Elenco local perdía 2-1 en la definición con UDE Temuco, que era local en el cuarto partido y ya tenía preparada la fiesta. Daniel Viafora recuerda cómo dieron vuelta la serie.
Tras celebrar en 1990 lo que fue su segundo título de Dimayor en tres años, Petrox mantuvo su ambición de cara a la nueva temporada del, por aquel entonces, torneo más importante del básquetbol chileno. Y los dirigidos por Juan Morales mantuvieron su hegemonía en el certamen en 1991, donde consiguieron un inédito bicampeonato y la tercera corona en su historial.
En los números, fue un torneo arrollador. Petrox terminó primero de la fase regular, con marca de 26- 4, y en su camino a la final se impuso con contundencia primero a Unión Árabe (3-0) y luego a Banco del Estado (3-0). Así, arribó a una nueva definición, y tal como en 1990 su último escollo hacia el título fue la UDE de Temuco. Una serie dramática y muy intensa, donde el elenco local llegó a estar 1-2 abajo, y enfrentar el cuarto partido como visitante. Daniel Viafora, el jugador más recordado de ese plantel, rememoró cómo dieron vuelta esa serie para terminar otra vez festejando.
“Perdimos el primer juego como locales (80-84). Ganamos el segundo (80-70), fuimos a Temuco y caímos en el tercero (78-82). Al día siguiente, se disputaría el cuarto allá también, por lo que la gente estaba entusiasmada de celebrar el título. Llegamos al camarín, y lo conversamos. Nos prometimos que para vencernos, debían hacerlo con todo, bien ganado. Pero salimos a jugar con todo, y si ves el resultado los derrotamos con claridad (99-75). Estaba todo listo para que ellos celebraran, la Dimayor tenía el trofeo al lado de la cancha, ahí se definía el torneo para la mayoría”, comentó.
Al respecto, agregó que “jugamos un gran partido y lo ganamos. Ahí, nos convencimos que éramos mejor equipo, y que nos quedaríamos con el título. En el quinto partido, en Talca, también nos impusimos con mucha autoridad (97-60)”.
Además de Viafora, otros nombres que destacaban eran Saúl Guerra, Anthony White, Sandro Figueroa, Marcelo Galleguillos, Pedro Alonzo, Rodrigo Bravo, Iván González, Jorge Brito y Santiago Díaz.
“En ese entonces, el equipo campeón tenía la opción de jugar el Sudamericano, y lo disputamos en Franca, Brasil. Eso nos hizo subir el nivel, exigirnos más, pues nos medimos con equipos de mayor categoría. Nos sirvió mucho para la competencia acá, pues logramos un rendimiento muy bueno que nos llevó a obtener este bicampeonato”, dijo Viafora.
En ese periodo, también destacó lo que generaban los clásicos con la UdeC. “Recuerdo que a veces no venían tan bien en la tabla de posiciones, pero cuando nos enfrentábamos eran duras batallas, donde podía ganar cualquiera. El ambiente era espectacular, siempre a gimnasio lleno, con el público esperando que llegara ese partido (…) Además, recuerdo que, en general, el nivel de la competencia era parejo, costaba ganar tanto de local como de visita”.
El técnico Juan Morales comentó que “teníamos una base física muy importante, sacábamos ventaja en eso. Siempre trabajé esa parte con balón. Hubo un partido con Banco del Estado que se fue al alargue, y ese periodo lo ganamos 12-0. Podíamos haber jugado una hora más, no nos cansábamos nunca”.