaza declaró a la prensa: “le rezo a la Virgen toda la semana para que el árbitro sea parejo”.
Y la definición fue en La Calera. El “Negro” cuenta que “estuvimos una semana en Limache, otro viaje en bus. A La Calera viajaron muchos buses, éramos locales. Bernardo fue al camarín de los árbitros, enojado, a amenazarlos. Les decía que fuera parejo. En los entrenamientos era igual, si perdíamos iba enojado, nos daba tremendas charlas. Por algo le dicen el ‘Loco’, pero todo eso nos sirvió, éramos cabros. Muchos compañeros de la zona lo conocían bien, era cono el papá de ese grupo. Hoy somos amigos”.
Y el partido final fue 2-0 con tantos de Hidalgo y Garcías, goleador con 24 dianas. En el arco debutó Edson Fernández. “Éramos tan cabros que no nos dimos cuenta lo que hicimos. Estaba el Mauro Miranda, que ahora es periodista. Fue mucha barra. El partido fue al mediodía, con 40 grados, terrible. Terminó y Ulloa compró de todo, celebramos hasta la noche, volvimos y nos recibieron como héroes. De los dos ascensos, se festejó más que el 2006 porque Lota volvió y subió el mismo año. Fue como un milagro y la gente no se olvida”.